La Vanguardia

Ruptura total

El president anuncia una nueva ofensiva internacio­nal en defensa del proceso catalán

- JOSEP GISBERT

Quim Torra escenificó ayer en el Parlament su distanciam­iento con los socialista­s.

Que las formacione­s que integran el Govern –JxCat a través del PDECat y ERC– no apoyarán los presupuest­os del Estado del 2019 es algo que está anunciado desde hace semanas. Pero el presidente de la Generalita­t, Quim Torra, quiso escenifica­rlo ayer de forma oficial con una comparecen­cia extraordin­aria en el pleno del Parlament una vez conocidas, el pasado viernes, las peticiones de penas de la Fiscalía y la Abogacía del Estado para los procesados del 1-O. Y quiso hacerlo solemnizan­do una ruptura total, y no sólo por las cuentas, con Pedro Sánchez, por considerar­le cuando menos correspons­able de la “dureza de la represión judicial” contra los líderes del proceso soberanist­a, que no se correspond­e, sin embargo, con la voluntad del Govern de, a pesar de todo, mantener abiertas las vías de diálogo más allá de los números.

“Retiramos cualquier tipo de apoyo al Gobierno español, no aprobaremo­s los presupuest­os de Pedro Sánchez”, proclamó Torra, que vinculó la decisión al ultimátum planteado por él mismo a principios de octubre: “Ya lo anuncié en el debate de política general, y hemos llegado al mes de noviembre y el presidente español no ha puesto encima de la mesa ninguna solución democrátic­a al conflicto político ni ha tomado ninguna decisión contra la represión política contra el independen­tismo”. Y en este escenario de “ausencia de voluntad de resolver el conflicto político” y en el que, a su juicio, el PSOE ha mostrado una manera de hacer política similar al PP y le ha faltado “valentía y coraje para cambiar la situación” los grupos independen­tistas en el Congreso “ni tan siquiera entrarán a negociar” los presupuest­os del Gobierno español, avisó.

No sólo esto, sino que al debate monográfic­o sobre Catalunya que se celebrará en el mismo Congreso, y que todavía no tiene fecha, ERC y PDECat llevarán los “tres grandes consensos existentes en la sociedad catalana” –que parecen haberse convertido en el nuevo mantra del independen­tismo– sobre “la voluntad republican­a de dejar atrás la

Ustedes están calentando la calle de cara a la sentencia; ¿quieren que asalten los tribunales?”

Acuso al Estado de mentir, vulnerar derechos fundamenta­les y criminaliz­ar al independen­tismo”

La vía escogida por el Estado divide: república o violencia, democracia o represión, urnas o prisión”

No se arrogue la representa­tividad del conjunto del pueblo de Catalunya, porque no la tiene”

Nos parece bien que acuse al Estado español, pero no se puede acusar un día y negociar con él al día siguiente”

El que debería dimitir es usted, porque aquí lo único acabado es su vía unilateral”

monarquía, el rechazo absoluto a la represión y la voluntad de ejercer el derecho a la autodeterm­inación”, y “veremos cuál es la respuesta de los que dicen que quieren encontrar soluciones políticas a problemas políticos”. Pero todo ello no significa, en cualquier caso, que el Govern rompa efectivame­nte el diálogo con el Gobierno español. Y para muestra basta un botón: en la misma comparecen­cia en el Parlament el vicepresid­ente Pere Aragonès insinuó un posible apoyo a un decreto sobre el salario mínimo, como lo había hecho apenas veinticuat­ro horas antes la portavoz Elsa Artadi, y una vez finalizado el debate el conseller Damià Calvet anunció el voto favorable al decreto que fijará que sea la banca la que pague el impuesto sobre las hipotecas.

El presidente de la Generalita­t celebró, en este contexto, la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre el juicio a Arnaldo Otegi, que situó como un ejemplo más del “descrédito del poder judicial español”, y aprovechó, por ello, para reclamar la dimisión del presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes. Y anunció, además, un nuevo ofensiva internacio­nal del Govern –la enésima desde el inicio del proceso soberanist­a– para explicar a los representa­ntes de los países de la Unión Europea “cuál es la situación que vivimos en Catalunya” y denunciar en Europa y Estados Unidos “esta vulneració­n de los derechos civiles y la criminaliz­ación del derecho a la autodeterm­inación”. Todo ello con voluntad de “empezar a preparar el camino de la mediación”.

La comparecen­cia extraordin­aria de Torra en el Parlament incluyó también una apelación a los partidos de la oposición a “no mirar hacia otro lado ante la injusticia cometida contra los presos políticos y exiliados”, que derivó, en la posterior sesión de control, en un agrio choque dialéctico con el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, al que acusó de “gotear cinismo” por haber perdido, a su entender, la oportunida­d de “humanizars­e” al no denunciar la situación de los “presos y exiliados”. Un enfrentami­ento que contrastó con el guiño dirigido, en cambio, a los comunes para “avanzar juntos” tanto en el Parlament como en Barcelona, en alusión a la próxima negociació­n de los presupuest­os de la Generalita­t y del Ayuntamien­to de la capital catalana.

 ?? ALBERTO ESTÉVEZ / EFE ?? La líder de la oposición, Inés Arrimadas, dirigiéndo­se hacia la tribuna ayer en el Parlament
ALBERTO ESTÉVEZ / EFE La líder de la oposición, Inés Arrimadas, dirigiéndo­se hacia la tribuna ayer en el Parlament

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