La Vanguardia

El gran seductor

La idea de Setién cautiva a Busquets y Messi, los dos capitanes del Barça

- CARLES RUIPÉREZ

Míster, salga”, le pidió Vili, el histórico delegado del Oviedo, a Juanma Lillo. “En la puerta del vestuario está Guardiola que quiere conocerle”. Era el 1 de septiembre de 1996 y el Barça de Robson acababa de ganar en el Tartiere 2-4. “Me explicó que le encantaba como jugaban mi Salamanca y aquel Oviedo”. Algo parecido sucedió el domingo en el Camp Nou tras el gran partido del Betis, que derrotó 3-4 al líder de la Liga. “Para Quique, con aprecio y admiración por tu manera de ver el fútbol”, escribió Sergio Busquets en la dedicatori­a de una camiseta que le regaló a Setién, el técnico verdiblanc­o.

Setién también estuvo hablando sobre el césped antes del partido –momento de la secuencia del fotógrafo Xavier Cervera– y después del pitido final con Leo Messi. “Entrenarle y verlo cada día sería cojonudo. Pero ojo, porque luego hay que estar a su nivel. Hay que demostrar que se sabe entrenar a Messi”, reflexionó en La Vanguardia en enero del 2018.

No son dos cualesquie­ra los dos que tienen tan buen rollo con el entrenador, sino los dos capitanes del Barcelona. Sólo ha dirigido cuatro temporadas en Primera –dos en el Las Palmas y ahora dos en el Betis– pero Quique Setién (60 años) sabe seducir, con palabras y con su filosofía. No es raro si se sabe, porque él mismo lo ha explicado, que durante la boda de Eusebio Sacristán, con el que coincidió en el Atlético de Madrid en la temporada 1987-88, se levantó para acercarse a Johan Cruyff y, ni corto ni perezoso, confesarle que se dejaría cortar el dedo meñique por jugar en el Barça del dream team holandés.

Cruyffista empedernid­o, amante del espectácul­o y fabricante de grandes titulares –“Prefiero un 6-6 que un 0-0”–, el domingo Setién era el hombre del momento pero el cántabro, escarmenta­do, no quiso hablar en los programas de la noche en las radios. Declinó dar entrevista­s. No había sido una buena semana para él en Sevilla. Primero el Celta le remonta un 2-0 en el Villamarín (Canales rescató un punto en el 88) y después pecó de sincero sobre Bartra en una entrevista en RAC1 –“Siempre le digo que algo ha hecho mal para, después de jugar en el Barça y el Dortmund, estar en el Betis”–. El cóctel no gustó a la afición verdiblanc­a y calentó mucho el ambiente. Le puso en la picota, en el disparader­o.

Cualquiera hubiese dado un paso atrás en el Camp Nou. Setién, cabezota, aún fue más osado. No cedió un metro. Porque el entrenador del Betis pasa por ser quizás el mayor fundamenta­lista que queda en la Liga española del juego de posición y la ocupación de espacios. Tanto Luis Enrique, cuando llegó al Camp Nou en el 2014, como el propio Ernesto Valverde, entrenador del Barça desde 2017, dijeron que querían introducir matices al modelo. Setién cree a pies juntillas que el sistema sigue siendo válido. Y juega con tres defensas.

Como jugador sufrió entrenador­es que no les gustaba el fútbol –“Yo jamás

y ser entrenado por el

La dedicatori­a de Busquets.

quería pegar un pelotazo pero algunos me obligaban”–, ahora no deja que los resultados le aparten de su estilo y proyecto. “Yo, allá donde esté, siempre estaré con esta idea con firmeza porque al final el tiempo me da la razón. Pese a los resultados, las conviccion­es no me cambian”, asegura.

Sin embargo, pese a los elogios, en la sala de prensa no quiso ser ventajista. “El Barcelona lleva 25 años marcando una pauta. Nosotros somos unos aprendices”, dijo. Y para los que le ven en el futuro en el Camp Nou, puso los puntos sobre las íes. “Yo soy feliz donde estoy. El Barça tiene un gran entrenador”, defendió la trayectori­a de Valverde.

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 ??  ?? El centrocamp­ista regaló una camiseta al entrenador y en su dedicatori­a –publicada por el Twitter del Real Betis– expresó su admiración y respeto por la filosofía de Setién.
El centrocamp­ista regaló una camiseta al entrenador y en su dedicatori­a –publicada por el Twitter del Real Betis– expresó su admiración y respeto por la filosofía de Setién.
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Abrazos y risas con Messi. Quique Setién bromeó con Leo Messi que no hacía falta que reaparecie­ra el domingo contra su Betis. “No aguantaba más sin fútbol”, le confesó el argentino. La escena de complicida­d entre el diez del Barça y el técnico rival se repitió al finalizar el partido

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