Salvini logra que el Senado avale su decreto contra la inmigración
Las tensiones entre el M5E y la Liga se agudizan por la ley anticorrupción
Una de cal y una de arena para el Gobierno italiano del Movimiento 5 Estrellas y la Liga. El Ejecutivo logró ayer que el Senado italiano respaldase el decreto contra la inmigración del ministro del Interior, Matteo Salvini, que de no aprobarse obligaba a unas elecciones inmediatas. No obstante, las tensiones entre los dos partidos populistas se hacen más evidentes cada día que pasa. Ahora mismo mantienen un duro pulso sobre algunos aspectos de los tiempos de prescripción que están paralizando el proceso de aprobación de una ley anticorrupción anhelada por los grillini. La división es tan fuerte que, según fuentes de la Liga dijeron al Corriere della Sera ,si no hay acuerdo se estarían planteando volver a votar en marzo.
Por el momento, Salvini tiene las de ganar. Había prometido que sólo si el Senado daba el visto bueno a su decreto de mano dura contra la inmigración estaba “dispuesto a hablar de otras cosas”. El ultimátum no sirvió para convencer a todos los senadores del M5E. El proyecto de ley, que ahora pasará a la Cámara de Diputados para su aprobación final, recibió 163 votos a favor, 59 en contra y 19 abstenciones. De los cuales, cinco del M5E, por lo cual ahora el partido empezará los procedimientos para llamarlos al orden. Para el sector más izquierdista de la formación, este decreto es inaceptable.
Pese a los rebeldes, el ministro liguista calificó la jornada como “un día histórico”. Entre otras cosas, el decreto Salvini elimina el permiso de residencia por motivos humanitarios, hasta ahora una de las razonas para el asilo, algo que ha sido denunciado por las organizaciones humanitarias. El líder ultraderechista coronaba la jornada con otro recorte presentado en el Ministerio del Interior, un conjunto de reglas que revisa los fondos destinados a mantener a los inmigrantes que permanecen en uno de los 9.000 centros en todo el país a la espera de su repatriación o de que se tramite la solicitud de asilo. “Tras meses de trabajo ofrezco a los italianos que me pagan el sueldo no sólo el decreto, sino que no gastaremos más 35 euros al día por inmigrante”, declaraba Salvini en televisión.
Pero mientras el liguista celebraba su enésimo triunfo, en el otro lado del Ejecutivo lo miraban con recelo. Las tensiones esta vez comenzaron cuando el M5E presentó una enmienda al proyecto de ley sobre la corrupción en la que se contempla que se suspenda el tiempo de prescripción después de una sentencia de primer grado, aunque esta sea una absolución. Las formas en que lo han presentado han irritado mucho a la Liga, hasta el punto de anular un encuentro a tres entre el primer ministro, Giuseppe Conte, Salvini y el líder del M5E, Luigi di Maio. Por primera vez se habla abiertamente de divorcio. “Yo soy bueno, pero me he cansado”, habría dicho el mismo Di Maio. Los grillini defienden su enmienda porque consideran que se cierran demasiados casos de corrupción sin que haya veredictos. Para la Liga, en cambio, es otra manera de alargar los procesos hasta la eternidad.
La ya conocida como “guerra de enmiendas” es la manera que Di Maio ha encontrado para reivindicarse en un Ejecutivo en el que se ve arrinconado. Aunque en un principio era el socio mayoritario de la coalición, Salvini ha logrado imponerse y la Liga crece en las encuestas como primer partido italiano.
La división es tan fuerte que, según algunos miembros de la Liga, se estarían planteando votar en marzo