Melania Trump pide el despido de una asesora de la Casa Blanca
El presidente de EE.UU. sopesa echar también a la secretaria de Seguridad Interior
La purga en la Administración Trump está a punto de comenzar, con la primera dama como instigadora. Melania Trump cree que Mira Ricardel “ya no merece el honor de servir en esta Casa Blanca”, hizo saber ayer por la tarde (hora local de Washington) su portavoz. Su despido, de acuerdo con varios medios, es inminente.
Aunque durante su primer año en el cargo el presidente Donald Trump ha batido todos los récords de renovación de personal, este caso sería es el primero del que se tiene constancia que llega recomendado desde el ala este de la Casa Blanca, donde tiene su oficina Melania Trump. El diario The Wall Street Journal informó ayer de la intención del presidente de echar a Ricardel a petición de la primera dama. Su equipo tuvo algunas fricciones con ella durante su reciente viaje oficial de la primera a África. La número dos de Bolton también había tenido choques con el Departamento de Defensa, dirigido por el general Jim Mattis, que tiene un perfil moderado dentro de la actual Administración.
Melania Trump sospecharía además que Ricardel está en el origen de algunas filtraciones informativas negativas para la Casa Blanca y no merecía por tanto la confianza del presidente. Ya lo dijo hace unas semanas en una entrevista de televisión la primera dama: aún queda gente en la Casa Blanca de la que ella no se fía, que la hace estar siempre pendiente de su espalda. ¿Le hace caso su marido en sus decisiones?, le preguntaron en la cadena ABC: “Yo le doy mis honestas opiniones y consejos y luego él hace lo que quiere hacer”, respondió.
La salida de Ricardel, número dos de John Bolton, podría ser el primer movimiento de una reorganización de personal más amplia en la Casa Blanca con la que Donald Trump quiere premiar fidelidades y castigar deslealtades. Su próxima damnificada, según informaron ayer los principales medios estadounidenses, sería Kirstjen Nielsen, la secretaria de Seguridad Interior, máxima responsable de la ejecución de la política migratoria del presidente. Nielsen, que tuvo que dar la cara y defender la política de separación de familias, llegó a la Casa Blanca recomendada por su jefe de personal, el general John Kelly, pero desde el primer día estuvo descontento con ella. Ahora la responsabiliza del aumento de entradas irregulares en la frontera registrado en los últimos meses.
La salida de Nielsen podría precipitar la dimisión del general Kelly, a quien Trump lleva meses también pensando en sustituir. Él mismo se ha planteado en varias ocasiones presentar su dimisión, de acuerdo con varias investigaciones
El relevo de Nielsen puede precipitar la salida del general John Kelly como jefe de personal
periodísticas, frustrado por la forma de trabajar del presidente y algunas de sus decisiones.
Trump ha confirmado que sopesa hacer varios relevos de personal pero no ha concretado cuándo piensa hacerlos. “Ya hablaremos de eso en otro momento”, dijo ayer a la prensa a las puertas de la Casa Blanca, en los márgenes de un acto oficial que contó con la presencia de Ricardel. No hay que perder de vista, no obstante, la afición de Trump por manejar diferentes escenarios al mismo tiempo y mantener a su entorno en tensión permanente, temerosos por su futuro. “Así es como trabaja el presidente. Ha echado gasolina sobre un montón de gente y luego ha esperado a que otra persona encienda la cerilla”, dijo una fuente de la Casa Blanca al The Wall Street Journal.