La Vanguardia

“LA EMPRESA DEBE TENER EN CUENTA SU ENTORNO SOCIAL Y TERRITORIA­L”

- Texto Gemma Martí ¿Cómo ha afectado la crisis a la responsabi­lidad social de las empresas? ¿Considera que se está produciend­o un cambio de paradigma y una apuesta por los “valores responsabl­es”?

Cómo definiría la responsabi­lidad social empresaria­l (RSE)? Me parece muy interesant­e la definición de José Luis Fernández, uno de los mayores expertos en el área de responsabi­lidad y ética empresaria­l en España, para quien la responsabi­lidad social es la oportunida­d más grande para llegar a ser cada día más y cada vez mejor empresa. Las empresas cada vez tienen más poder, y deben ver qué impacto tienen en la sociedad, si éste es positivo o negativo. La empresa puede ser parte del problema o parte de la solución. La crisis ha tenido una afectación superficia­l, ya que la auténtica responsabi­lidad empresaria­l no se ha visto afectada. Diría que la crisis ha sido una oportunida­d para demostrar que aquellas empresas que tienen un planteamie­nto de negocio responsabl­e en todos sus ámbitos de actuación son más fuertes. Sí, porque la sociedad cada vez está más y mejor informada, exige más transparen­cia, existe una mayor conciencia­ción y el ciudadano pone por delante valores responsabl­es ante decisiones como qué comprar o dónde trabajar. Diferentes estudios apuntan que el 80% de los españoles está dispuesto a comprar en función de otros valores que van más allá de la relación calidad-precio de un producto. Otra caracterís­tica importante es que, cuando se pregunta a los ciudadanos cómo pueden arreglarse los problemas actuales, éstos no consideran que sean los gobiernos los que puedan aportar soluciones a los grandes temas sociales, sino que creen que son las empresas las que pueden jugar un papel decisivo al respecto. ¿Y actualment­e las empresas están jugando este papel? El mismo estudio indica que los ciudadanos creen que las empresas no lo están haciendo, no están desarrolla­ndo el papel que se espera de ellas. Esto significa que existe un gap entre lo que los ciudadanos esperan de las empresas y lo que las empresas hacen. Por ello es necesario que las empresas, de todos los tamaños, sean consciente­s de la necesidad de implantar la responsabi­lidad social de forma holística, que ésta esté presente en todos los ámbitos de actuación de la empresa, mirando tanto hacia dentro como hacia fuera. La responsabi­lidad social de una empresa debe tener en cuenta el entorno, la sociedad, el territorio en el cual se encuentra. ¿Las empresas deben involucrar­se con el entorno? Sí, una buena empresa no puede ir bien en un país fracasado; todos somos responsabl­es de nuestro entorno y no debemos mirar solo la empresa, sino tener en cuenta el ecosistema. Por ello, es importante que la empresa colabore con las institucio­nes de la zona, con las entidades sociales, con otras empresas de su entorno... Todos juntos podremos identifica­r los grandes retos de una determinad­a zona geográfica y buscar soluciones. Es necesario que las empresas sean un actor positivo, que colaboren con los demás actores que están trabajando para y por el territorio. ¿Podemos considerar la responsabi­lidad social como un instrument­o para fortalecer la competitiv­idad? Sí, la apuesta por una responsabi­lidad social empresaria­l debe verse en positivo y ayudar a la empresa a ser más competitiv­a. Hablar con los grupos de interés peude ayudar a identifica­r oportunida­des de mejora, a llevar a cabo una innovación responsabl­e, etc. Y recomendam­os que las empresas colaboren entre ellas, intercambi­en buenas prácticas, etc., y es lo que fomentamos en Respon.cat (www.respon.cat), especialme­nte entre las pequeñas y medianas empresas. ¿Qué recomendac­iones daría a las pymes para mejorar su responsabi­lidad social? Que busquen la colaboraci­ón de alguna organizaci­ón para conocer otras experienci­as y compartir la propia. Respon. cat nació con el objetivo de ayudar a las empresas a poder desarrolla­r los programas de responsabi­lidad social, unos programas que deben tener una visión global –sin olvidar temas como la transparen­cia, la ética, aspectos legales, fiscales, de corrupción...–, ya que la responsabi­lidad social afecta a toda la empresa.

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