Territorios responsables
Los problemas tienen causas multifactoriales y sólo se les puede hacer frente sinérgicamente. Vemos la multilateralidad como el nuevo orden, el cual pide la participación y responsabilidad de cada una de las partes. Hay que superar un modelo en el que los poderes públicos determinan unilateralmente y los administrados obedecen buscando los resquicios legales. De administrar a gobernar y de gobernar a liderar, es decir, a crear las condiciones para que pasen cosas, lo que implica, entre otros, saber favorecer y sacar provecho de las empresas y organizaciones que se orientan al bien común.
EL CAMINO
La responsabilidad social de las empresas implica desarrollar un modelo orientado a crear valor a la vez económico y social, a partir de una toma de conciencia sobre los impactos positivos y negativos que crea y puede crear. Este es el camino. Aquella mano invisible de Adam Smith basada en un individualismo que sumaba se ha vuelto un pie invisible que genera sufrimiento colectivo a partir de la perversión de proyectar en las corporaciones los instintos más egoicos desconectados de cualquier consideración ética. La mano invisible que hoy tiene capacidad para generar cambios reales y profundos es la que conecta la competitividad de la empresa con las necesidades e inquietudes de la sociedad. ¿Pero, cómo energizamos esas manos?
En la dimensión interna de cada empresa, la RSE tomará fuerza en dos grandes dimensiones: economía circular y empresa saludable. La primera conecta la eficiencia económica y los impactos ambientales. La segunda pone la persona en el centro y focaliza el vector laboral pero también el social y el ambiental.
RESPONSABILIDAD EXTERNA
En la dimensión más relacional, hay dos otros inductores del cambio: la gestión responsable de la cadena de abastecimiento y la articulación de territorios socialmente responsables. Ambos dan respuesta a la responsabilidad externa de la empresa, la gestión responsable de la esfera de influencia y la relación con sus grupos de interés. En el primer caso, las empresas que ejercen el control sobre una cadena de abastecimiento están empezando a integrar criterios que van más allá de atributos clásicos para preocuparse por como sus compromisos responsables se proyectan a lo largo de la cadena.
Queda como reto el desarrollo de territorios socialmente responsables (TSR). En un barrio o ciudad, en una comarca o un país, se puede articular esta capacidad de fortalecer el sentido de conciencia compartida y alinear compromisos. Complementar los nuevos modelos de gobernanza –liderados por el sector público– con un ecosistema de co-liderazgos donde cada actor pueda ser parte activa de la gestión del cambio. La Tierra todavía no es redonda: la globalización muestra límites, las características de cada territorio con su cultura y singularidad se muestran relevantes. La ética, por más universal que sea, necesita –como la educación– poner rostros en contacto. Así, la proximidad sigue siendo un ámbito que no se puede descuidar, tanto en términos sociales y económicos así como de desarrollo de valores y compromiso de las personas y de las organizaciones.
Como establece el Manifiesto de Vilanova i la Geltrú, promovido por Respon.cat, entendemos el TSR como un ecosistema de valores éticos, compromisos responsables y actitudes sostenibles localizados en un territorio a partir de la suma, interacción y corresponsabilización de las organizaciones y de las personas, que permiten abordar en ella los retos de sostenibilidad con soluciones que crean valor compartido.
Se necesita que cada territorio sepa identificar cómo se concretan los grandes retos como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que cada actor asuma su responsabilidad, que se multipliquen en el territorio las conversaciones y que se dé respuesta a los retos comunes. Si cada organización hace muy bien su trabajo cumpliendo con su misión y además incorpora criterios de funcionamiento que permitan abordar retos de la sociedad, la sociedad evolucionará con celeridad hacia mejores cotas de progreso. Esta es la excelencia social de las empresas y las organizaciones, es la visión sistémica que permite avanzar hacia un Territorio Socialmente Responsable.
La responsabilidad social de las empresas implica desarrollar un modelo orientado a crear valor a la vez económico y social, a partir de una toma de conciencia Los nuevos modelos de gobernanza, liderada por el sector público, puede complementarse con co-liderazgos sectoriales que gestionen el cambio
RESPUESTA A LOS RETOS COMUNES