Recambio conservador
Tras el anuncio hace dos semanas de la canciller Angela Merkel de que no concurrirá a la reelección como presidenta de la CDU, el líder de la formación bávara CSU, Horst Seehofer, confirma que también dejará de liderar su partido.
La renovación en el liderazgo de los partidos clásicos de Alemania, espoleada por el descontento de muchos alemanes con el Gobierno de gran coalición de conservadores y socialdemócratas, y por sus cuantiosas pérdidas de votos en dos recientes elecciones regionales, prosigue con un nuevo relevo anunciado ayer. Tras el anuncio hace dos semanas de la canciller Angela Merkel de que no concurrirá a la reelección como presidenta de su partido, la Unión Cristiana Demócrata (CDU), el líder de su formación hermana bávara, la Unión Social Cristiana (CSU), Horst Seehofer, confirmó que dejará la presidencia de su partido. Siguiendo el esquema de Merkel –que aspira a agotar la legislatura hasta el 2021 como canciller–, Seehofer quiere seguir de ministro del Interior, cargo desde el que ha torpedeado a su socia democristiana, y ha desestabilizado un Ejecutivo ya de por sí desunido.
“Dejaré mi cargo como presidente de la CSU, la decisión está tomada”, afirmó el líder socialcristiano, de 69 años, durante la inauguración de un centro policial en Bautzen (land de Sajonia). Seehofer sostuvo que su decisión de dejar la presidencia de la CSU –que ostenta desde hace diez años– no se debe a la sangría de votos sufrida por su partido en las elecciones de Baviera del pasado 14 de octubre, en las que perdió la mayoría absoluta tras decenios de tenerla de modo casi ininterrumpido.
La CSU ganó en las urnas bávaras, pero con el 37,2% de votos, es decir, 10,5 puntos menos que en las elecciones del 2013, lo cual le ha llevado a pactar un gobierno de coalición con un partido local muy conservador, Electores Libres, pacto anunciado la semana pasada. Markus Söder, de 51 años, repite así como presidente del land, cargo que heredó de Horst Seehofer el pasado marzo, cuando este se mudó a Berlín para ser ministro del Interior. Söder podría ser elegido nuevo presidente del partido en un congreso en enero.
“Tomo esta decisión para que el 2019 sea un año de renovación para la CSU”, afirmó ayer Seehofer, intentando modular la verdadera dimensión de su progresiva salida de escena. Su impopularidad es creciente. Según un sondeo del instituto Forsa de finales de octubre, el 64% de los alemanes quieren que deje tanto la presidencia de la CSU como el cargo de ministro del Interior.
Aparte de que sus correligionarios le achacan el batacazo en Baviera, su conducta marrullera durante la disputa migratoria con Merkel a inicios del verano, y el haber protegido casi hasta el final al ya exjefe del espionaje germano, Hans-Georg Maassen, que coqueteó con la ultraderecha, han hundido la imagen de Horst Seehofer. Significativamente, el ministro jubiló a Maassen la semana pasada, y ayer el Ministerio confirmó que el nuevo jefe de los servicios secretos será Thomas Haldenwang, que era vicejefe con Maassen.
El conflictivo socio de Merkel aspira a conservar el cargo de ministro del Interior de Alemania