La Vanguardia

“Al final, da lo mismo”

El horario adelantado apenas afecta al aforo: 73.000 espectador­es se asomaron al Camp Nou

- SERGIO HEREDIA Barcelona

Cada vez que el Barça juega en el Camp Nou, la penya de Vic se cita tres horas antes del inicio: hay 70 kilómetros de distancia. –Hay que ir al estadio con tiempo. Si no, no viajamos tranquilos –contaba ayer Josep Ferrer.

Ferrer es el presidente de la penya, una entidad importante: más de mil peñistas.

–¡Venga, que nos vamos!

(...)

Ayer, la cita era a las cuatro menos cinco, dos horas antes de lo habitual: el partido se jugaba a las 18.55, y no a las clásicas 20.45 horas (a partir de ahora, será a las nueve). –¿Y el autocar?

–Lo llenamos igual.

A bordo cabían 55 pasajeros. No había plazas libres.

–Ustedes se citaron a las cuatro, y en un día laborable. Se suponía que los adultos estaban trabajando ¿no? –se le preguntó a Josep Ferrer.

–Pues nosotros estábamos como siempre. Llenamos. Se apuntaron todos los peñistas habituales. Sólo había fallado uno, uno que tenía que trabajar.

–Y el resto ¿no se quejaba? –Se lo montaron. Pidieron permisos. Le diré algo: al fin y al cabo, los problemas vienen cuando se juega más tarde. Por ejemplo, a las diez de la noche. Cuando eso pasa, los de Vic acabamos metiéndono­s en la cama a las dos de la madrugada. Eso sí que duele.

Se le pidió la opinión a la gente de Reus, la Penya Baix Camp:

–¿Qué tal? ¿Llenaron el autocar? –se le preguntaba a Antonio Sánchez, su presidente.

–Más o menos, llenamos. Aunque no nos gustó el cambio. Me parece mal que adelantara­n el horario cuando se juega aquí, y no fuera. Nos da la impresión de que el Barça siempre tiene que tragar...

–Pero el cambio ¿les ha alterado mucho?

–Nos habíamos citado tres horas antes del inicio del partido, a las cuatro menos cuarto. Pero más allá de eso, no ha habido muchas alteracion­es. Al final, da lo mismo. Puede que hasta sea mejor para todos. La prospecció­n continúa. Luis es socio desde hace dos décadas. Vive en Barcelona. Trabaja en una empresa textil. Normalment­e, sale del trabajo a las siete de la tarde. Ayer se fue a la carrera. Dándose prisa, se sentó ante el televisor para presenciar la segunda parte...

–¡Para los comercios y la gente que trabajamos es imposible! –voceaba.

Más voces, de todos los colores: –Fui al campo, pero con el agua al cuello y dejando cosas sin hacer.

–Yo hago horario europeo y a las 17.30 h todos en el despacho ya están pensando en el día siguiente. Llegué perfecto.

–He dejado de ir al campo desde hace un tiempo, pero lo seguía por la tele. Y me han fastidiado, porque me han hecho salir de la oficina mucho antes.

Miquel dirige una empresa familiar. A pie de campo, se declaraba encantado por el cambio:

–Me escapé porque pude: es mi empresa. Le diré algo: si no tuviera hijos, este horario me complicarí­a la vida. Pero como los tengo, me los pude llevar al campo...

A vista de pájaro, se advertían claros en la grada. Sin embargo, los números oficiales del club lo desmentían: hubo 73.462 espectador­es.

Más o menos, en la línea del debut del año pasado, ante la Juventus (78.656). O en el anterior, ante el Celtic Glasgow (73.920). O ante el Bayer Leverkusen (68.694). La coletilla la ofrecía otro culé: –Fue más gente de la prevista, pero no bendigamos el invento.

EL DEBATE

“Los problemas vienen si se juega más tarde; por ejemplo, a las 22 h: te acuestas de madrugada”

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Los jugadores del Barça saludan al público, en un estadio con algunos claros, ayer antes del encuentro
ÀLEX GARCIA Los jugadores del Barça saludan al público, en un estadio con algunos claros, ayer antes del encuentro

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