La Vanguardia

Un fan de Metallica dirige Treball

- SILVIA HINOJOSA

En sus años de infancia y adolescenc­ia, Chakir el Homrani (Barcelona, 1979) viajaba todos los veranos con sus padres y hermanos a la casa de los abuelos paternos, en los alrededore­s de Tetuán. Durante aquellas semanas –bajar a Marruecos implicaba quedarse al menos un mes– hacía una inmersión completa en un ambiente rural que le era ajeno el resto del año. “Era una casa perdida en el campo, teníamos que dejar el coche y caminar una hora y media”, recuerda. Y también visitaban a los abuelos maternos, en Tánger, donde el abuelo era pescador. El choque cultural era considerab­le. En aquella época, el hoy conseller de Treball, Afers Socials i Famílies de la Generalita­t era un joven melenudo al que le gustaba el thrash metal y llevaba camisetas de Metallica. “Pues a veces no es lo que parece, mis abuelos me veían con el pelo largo y no pasaba absolutame­nte nada...”, se ríe.

Pero el intercambi­o se producía y a todos los niveles. “Cuando volvías a Barcelona también tenías en la cabeza un jaleo de lenguas bastante divertido. Para mí, todo eso era el verano”, recuerda El Homrani. Sus padres, inmigrante­s marroquíes, se instalaron hace cuatro décadas en el Mas Sauró, un barrio popular de montaña, en Collserola, donde creció en una familia de cinco hermanos. En casa hablaban en dariya –el dialecto árabe de Marruecos– y castellano. Con los amigos, siempre en catalán. Estudió en la escuela Dolors Montserdà-Santapau, en Sarrià, y en el instituto Joan Boscà, donde era, en los años ochenta y noventa, prácticame­nte el único hijo de inmigrante­s musulmanes.

Luego se licenció en Sociología, en la Universita­t Autònoma de Barcelona, sin tener claro a qué se dedicaría. Buscaba un método para observar la realidad. “La sociología te permite ser consciente de con qué gafas miras el mundo, que no son las mismas para todos. La objetivida­d es ser honesto y explicar desde qué perspectiv­a lo haces”, apunta.

Desde el Departamen­t de Treball i Afers Socials, con un presupuest­o sin consolidar que supera los 3.000 millones de euros, las personas están en el eje de unas políticas que despliega en varios frentes, con el acento en combatir la precarieda­d laboral y prestar atención a los colectivos vulnerable­s. Entre estos últimos, los menores inmigrante­s no acompañado­s, cuya llegada a Catalunya crece desde el 2016 pero se ha intensific­ado en los últimos meses. La situación se volvió crítica en septiembre al trascender las imágenes de chicos durmiendo en el suelo de una comisaría ante la situación de colapso en los centros de atención. “Es un reto de país y tenemos que gestionarl­o bien. En el 2015 llegaron 300 y este año serán 3.000. Creamos un centro a la semana. Hemos pedido al Estado coordinaci­ón y planificac­ión”, explica.

En el ámbito personal, El Homrani vive desde hace doce años en Granollers, con su compañera y los dos hijos de la pareja, de 9 y 7 años. La vida familiar, lamenta, es complicada con su agenda, que a veces se extiende al fin de semana. “Algún día tendremos que abordar en serio el tema de la conciliaci­ón”, subraya.

Ya de muy joven se aficionó a la literatura fantástica y la ciencia ficción, que le permite desconecta­r, señala. Y cuando se siente agobiado coge la moto –lleva una Triumph Tiger de 800 cc– y se da una vuelta. “Te limpia la mente absolutame­nte, me va muy bien”, asegura. Pero echa de menos, ahora que la dedicación a la política le ocupa parte del tiempo que hasta hace poco era de ocio, las partidas bimestrale­s de rol con los amigos de la universida­d. “Nos gusta jugar a todo, ya sea fantasía épica o más futurista, como El señor de los anillos o La llamada de Cthulhu. Para mí Juego de tronos es el primer libro de la saga Canción de hielo y fuego, que leí antes de que existiese la serie”, explica.

En gustos musicales es bastante ecléctico, pero el thrash metal le ha marcado desde la adolescenc­ia. “Los grupos que más he escuchado son Metallica, Pantera y Sepultura. Mi madre no entendía nada, es lógico, ellos vienen de otra tradición cultural”, señala, con una sonrisa. También le gusta el rock español. Explica que había llevado el pelo largo hasta la cintura y confiesa un gesto de fetichismo: aún guarda la primera cruzada (una cazadora de cuero) de cuando tenía 15 años.

Aunque milita en ERC desde los 25 años y ha sido concejal y diputado, su trayectori­a tiene una raíz más sindical que política. Desde los 21 años está vinculado a UGT y fue secretario de organizaci­ón y portavoz de Avalot, la rama juvenil del sindicato, donde coordinó el proyecto Eixam de mediación sociolabor­al juvenil y talleres de empleo. Además, colaboró con diversas oenegés. Y en los últimos años ha trabajado como product manager de formación profesiona­l en una empresa del sector del agua y del medio ambiente, de la que está en excedencia.

Se define como independen­tista, pero no es nacionalis­ta. “Para mí tener una república es el instrument­o para cambiar a fondo la sociedad, soy independen­tista por la vía social, en absoluto identitari­a”, explica. De hecho, se afilió a ERC, en el 2004, casi por impulso, ante la polémica por la reunión secreta del entonces líder de ERC, Josep-Lluís Carod-Rovira, con dirigentes de ETA, en un momento en que era presidente en funciones de la Generalita­t, ya que Pasqual Maragall estaba de viaje. “Cuando vi la que se organizó, me pareció tan surrealist­a que decidí dar el paso”, asegura.

Pasaba los veranos en casa de los abuelos, en Tetuán, con melena hasta la cintura y camiseta thrash metal

CHAKIR EL HOMRANI

Nacido en Barcelona, de padres marroquíes,

este sociólogo y sindicalis­ta de 39 años es experto en formación y empleo juvenil

 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Chakir el Homrani, con su moto, una Triumph Tiger de 800 cc, en el paseo marítimo del Bogatell, en Barcelona, cerca del Departamen­t de Treball, Afers Socials i Famílies, que dirige
ANA JIMÉNEZ Chakir el Homrani, con su moto, una Triumph Tiger de 800 cc, en el paseo marítimo del Bogatell, en Barcelona, cerca del Departamen­t de Treball, Afers Socials i Famílies, que dirige

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain