La Vanguardia

El COI dejará a España sin eventos si sigue el veto a Kosovo

“En esta situación, España no acogerá eventos internacio­nales”, advierte el COE

- SERGIO HEREDIA

“Nosotros respetamos las leyes de nuestro país, como no puede ser de otra manera. Pero en el ámbito deportivo hay que respetar la Carta Olímpica. Y si no solucionam­os este asunto, la organizaci­ón de eventos deportivos internacio­nales en España es implanteab­le”.

Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE), entiende que el deporte español se ha metido en un atolladero: definitiva­mente, se le ha agotado la paciencia al movimiento olímpico.

El asunto ha explotado en estos últimos días, en los Mundiales de Karate. Es cierto que hubo karatekas kosovares en Madrid. Sin embargo, el aficionado de a pie apenas pudo enterarse: en los marcadores del Palacio de los Deportes, el Wizink Center, los nombres de los kosovares aparecían acompañado­s de las siglas WKF.

Significa World Karate Federation.

La palabra Kosovo no aparecía por ningún lado, según había decidido la organizaci­ón del campeonato.

El asunto ha hartado al Comité Olímpico Internacio­nal (COI), que se ha puesto en marcha: le ha pedido a todas las federacion­es internacio­nales que, a partir de ahora, se abstengan de concederle a España la organizaci­ón de ningún gran acontecimi­ento deportivo. Ni Europeos. Ni Mundiales. Ni, por descontado, Juegos Olímpicos.

La intervenci­ón del COI no es vinculante –las federacion­es internacio­nales son soberanas, y sólo ellas deciden quién monta un Mundial o un Europeo–, pero establece una línea: el Gobierno español no puede seguir vetando a Kosovo.

“Si el Gobierno español no está en condicione­s de garantizar la presencia de Kosovo, ni los kosovares ni ningún otro deportista competirán en España hasta que ese asunto se haya resuelto”, dijo Pere Miró, subdirecto­r general del Comité Olímpico Internacio­nal (COI), a Insidetheg­ames.

–Si la situación no cambia –dijo Alejandro Blanco a La Vanguardia–, podemos olvidarnos de organizar eventos deportivos en los próximos años, porque no cumplimos las normas. El movimiento olímpico no entra en las cuestiones políticas. Pero, por ese mismo motivo, pide respeto a la independen­cia de sus normas. Una federación deportiva nacional se inscribe libremente en el movimiento olímpico, y puede organizar un evento. Pero debe hacerlo respetando la Carta Olímpica (que reconoce a Kosovo) y el estatuto de las organizaci­ones internacio­nales.

–Por lo tanto ¿peligra por ejemplo la candidatur­a de Pirineus-Barcelona a los Juegos de Invierno del 2030? –se le pregunta.

–Si esto no cambia, entonces olvidémono­s de Pirineus-Barcelona. Insisto: el movimiento olímpico respeta a los países, pero también pedimos que se nos respete.

En realidad, el aviso va para un amplio abanico de países. A efectos oficiales, son 35 los países que no reconocen a Kosovo, incluidos Brasil, China o Rusia. Dentro de la UE, cinco países mantienen fuera a los kosovares. La relación es particular­mente tensa con la vecina Serbia, cuyo gobierno no acepta la independen­cia kosovar. En mayo, Belgrado vetaba la entrada de los karatekas kosovares en los Europeos que debían celebrarse en Novi Sad. Dos meses antes, la selección serbia de balonmano había sido expulsada del Mundial sub-20, castigada tras haber anulado un partido frente a Kosovo “por cuestiones de seguridad”.

Tanto el COI como la mayoría de federacion­es deportivas internacio­nales, y entre ellas la FIFA (fútbol) y la IAAF (atletismo), admiten a Kosovo. El COI está al mando de los Juegos Olímpicos, y por ese motivo, Kosovo había lucido su bandera en los Juegos de Río 2016: Maljinda Kelmendi, yudoca, se convertía en la primera medallista olímpica de la historia kosovar. Fue oro en -52kg.

Con algunas especifici­dades, los deportista­s kosovares también habían estado en los Juegos del Mediterrán­eo de Tarragona, en junio.

Lo habían hecho bajo una fórmula excepciona­l, reconocida como “visado aparte”:

–Hubo particular­idades. Pero a efectos de imagen, los Juegos del Mediterrán­eo fueron un punto de encuentro muy importante. Doce de los 16 alcaldes implicados aplaudiero­n la organizaci­ón del evento. Kosovo estuvo allí, recogió medallas y hubo entendimie­nto entre todos –dijo Blanco.

El COI confiaba en que aquel buen hacer sentara un precedente, y que no “volviera a repetirse (en palabras de Pere Miró) ningún tipo de polémica en relación a los deportista­s kosovares”. Los Mundiales de Karate han demostrado que el asunto está lejos de resolverse.

“Nosotros no podemos suspender a un país y no podemos decir que un país no puede organizar un evento. Pero podemos pedirle a las federacion­es internacio­nales que, antes de conceder un evento, se aseguren de que todos los atletas serán bienvenido­s, como por ejemplo en este caso en España”, concluyó Miró.

MUNDIAL DE KARATE

En Madrid, este fin de semana, a los karatekas kosovares se les identifica­ba bajo las siglas WKF

EL AVISO

“Si esto sigue así, olvidémono­s de la sede Pirineus-Barcelona”, dice Alejandro Blanco

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VÍCTOR LERENA / EFE La serbia Prekovic y la kosovar Rama (KKF), en Madrid

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