El Gobierno italiano desafía a Bruselas aumentando el déficit
El M5E y la Liga fuerzan al ministro de Economía tras un intenso pulso
En un nuevo desafío a Bruselas, el Gobierno populista italiano decidió ayer aumentar su déficit presupuestario del 2019 al 2,4%. Así lo publicaron los medios italianos anoche después de una intensa reunión de un Ejecutivo dividido entre elevar el déficit para poder llevar a cabo sus promesas electorales o respetar el compromiso del anterior Gobierno, del 1,6%. De esto era partidario el ministro de Economía, Giovanni Tria, un técnico que terminó cediendo a las presiones y las amenazas por sustituirle.
Tria debía presentar ayer la cifra que condicionará las líneas maestras de los primeros presupuestos, que deben aprobarse antes del próximo 20 de octubre. Su apuesta por el 1,6% no satisfacía al Movimiento 5 Estrellas (M5E), que reclamaba que lo aumentase para buscar recursos para costear su subsidio a los parados y la reforma de la ley de pensiones, contando con la bajada de impuestos que propone la Liga, unos planes que los expertos ya advertían desde el primer día que no tendrían recursos. Después de días de especulaciones, Matteo Salvini dio el visto bueno a las reivindicaciones de los grillini y dieron un ultimátum al economista: o aceptaba los objetivos políticos del Gobierno, o dejaba el equipo. “Si Tria no está por este proyecto, encontraremos otro ministro de Economía”, amenazó el líder del grupo parlamentario de la Liga en la Cámara de Diputados, Riccardo Molinari.
“¡Hoy es un día histórico! ¡Hoy ha cambiado Italia! Hemos llevado a casa la maniobra del pueblo que por primera vez en la historia de este país acaba con la pobreza gracias a la renta de ciudadanía, para la que hay diez millones”, anunció un exultante Luigi di Maio, el líder del M5E y viceprimer ministro. “Plenamente satisfecho de los objetivos conseguidos”, celebró también el líder de la Liga, Matteo Salvini.
Ambos políticos han terminado ganando la partida a Giovanni Tria, quien de momento prefiere continuar en el barco. El economista fue la incorporación de última hora al Ejecutivo que tejieron el M5E y la Liga tras ponerse de acuerdo en su programa de gobierno. Tria es el suplente que llegó después de que el presidente de la República, Sergio Mattarella, vetase al economista Paolo Savona, que consideraba peligroso por sus posiciones euroescépticas. Tria se negaba a aceptar el objetivo que ha terminado aceptando porque decía que actuaba por el “exclusivo interés de la nación”, tal y como juró en su toma de posesión.
Carlo Cottarelli, el exmiembro del FMI a quien Mattarella encargó formar gobierno tras el fracaso de la propuesta Savona (y que renunció después de que se supiera que M5E y Liga estaban dispuestos a buscar un nuevo ministro de Economía), cree que con la previsión por encima del 2% el Gobierno italiano está tomando una decisión muy arriesgada. “Hasta el 2% los mercados estarían tranquilos. Un 2,5% significa que si estalla una crisis financiera fuera del país, Italia pueda verse muy afectada”, cuenta a La Vanguardia. Además, superar la barrera comporta un desafío directo a las reglas europeas, y “deberíamos ver cómo de fuerte es la respuesta de la Comisión”, advierte. El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, había advertido que el déficit debía permanecer bajo el 2%.
Un déficit del 2,4% no será suficiente para pagar todos los planes del M5E. Según los cálculos de Cottarelli, se necesitaría alzar el déficit por encima del 5% para cumplirlos en este momento, algo fuera de la mesa. La idea es implementar los subsidios gradualmente. Pero con Salvini desatado en las encuestas gracias a su mano dura con la inmigración, Di Maio necesitaba que por lo menos los presupuestos dibujaran aunque fuera un esquema de su renta ciudadana para no quedar todavía más superado por su adversario en el Gobierno. Por el momento, objetivo conseguido.
El ministro Tria se negaba a acatar un déficit del 2,4% por el “interés de la nación”, pero fue acorralado