El lector expone
Trabajadores autónomos, unos superhéroes
Los superhéroes existen y están entre nosotros. Efectivamente, los superhéroes han salido de los cómics para convivir con nosotros camuflados como trabajadores autónomos bajo el sistema fiscal de módulos.
Son supersabios: han de saber de todo (administración y gestión de empresas, contabilidad, recursos humanos, temas fiscales, leyes, marketing …). No hay virus que pueda con ellos: su lema es no coger nunca la baja. No es que no enfermen o sufran accidentes, no, pero si eso sucede, son capaces de soportar dolores agudos y fiebres altas. En el improbable caso de que tengan que guardar cama, sus poderes transforman el lecho en una oficina desde la cual siguen atendiendo sus negocios.
Tienen una resistencia sobrehumana: trabajan 12 horas al día los 365 días del año. No tienen vacaciones pagadas. De hecho, apenas tienen vacaciones. Son extremadamente generosos: no pueden comprarse un teléfono de última generación o una tableta ya que Hacienda considera que no los necesitan para nada, por ello pagan altos impuestos para que hasta los zánganos de turno sí disfruten de esa tecnología.
Capaces de teletransportarse: Hacienda no les permite gastos de avión, ni de hotel, ni dietas. Si quieren trabajar en otras ciudades, han de utilizar sus poderes para teletransportarse o, si carecen de ellos, ir corriendo al más puro estilo Flash.
Obligados a trabajar en universos paralelos: mientras atienden sus negocios, son capaces de trabajar (por obligación) como recaudadores de Hacienda, realizar declaraciones trimestrales y anuales, responder a los requerimientos de Hacienda para justificar hasta la compra de un bolígrafo...
Capaces de trabajar más allá de la jubilación: son los únicos seres que pueden jubilarse pero seguir trabajar y cotizando a la Seguridad Social para ayudar a mantener el sistema de pensiones, pagándose su propia jubilación. Lo dicho, unos superhéroes ERNESTO MARTÍNEZ DE CARVAJAL HEDRIC Premià de Dalt