VOLUNTARIADO
El rol de los empleados cambia: pasan de ser participantes en actividades de voluntariado, a convertirse en agentes de cambio
El rol de los empleados cambia con la RSE; pasan de meros participantes en las actividades a convertirse en agentes de cambio
En 1865 un diario estadounidense, el Pittsburgh Chronicle, informaba de cómo un grupo de mineros renunciaba un día a la semana a su salario siempre que el carbón obtenido ese día se destinara a personas sin recursos. Hoy el voluntariado corporativo –regulado mediante ley desde 2015– es una realidad presente en el 66,7% de las empresas en España, según una encuesta realizada por el Observatorio de voluntariado corporativo, una cifra que asciende al 86,9% en Latinoamérica. Atendiendo al número de trabajadores, el informe apunta que el voluntariado corporativo es una práctica muy generalizada entre las grandes compañías, mientras que en las pymes todavía queda camino por recorrer.
PLAN DE VOLUNTARIADO
Los expertos consideran que para obtener el compromiso y la satisfacción de los empleados ante la causa es importante que las empresas establezcan un Plan de Voluntariado, “un correcto análisis, diseño, implantación, evaluación y control de las acciones del voluntariado”, apunta la consultora Patricia Sánchez, especializada en temas de voluntariado corporativo. Según Sánchez, “la empresa no puede enfocar la acción como si se tratase de un evento más de la compañía. Este tipo de proyectos deben tratarse a largo plazo, para que el empleado se sienta vinculado y participativo con respecto al proyecto solidario”. Las acciones de voluntariado “jamás pueden ser percibidas como una ayuda puntual en la que no es necesaria una previa preparación”. Por ello, es importante que las empresas incluyan en sus planes de voluntariado un apartado previo de mentoring y
coaching a sus empleados.
EMPLEADOS PROACTIVOS La experta también apunta que el voluntariado está cambiando en algunas empresas e instituciones. “Los empleados voluntarios pasan de llevar a cabo acciones de tipo social o ambiental, entre otras, a ser más activos, aportando sus ideas y fomentando el emprendimiento”, remarca Sánchez. Ejemplo de ello es la iniciativa de Fundación Repsol donde los empleados cocrearon junto a una oenegé proyectos que ofrecían soluciones a necesidades sociales reales y locales, detectadas por los propios voluntarios.
Fuera de nuestras fronteras, una de las iniciativas pioneras en este ámbito es la impulsada por el programa Centre For Social Action Innovation Foun, de la agencia de innovación británica Nesta. En el marco del programa se han llevado a cabo iniciativas como StreetDoctors, donde estudiantes de medicina voluntarios enseñan a adolescentes con antecedentes delictivos a ofrecer primeros auxilios en situaciones críticas. Otro de los proyectos financiados es Parents 1st, un programa de voluntariado que une a madres y padres con experiencia con mujeres embarazadas vulnerables que no tienen una red de apoyo cercana.
JÓVENES UNIVERSITARIOS
En nuestro país, el perfil de la persona voluntaria continúa siendo femenino (el índice de voluntariado de las mujeres es del 9,9% y el de los hombres del 8,7%), y se trata de una persona de unos 24 años, con estudios universitarios y sin cargas familiares.
En cuanto a los ámbitos con mayor demanda, despunta el voluntariado social (53,1%), le sigue a distancia el voluntariado educativo (11,6%), seguido del socio-sanitario (10,7%), según el informe La acción voluntaria: solidaridad y juventud en España, elaborado por la Plataforma del Voluntariado en España. El estudio también destaca que el 32,6% de la población española colabora económicamente con organizaciones no gubernamentales, pero si hablamos de voluntariado directo, la cifra baja. En España se reduce al 9,3%, unos 3,7 millones de españoles.