LA NUEVA ECONOMÍA DE PLATAFORMA, BAJO LA LUPA
Barcelona acoge la Sharing Cities Summit (hasta el 15/XI), una cumbre de ciudades de todo el mundo para debatir esta nueva organización del trabajo
La economía de plataforma –aquella que se basa en un modelo de producción y consumo entre grupos de personas y que se gestiona a través de una plataforma digital–, está creciendo de forma rápida y exponencial, principalmente en las grandes ciudades. Ésta puede presentar dos formas muy dispares. Un modelo denominado colaborativo, que siguen las comunidades de software abierto o la Wikipedia, por ejemplo. Es un modelo basado en la gobernanza compartida, el conocimiento abierto y la responsabilidad social, y que algunas ciudades consideran que es una oportunidad para crear una economía urbana más inclusiva, participativa y diversa. Y otro modelo –el de plataformas como Uber, Cabify, Glovo o Deliveroo, entre otras– que utiliza una tecnología cerrada, siguen una lógica extraccionista y generan controversias importantes (como la vivida recientemente con el sector del taxi). Un elemento distintivo –y significativo– de los dos modelos es la política de datos que aplican. Cerrados y abirtos. Y es que, según los expertos, una política de datos abiertos garantiza a las comunidades transparencia y acceso al valor que se ha generado en las interacciones de la plataforma.
DECLARACIÓN DE CIUDADES
Para hablar y debatir sobre la realidad de la economía de plataforma, estos días se celebra en Barcelona la tercera edición de la Sharing Cities Summit, la cumbre internacional entre ciudades sobre economía de plataforma digital. Coorganizado por el Ayuntamiento de Barcelona y Dimmons –grupo de investigación experto en economía colaborativa en el Internet Interdisciplinary Institute de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC)–, el encuentro se enmarca dentro de la Smart City Expo World Congress y culminará con la Declaración de Ciudades Colaborativas.
Si en las dos primeras ediciones –celebradas en las ciudades de Amsterdam (2016) y Nueva York (2017)– la cumbre se centró principalmente en intercambiar experiencias, "este año se ha querido ir un paso más allá y definir una declaración conjunta de principios entre ciudades para reforzar su colaboración y
Las ciudades trabajan conjuntamente para fomentar plataformas digitales que apuesten por la colaboración
concretar qué debe prevalecer en la economía de plataforma como, por ejemplo, la importancia de diferenciar modelos, los derechos laborales, el impacto medioambiental, que el modelo esté alineado con el interés general, y la soberanía de las ciudades en las regulaciones...", explica Mayo Fuster, directora de Dimmons. Y añade: “La Declaración de Ciudades Colaborativas ayudará a que las urbes trabajen conjuntamente para lograr más plataformas digitales basadas en la colaboración. La declaración de Barcelona no es sólo un manifiesto de la ciudad, sino que se trata de un programa de un año de duración que se llevará a cabo desde la entidad Barcelona InnoBadora, una nueva oficina vinculada a Barcelona Activa”.