Los republicanos pierden Arizona
Los demócratas mitigan su desventaja en el Senado a la espera del voto de Florida
Arizona, uno de esos estados que lleva años desafiando las expectativas y resistiendo como bastión republicano a pesar de los cambios demográficos internos, ha dado una buena noticia a los demócratas. La disputada carrera ha tardado una semana en resolverse y, en contra de lo que apuntaban los resultados preliminares, su candidata al Senado, Kyrsten Sinema, ha sido la ganadora del apasionante duelo con la republicana Martha McSally. El sufragio por correo, que utilizaron más de la mitad de los votantes del estado, le ha dado la victoria por 1,7 puntos.
Es la primera vez en la historia en que Arizona estará representado en el Senado por una mujer y la primera vez en 30 años que el escaño estará ocupado por el partido demócrata, aunque Sinema, fiel a la tradición del difunto senador John McCain, se ha perfilado como independiente. “Arizona ha rechazado algo que es demasiado común en nuestro país: los insultos, los ataques personales mezquinos, hacer lo que haga falta para ser elegidos... Es peligroso y nos mina como país pero Arizona ha demostrado que hay otro camino”, celebró Sinema antes de rendir homenaje al republicano y prometer seguir sus pasos.
Sinema, de 42 años, fue elegida miembro de la Cámara de Representantes del Congreso en el 2012 y ha destacado por su voluntad de llegar a acuerdos y buscar terreno común con la oposición para sacar adelante medidas legislativas. Su campaña en positivo, centrada en temas como la sanidad, tuvo más éxito entre los votantes que el tono negativo y acusatorio de McSally, una republicana originalmente centrista pero que conforme se acercaban las elecciones se ha escorado a la derecha y alineado con Donald Trump influida por el ambiente interno del partido. Anteanoche reconoció deportivamente su derrota y llamó a Sinema para felicitarla, desoyendo los llamamientos de algunos republicanos a resistir. Es posible que McSally acabe de todos modos en el Senado: es uno de los nombres que los republicanos barajan para relevar al sustituto temporal de McCain.
La victoria de la candidata demócrata fue celebrada por el colectivo LGTB de Estados Unidos, más representado que nunca en el nuevo Congreso. Sinema nunca ha ocultado su bisexualidad, que salió a la luz pública después de hacer una apasionada defensa en primera persona de los derechos de esta comunidad. Su recorrido y brillante expediente académico –licenciada en Derecho y doctorada– hace difícil de imaginar sus orígenes humildes en el seno de una familia de mormones.
“No hay otro país en el mundo en el que una niña que se crió sin techo y vivió en una gasolinera pueda siquiera soñar con servir en el Congreso y presentarse al Senado”, recalcó este verano en un mitin evocando una historia en la que hay algunas sombras que su rival republicana explotó a fondo. Aunque entró en política con 28 años con el partido ecologista, pronto se afilió a los demócratas y desarrolló un perfil muy centrista, lo que llevó a McSally a tacharla de falsa y traidora. Rompió con la religión hace años. En el 2013, se convirtió en la primera congresista en declarar que no tenía ninguna religión y jurar su cargo sobre una Constitución, no la Biblia.
La victoria de Sinema permite a los demócratas mitigar sus pérdidas netas en la Cámara Alta, donde el martes se pensó que habrían cedido tres o cuatro escaños a los republicanos. A la espera del recuento de votos en Florida, donde el senador demócrata Bill Nelson mantiene una ligera ventaja, el retroceso en el Senado podría limitarse a uno o dos escaños. El de Misisipí, aún abierto, se decidirá en segunda vuelta a finales de mes. Por otro lado, en la Cámara de Representantes, su ventaja podría alcanzar los 35 o hasta 40 escaños una vez que todos los estados terminen de contar sus votos, según las últimas estimaciones.
Las elecciones legislativas de la semana pasada fueron el pistoletazo de salida para las presidenciales del 2020. La lista de posibles candidatos demócratas se amplía cada día que pasa pero el primero en dar el paso no ha sido ni una de las nuevas estrellas del partido, como Beto O’Rourke, ni uno de
Un senador demócrata de Virginia Occidental votante de Trump se presenta a las presidenciales del 2020
sus incombustibles, como Joe Biden o Bernie Sanders, ni tampoco uno de los senadores mejor colocados, como Kamala Harris.
El primero en anunciar que se presentará ha sido Richard Ojeda, un demócrata que en el 2016 votó por Donald Trump decepcionado por la candidatura de Hillary Clinton y el rumbo del partido. “Se supone que lo que hace el Partido Demócrata es luchar por la clase trabajadora y eso es lo que voy a hacer”, ha prometido Ojeda, veterano de guerra y héroe de la huelga de maestros desde su escaño en el senado de Virginia Occidental.