Los ‘duchampólogos’
Conmemoración del 50.º aniversario de la muerte de Marcel Duchamp
El hombre que hizo entrar un urinario en los principales museos del mundo, o que le pintó bigote a la Gioconda, es decir, Marcel Duchamp (1887-1968) murió hace cincuenta años en Neuilly-sur-Seine. Así, para conmemorar la efeméride, los duchampólogos Josep Maria Rovira, Ferran Martínez, Xavier Aballí y Joan Casellas oficiarán hoy, en la librería Laie, una especie de funeral artístico-teórico
(“no se admiten coronas”, reza el anuncio) donde rememorarán diversos aspectos de la vida y obra del considerado padre del arte conceptual y figura clave en la evolución del dadaísmo.
Duchamp –en la foto, caracterizado como su alter ego femenino, Rrose Sélavy, en una foto de Man Ray– tuvo unas etapas juveniles en el fauvismo y el cubismo pero, sobre todo, es precursor de una corriente central en el arte actual, ya que, cansado del aura de divinidad con que se rodeaban algunos artistas, reivindicó la creación como resultado de un puro ejercicio de la voluntad, es decir, para la que no era necesaria la formación, la preparación o ni siquiera el talento. Su intención no era otra que trasladar la pulsión creativa al ciudadano de a pie. Su ¿escultura? La fuente (el famoso urinario) ha sido considerada una de las obras de arte más influyentes del siglo XX.
Su primer readymade fue una rueda de bicicleta girando sobre un taburete de cocina (1913), que tenía en su estudio y hoy ocupa las dependencias del MoMA de Nueva York.
La entrada es libre, condicionada al aforo de la sala Picasso. Se ignora si los urinarios de la librería tendrán una función meramente utilitaria o si serán incorporados a la celebración.