Los demócratas recuperan poder legislativo y control sobre Trump en la Cámara de Representantes
Los republicanos mantienen la mayoría del Senado, que valida los nombramientos, justo el día en que el presidente cesa al fiscal general
Los demócratas lograron la mayoría en la Cámara de Representantes y los republicanos se mantienen en el Senado, lo que augura un más que probable bloqueo político en los dos años que quedan de legislatura. El voto de las mujeres ha impulsado el giro, aunque el país sigue dividido entre las ciudades y las zonas rurales. Ayer Trump cesó al fiscal general, Jeff Sessions.
Por primera vez desde que llegó a la Casa Blanca, Donald Trump se despertó ayer en un Washington hostil hacia su agenda política y forma de gobernar.
Los demócratas recuperaron el martes, por un estrecho margen, el control de la Cámara de Representantes del Congreso, una institución desde la que podrán realizar las labores de escrutinio a la Administración Trump (y las finanzas personales del presidente) que los republicanos habían renunciado a ejercer. Los conservadores, por su parte, se consolaron con mantener y ampliar su ventaja en el Senado, una posición que les permitirá validar los nombramientos de la Casa Blanca y moldear a largo plazo según sus intereses el poder judicial.
Es el escenario perfecto para que el país –a la vista del ambiente de trincheras que impera en la política estadounidense– quede atrapado en dos años de bloqueo legislativo que aumente la animosidad hacia el otro lado. Ayer, no obstante, unos y otros hicieron llamamientos a la unidad, a su manera... “Sería precioso”, dijo Trump antes de llamar “enfermos” a los demócratas.
Todos tenían alguna razón para cantar victoria y lo hicieron. Tras conocerse los primeros resultados, el presidente proclamó escuetamente que había sido “una gran noche”. Luego, de buena mañana, lanzó una docena de agresivos tuits. Y unas horas después, en una tensa comparecencia ante la prensa, amenazó con investigar él también a los demócratas si se atreven a reabrir las pesquisas sobre el Rusiagate o intentan que publique su declaración de impuestos. Nancy Pelosi, líder de la actual Cámara de Representantes, habló triunfalmente de la llegada de “un nuevo día en AmériUn ca” y llamó a los republicanos a colaborar para sacar leyes adelante.
Las elecciones legislativas de mitad de mandato fueron –son siempre– un referéndum sobre el presidente. El veredicto es ambiguo, muy igualado: hay una ligera mayoría social (en votos) contraria a su agenda y estilo, femenina, joven y diversa concentrada en las ciudades y áreas residenciales, pero el núcleo duro de los apoyos al trumpismo resiste, liderado por hombres blancos mayores de 50 años de alto poder adquisitivo y estudios medios y movilizado a la defensiva. diseño de los mapas de distritos electorales favorable a los republicanos y el peso de la América rural en el reparto de los escaños del Senado refuerzan, además, el impacto del voto conservador. La brecha entre la América rural y la América urbana es cada vez más profunda.
Estas midterm eran también un referéndum sobre el partido demócrata y el resultado, también aquí, es ambivalente. Ha sido una victoria agridulce. A pesar de la enorme energía negativa que Trump ha liberado, no han conseguido armar una auténtica ola azul –el color de los progresistas en EE.UU.– que recuperara territorios clave que se pasaron a los republicanos en el 2016 (o antes) y allanara el terreno para las presidenciales del 2020. No hubo vuelco en Texas ni en Florida, por ejemplo. Y la erosión en la Cámara Baja ha sido menor que la que sufrieron los antecesores de Trump (los republicanos han cedido unos 26 escaños frente a la media histórica de 35) y han logrado un aumento histórico de escaños en el Senado.
Internamente, la derrota de varios candidatos clave procedentes del área más progresista del partido –como Andrew Gillum, fallido aspirante afroamericano a gobernador
LA REACCIÓN DE TRUMP El presidente llama a los demócratas a la unidad antes de amenazar con investigarles
UN VEREDICTO AMBIGUO Hay una mayoría social contraria al trumpismo pero su núcleo duro de apoyos resiste