CONVIVIR CON NUEVAS FORMAS DE MOVERSE
Smart Mobility Congress aborda los retos de las ciudades para lograr una movilidad sostenible basada en el transporte público y colaborativo
La tecnología ha facilitado el auge del "transporte flotante", aquel que no tiene paradas o una infraestructura fija
Redes de transporte, movilidad sostenible, vehículos autopropulsados, nuevos modelos de transporte disruptivos, sistemas de pago, logística y ferrocarriles son algunos de los asuntos que se tratan en la segunda edición del Smart Mobility Congress (SMC). La feria, que este año tiene como lema The Next Move (El siguiente movimiento), se centra en el transporte urbano e interurbano inteligente y aborda los desafíos que plantea una mayor concentración urbana en términos de movilidad y cómo la movilidad smart está cambiando la forma de las ciudades, las relaciones y la adquisición de bienes y servicios.
SMC se celebra hasta mañana coincidiendo con el Smart City Expo World Congress, la principal exposición dedicada a las ciudades y las soluciones urbanas. La sección de congresos de SMC contará con la participación de 120 ponentes y se llevarán a cabo 50 sesiones de debates.
Según Pere Calvet, presidente del Smart Mobility Congress, el evento es "una magnífica oportunidad para que todos los agentes involucrados en el campo de la movilidad se reúnan en un mismo espacio, discutan los desafíos futuros, compartan experiencias y emprendan nuevos proyectos en un campo que será esencial para el desarrollo a corto plazo de nuestra sociedad". En este sentido, SMC se beneficia de las sinergias creadas con el Smart City Expo World Congress.
Smart Mobility Congress coopera con la Asociación Internacional de Transporte Público (UITP) y hoy organiza el foro especial Urban Mobility Innovation Index Forum (UMii Forum), una plataforma que estudia la movilidad en algunas de las principales ciudades de los cinco continentes y proporciona una guía para ayudar a los gobiernos municipales a implementar políticas y soluciones que ayuden al fomento de la innovación en el campo de la movilidad urbana. Durante la sesión se presentarán los últimos datos del índice y las ciudades que mejor resuelven los desafíos planteados por el transporte.
NUEVOS RETOS
Las formas de moverse por las ciudades están evolucionando. En pocas décadas, los barceloneses, por ejemplo, han pasado de desplazarse a pie, en autobús, metro, taxi, coche o moto, a incorporar otros modos de transporte en sus desplazamientos diarios, como el tranvía, el segway, la moto, la bicicleta o el coche compartido y, últimamente, el patinete eléctrico. Estos cambios han provocado nuevos retos para las ciudades, que se han visto ante la necesidad de adecuar sus infraestructuras y normativas. A su vez, también han repercutido positivamente en el medio ambiente, ya que las nuevas formas de movilidad –la gran ma- yoría eléctricas o híbridas– son menos contaminantes y, en general, más respetuosas con el entorno y el medio ambinte.
TRANSPORTE FLOTANTE
El transporte flotante –como algunos expertos denominan algunas de las nuevas formas de movilidad, ya que no tienen paradas fijas ni infraestructura– está muy vinculado a los teléfonos móviles y a las aplicaciones, que son las que permiten acceder a estos servicios. Gracias al móvil podemos saber dónde está situado el coche eléctrico, la moto o la bicicleta, desbloquearlo, ponerlo en marcha y pagar por el servicio.
A su vez, la irrupción de patinetes eléctricos y otros vehículos de nueva generación (como las ruedas o los segways) ha obligado a las administraciones a definir cómo, cuándo y por dónde debe circular cada medio de transporte. Para ello, desde el mes de julio de 2017 Barcelona dispone de una nueva regulación de vehículos de movilidad personal (VMP) y ciclos de más de dos ruedas que se utilizan para una actividad económica. La normativa determina los espacios por los que pueden circular estos vehículos y establece si han de tener seguro, llevar casco sus usuarios o la edad n que pueden conducirlos.
BICICLETAS FUERA DE LAS ACERAS
Cabe destacar que, a partir del 1 de enero, Barcelona no dejará circular las bicicletas por aquellas aceras que tengan un ancho inferior a cinco metros y tres metros de espacio libre, lo que significa que los ciclistas no podrán ir por la mayoría de las aceras de la trama Cerdà, propia de los distritos del Eixample o de Sant Martí. Esta medida será más flexible durante la noche, y se mantiene el permiso de circular por las aceras a los menores de 12 años con acompañante.
Se trata del fin de la moratoria establecida en la modificación de la ordenanza del año 2017, que se hace efectiva en un momento en que este medio de transporte ya forma parte de la movilidad habitual en la ciudad, con unos 200.000 desplazamientos diarios en bicicleta y más de 200 kilómetros de carriles acondicionados para ellas.