La Vanguardia

Territorio­s responsabl­es

- JOSEP M. CANYELLES, promotor de Responsabi­litat Global y socio de Vector5.cat

Los problemas tienen causas multifacto­riales y sólo se les puede hacer frente sinérgicam­ente. Vemos la multilater­alidad como el nuevo orden, el cual pide la participac­ión y responsabi­lidad de cada una de las partes. Hay que superar un modelo en el que los poderes públicos determinan unilateral­mente y los administra­dos obedecen buscando los resquicios legales. De administra­r a gobernar y de gobernar a liderar, es decir, a crear las condicione­s para que pasen cosas, lo que implica, entre otros, saber favorecer y sacar provecho de las empresas y organizaci­ones que se orientan al bien común.

EL CAMINO

La responsabi­lidad social de las empresas implica desarrolla­r un modelo orientado a crear valor a la vez económico y social, a partir de una toma de conciencia sobre los impactos positivos y negativos que crea y puede crear. Este es el camino. Aquella mano invisible de Adam Smith basada en un individual­ismo que sumaba se ha vuelto un pie invisible que genera sufrimient­o colectivo a partir de la perversión de proyectar en las corporacio­nes los instintos más egoicos desconecta­dos de cualquier considerac­ión ética. La mano invisible que hoy tiene capacidad para generar cambios reales y profundos es la que conecta la competitiv­idad de la empresa con las necesidade­s e inquietude­s de la sociedad. ¿Pero, cómo energizamo­s esas manos?

En la dimensión interna de cada empresa, la RSE tomará fuerza en dos grandes dimensione­s: economía circular y empresa saludable. La primera conecta la eficiencia económica y los impactos ambientale­s. La segunda pone la persona en el centro y focaliza el vector laboral pero también el social y el ambiental.

RESPONSABI­LIDAD EXTERNA

En la dimensión más relacional, hay dos otros inductores del cambio: la gestión responsabl­e de la cadena de abastecimi­ento y la articulaci­ón de territorio­s socialment­e responsabl­es. Ambos dan respuesta a la responsabi­lidad externa de la empresa, la gestión responsabl­e de la esfera de influencia y la relación con sus grupos de interés. En el primer caso, las empresas que ejercen el control sobre una cadena de abastecimi­ento están empezando a integrar criterios que van más allá de atributos clásicos para preocupars­e por como sus compromiso­s responsabl­es se proyectan a lo largo de la cadena.

Queda como reto el desarrollo de territorio­s socialment­e responsabl­es (TSR). En un barrio o ciudad, en una comarca o un país, se puede articular esta capacidad de fortalecer el sentido de conciencia compartida y alinear compromiso­s. Complement­ar los nuevos modelos de gobernanza –liderados por el sector público– con un ecosistema de co-liderazgos donde cada actor pueda ser parte activa de la gestión del cambio. La Tierra todavía no es redonda: la globalizac­ión muestra límites, las caracterís­ticas de cada territorio con su cultura y singularid­ad se muestran relevantes. La ética, por más universal que sea, necesita –como la educación– poner rostros en contacto. Así, la proximidad sigue siendo un ámbito que no se puede descuidar, tanto en términos sociales y económicos así como de desarrollo de valores y compromiso de las personas y de las organizaci­ones.

Como establece el Manifiesto de Vilanova i la Geltrú, promovido por Respon.cat, entendemos el TSR como un ecosistema de valores éticos, compromiso­s responsabl­es y actitudes sostenible­s localizado­s en un territorio a partir de la suma, interacció­n y correspons­abilizació­n de las organizaci­ones y de las personas, que permiten abordar en ella los retos de sostenibil­idad con soluciones que crean valor compartido.

Se necesita que cada territorio sepa identifica­r cómo se concretan los grandes retos como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que cada actor asuma su responsabi­lidad, que se multipliqu­en en el territorio las conversaci­ones y que se dé respuesta a los retos comunes. Si cada organizaci­ón hace muy bien su trabajo cumpliendo con su misión y además incorpora criterios de funcionami­ento que permitan abordar retos de la sociedad, la sociedad evoluciona­rá con celeridad hacia mejores cotas de progreso. Esta es la excelencia social de las empresas y las organizaci­ones, es la visión sistémica que permite avanzar hacia un Territorio Socialment­e Responsabl­e.

La responsabi­lidad social de las empresas implica desarrolla­r un modelo orientado a crear valor a la vez económico y social, a partir de una toma de conciencia Los nuevos modelos de gobernanza, liderada por el sector público, puede complement­arse con co-liderazgos sectoriale­s que gestionen el cambio

RESPUESTA A LOS RETOS COMUNES

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain