“Hay disenso entre el discurso político y feminista y la calle”
M.ª José Rodríguez Jaume, investigadora de la UA
La socióloga María José Rodriguez Jaume ha liderado, desde la Universidad de Alicante (UA), el primer trabajo científico encaminado a conocer qué grado de aceptación tiene la gestación por sustitución entre la población española, si hay mucho o poco interés en regularla, qué se piensa de las mujeres que gestan para otros o de los derechos de los niños de encargo. Y después de entrevistar a casi 4.000 personas asegura que “hay un disenso entre los discursos político y feminista, mayoritariamente en contra de este fenómeno, y la opinión de la gente de la calle”, bastante a favor de permitirlo.
¿Cree que España debería autorizar la gestación por sustitución?
Es un fenómeno tan complejo, y en el que intervienen tantas personas y con casuísticas y circunstancias tan variadas, que la respuesta no puede ser autorizar o no autorizar, sino que habría que abrir el abanico y decir en qué casos y contextos sí y en cuáles no. Pero lo que está claro es que regularlo hay que regularlo, porque es un fenómeno global y si no la población va a seguir yendo a lugares donde sí se permite, y eso puede contribuir al desarrollo de redes que promueven el tráfico de personas, que favorecen la discriminación de la mujer... Conviene recordar que en Estados Unidos, Canadá, Australia o Reino Unido esta actividad está regulada y sometida a requisitos de buenas prácticas.
Pero por más buenas prácticas que se establezcan, ¿no se vulneran los derechos del niño? ¿No se está tratando a los bebés como mercancía para satisfacer el deseo de ser padre o madre? Esa es una constante en la familias posmodernas, el valor de los hijos e hijas. Se ha pasado de una visión muy economicista, en la que se te-
nía hijos como mano de obra dentro de la familia o para cuidar en la vejez, a otra en la que se tiene hijos para satisfacer cuestiones emocionales y afectivas; y quienes recurren a la gestación por sustitución quieren hijos para satisfacer los mismos deseos que los que los tienen por la vía convencional del coito y coincidiendo el papel de madre y el de mujer gestante.
Entonces, ¿no cree que se atente contra los derechos del niño? Los derechos del niño se vulneran si no garantizas toda la información sobre sus orígenes y no promueves que, si quiere, pueda tener acceso a la mujer que lo gestó. Todo el tema del problema identitario ya se ha debatido y lo hemos aprendido con las adopciones: el niño o niña tiene derecho a conocer sus orígenes. Y si creemos que debe tener contacto, pues regulemos eso en la legislación. Según nuestra investigación, el 61% de
los españoles está de acuerdo en que el niño gestado por sustitución debe contar con toda la información sobre su origen.
¿Y qué pasa con la relación con la madre gestante?
Gran parte de la controversia que suscita la gestación por sustitución tiene que ver precisamente con el papel de esa mujer que gesta a un niño y lo entrega. Es una práctica que socava los pilares canónicos del proceso de construcción de una familia a través de la descendencia. El esquema de que tenías una pareja, heterosexual, mantenías relaciones sexuales, luego nacía un hijo y la madre gestante era la madre real ya se había visto afectado desde la década de los noventa por la mayor tolerancia a las separaciones, las familias monoparentales, el colectivo LGBTI y la explosión de adopciones internacionales. Pero la gestación por sustitución lo hace añicos y abre muchas vetas por las cuales cuestionar y debatir. ¿Cuáles son los principales elementos de debate? Hay que partir de la pluralidad de formas familiares y de ser madre y padre que tenemos hoy. Y tener en cuenta aspectos relacionados con los orígenes, con garantizar y promover información... Porque normalmente se discute de derechos humanos y principios éticos sobre determinados clichés, sin tener en cuenta otras evidencias empíricas que demuestran que el apego no es tan importante, que la gestación por sustitución también se practica en países del primer mundo, y que en un mundo globalizado hay prácticas que aunque no se permitan se seguirán realizando, así que conviene discutir de lo ético, de la moral, los derechos y las legalidades en un contexto realista.
¿El debate que se está produciendo en España es realista?
En realidad no hay debate, se oyen voces de posicionamientos políticos y feministas, pero el debate social no se ha hecho. Se hacen argumentaciones de corte ideológico o basadas en intereses, pero no pueden argumentar sobre la opinión de la población porque hasta nuestro estudio no se les había preguntado, como sí se hizo sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo o el aborto. Parte de las argumentaciones se centran en la cuestión de la comercialización, en si la madre gestante hace un trabajo reproductivo y debe ser remunerada o es una actividad altruista, como las donaciones sanitarias. Pero en nuestra encuesta vemos que la gente no encuadra esta práctica en el discurso mercantilista. El 47% de los españoles se muestra muy o bastante de acuerdo con que las gestantes deberían recibir una compensación económica adicional a los gastos sanitarios del proceso. Y dos terceras partes creen que debería haber un registro nacional de mujeres gestantes para evitar casos de explotación de una misma mujer. /
“El 47% de españoles, partidario de que reciba una compensación adicional a los gastos”
“El 61% cree que el niño debe contar con toda la información sobre su origen”
“Debemos discutir de ética y derechos con realismo: el fenómeno es global, imparable”