Termina sin avances la cumbre italiana por la estabilización de Libia
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, había puesto todo su empeño en la cumbre por la estabilización de Libia que se ha celebrado estos días en Palermo (Sicilia). Había invitado a dirigentes de máximo nivel, e incluso los medios italianos decían que era probable que asistiesen el presidente de EE.UU., Donald Trump; el presidente ruso, Vladímir Putin, o la canciller alemana, Angela Merkel.
Al final, la cumbre terminó ayer sin que ninguno de estos mandatarios pisaran la capital siciliana. Sí que estuvieron presentes el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev; el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi; el ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian; el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk; el presidente de Túnez, Beji Caid Essebsi; el primer ministro argelino, Ahmed Ouyahia, y el enviado de la ONU para Libia, Ghassan Salamè. En representación de España estuvo el secretario de Estado de Exteriores, Fernando Martín Valenzuela. El esfuerzo de la diplomacia italiana había sido enorme.
Conte había puesto todas sus esperanzas en la participación del hombre que controla el este de Libia, el mariscal Jalifa Hafter, para que se reuniera con el jefe del Gobierno de Trípoli apoyado por las Naciones Unidas, Fayez al Serraj. Pero hasta el último minuto no se confirmó la llegada de Hafter a Palermo, a última hora del lunes. Fue convencido por el presidente egipcio, que junto a Italia es otro de los grandes países interesados en que el caos libio termine.
El premier italiano consiguió su anhelado apretón de manos entre los líderes de las dos libias, aunque no que la conferencia se cerrase sin una polémica. Hafter estuvo en Palermo pero no participó en las reuniones. Sólo en un encuentro al margen con Al Serraj, algo que enfureció a la delegación turca. El vicepresidente Fuat Oktay anunció que abandonaba “inmediatamente” la cumbre porque “no se puede pensar en resolver la crisis libia implicando a quienes la han provocado y excluyendo a Turquía”.
La cumbre terminó sin grandes avances, aunque Italia tampoco esperaba resolver inmediatamente la situación, explican fuentes del Ministerio de Exteriores. Lo máximo que consiguieron fueron señales de que podrían reunirse de nuevo en una conferencia auspiciada por la ONU “en las primeras semanas del próximo año”. El enviado especial Salamè expresó su satisfacción por haber constatado “un nivel de convivencia superior” entre las partes del conflicto.
La delegación turca abandona Palermo enfadada porque Hafter no participe en las reuniones