Las grandes farmacéuticas eluden al fisco unos 3.250 millones de euros
Las mayores empresas farmacéuticas del mundo (Abbott, Johnson & Johnson, Merck y Pfizer) ocultan de forma sistemática sus beneficios en paraísos fiscales, de acuerdo con un estudio de Oxfam difundido ayer.
En concreto, estas compañías, en el periodo 2013-2015, han rebajado su contribución fiscal en 3.800 millones de dólares (3.250 millones de euros). La técnica, según la investigación llevada a cabo por esta organización, consistía en declarar unos beneficios bajos (un margen sobre los ingresos del 5-7%) en aquellos países donde se aplica un tipo nominal estándar del impuesto de sociedades y, en cambio, disparar las ganancias a nivel contable en aquellas jurisdicciones con carga fiscal nula o baja (hasta un margen del 31%, seis veces más).
En resumen, estas firmas transfieren los beneficios de un país a otro sin que esto se refleje en la actividad económica y para que la tributación no se ajuste a la realidad. El mecanismo se basa en un entramado de filiales que, por ejemplo, pagan a la empresa (ficticia) ubicada en el paraíso fiscal derechos de propiedad intelectual. Así, en los países en vía de desarrollo, estas compañías han podido dejar de tributar unos 112 millones de dólares. En las economías más avanzadas, la contribución que falta en las arcas públicas ascendería a más de 3.700 millones de dólares.
Oxfam rebate el argumento de que la maximización de los resultados es condición necesaria para la costosa investigación farmacéutica. “Entre el 2006 y el 2015 estas empresas destinaron el 19% de sus ingresos a la recompra de acciones y al pago de dividendos y sólo el 14% a I+D”, denuncia la oenegé, que lamenta también el aumento de dos dígitos del precio de los medicamentos más vendidos en el 2017.
Es cierto estas prácticas (una ingeniería financiera que no es necesariamente ilegal) no difieren de las llevadas a cabo en otros sectores. Lo llamativo, de acuerdo con esta oenegé, es que mediante esta estrategia fiscal agresiva, se priva a los países menos avanzados de recursos económicos necesarios para implementar unas políticas de salud pública.
“Los ejecutivos de las compañías farmacéuticas, así como las cuatro grandes firmas contables, nos dicen que se necesitan leyes fiscales laxas para hacer que los países sean ‘competitivos’ y ‘favorables al negocio’, pero esa es una competencia falsa que nadie más puede ganar. El informe de Oxfam muestra lo costosa que es la carrera a la baja para las familias de todo el mundo”, comentó Alex Cobham, consejero delegado de la plataforma Tax Justice Network.