El Madrid recupera la pegada
Los blancos encarrilan la clasificación ante el Viktoria y Solari se afianza en el banquillo
Santiago Solari dio un paso importante en la República Checa para dejar de ser el entrenador con vitola de provisional y ganarse el contrato al menos hasta el final de temporada. El Madrid recuperó la contundencia goleadora y encarriló su pase para los octavos de final con una victoria terapéutica ante un Viktoria Pilsen que apunta a la última plaza del grupo, como era previsible. Roma y Madrid tienen casi hecha su clasificación y se jugarán la primera plaza del grupo en el Olímpico a finales de mes.
Solari puso en claro algunas de las decisiones que marcarán su trayectoria. La más importante fue la dar la portería a Thibaut Courtois. Se acabó la alternancia de Navas en la Champions que la dirección del club veía como contra natura y una fuente de problemas. En su primera alineación para un partido que había que ganar sí o sí, Solari dejó en el banquillo a Isco , a Asensio y, la gran novedad, a Modric, The Best ,el jugador que hace un par de meses parecía el principal favorito en la carrera por el Balón de Oro.
Bale y Benzema se mantenían en el once. Vinicius aguardaba su turno en el banquillo y el Madrid jugaba con el dibujo del Castilla de Solari, un 4-2-3-1 que potenciaba el juego por las alas.
El comienzo del partido fue malo para el Madrid. Durante el primer cuarto de hora se vio encerrado en su área por un Viktoria que salió sin complejos, dispuesto a morder con una presión muy alta. En su peor momento, los blancos se salvaron porque un despeje a lo loco de Nacho, con Courtois batido, se fue al travesaño. La suerte del partido cambió al cuarto de hora, con un codazo de Sergio Ramos a la nariz de Havel que dejó al jugador sangrando. El árbitro, el alemán Aytekin, no pitó nada. Cuando el juego se reanudó, el Madrid era otro, de dominado a dominador. Havel se tuvo que retirar antes del descanso, probablemente con el tabique nasal roto. La feísima acción dará más munición a la amplísima leyenda negra de Ramos. Solari optó por sustituirle al cuarto de hora del segundo tiempo, algo muy inusual. El camero se llevó una pitada de campeonato.
Cinco minutos después de la acción impresentable del capitán de los blancos Benzema se sacó de la chistera una de esas obras de arte que prodiga tan poco en la temporada. En dos recortes se fue de varios defensores y marcó colando el balón por debajo de las piernas del portero. El 0-1 derrumbó al Viktoria, que de un plumazo perdió toda su energía.
El Madrid se dio un pequeño festín de ahí al descanso. Sin recurrir demasiado al juego, el Madrid se las apañó una y otra vez para golpear a un rival que en su área defendía como un pelele. Casemiro marcó el segundo de un cabezazo tras un córner lanzado por Kroos. Benzema logró el tercero, tras cabezazo previo de Bale en el área, y hasta Bale, que no marcaba desde septiembre, hacía el suyo, el cuarto, esta vez con los papeles invertidos: una peinada hacia atrás de Benzema y un remate ajustado al poste del extremo galés, ayer de nuevo por la izquierda, como le gusta.
La segunda parte tuvo poca historia. No la podía tener tras el 0-4 de la primera. El Viktoria se lanzó a por el gol del honor. Dejó muchos espacios y el Madrid bajó el ritmo y dejó pasar los minutos. Javi Sánchez sustituyó a Ramos y a falta de veinte minutos Benzema dejó paso a Vinicius. En su primera intervención el brasileño le dio un gol en bandeja a Kroos, que definió el 0-5 ante el portero con una vaselina sutil.
Hasta el final el Madrid se dio el gusto de buscar a Vinicius para que montara la contra. El joven brasileño no sólo tiene desborde sino que no es nada egoísta. Corre con la cabeza levantada y no tiene problemas en dársela al compañero mejor colocado. Por ahora no desilusiona al madridismo. Está para sumar. Otra cosa es que le pidan que se ponga el equipo al hombro. En Pilsen no hizo falta.
LA AGRESIÓN
El equipo se hizo dueño del partido tras un codazo de Ramos que rompió el tabique nasal de Havel
EL DESTACADO
Benzema marcó dos goles, el primero una obra de arte, y jugó su mejor partido de la temporada