Un cuerpo pionero en el adiestramiento de perros rastreadores de truchas
La brigada canina es una de las patas fundamentales del Cos de Banders. Actualmente, el cuerpo cuenta con una unidad especialmente preparada para el rastreo de veneno, sangre y truchas. Perros adiestrados para la detección y el seguimiento sin los que la labor de lucha contra el furtivismo sería mucho más complicada. Tal como explican desde el Cos de Banders, el uso de un perro de trabajo junto con su guía garantiza unos métodos de investigación, rastreo e inspección mucho más efectivos, ágiles y profesionales.
Actualmente, los banders cuentan con hasta cuatro efectivos de cuatro patas: uno especializado para detección de venenos, otro para la detección de sangre y dos para el rastreo de truchas. Estos últimos, en concreto, actúan cuando un pescador furtivo pesca, esconde o transporta de forma ilícita truchas. En estos casos, el perro detecta lo que prácticamente de ninguna otra forma se podría detectar. Esto se debe a que los humanos rastrean fundamentalmente con la visión y para hacerlo se guían de signos, como huellas, ramas rotas, pelos o sangre, portadores de una gran cantidad de información, pero que, sin embargo, suelen ser un rastro efímero, discontinuo, escaso y a menudo mal interpretado. Tal como explican, con la ayuda de un perro de rastreo este trabajo se simplifica y aumenta la probabilidad de éxito. En el adiestramiento de los rastreadores de truchas, el Cos de Banders de Andorra ha sido pionero, ya que, hasta ahora, los agentes rurales no disponían de una formación específica. Hoy, los banders ya comparten en congresos y formaciones las claves de un entrenamiento que no se hace en ningún otro cuerpo homólogo.