Antidisturbios karatekas
Cuatro policías defienden ante el juez el empleo de las porras
Cuatro agentes de la Policía Nacional usaron técnicas de artes marciales el 1-O.
Cuatro agentes antidisturbios de la Policía Nacional defendieron ante el juez que el 1 de octubre usaron una técnica de artes marciales, consistente en golpes rápidos y secos, contra una mujer para que no entorpeciera su actuación, porque estaba “alterada y nerviosa”.
La ronda de testimonios de policías nacionales que intervinieron en los centros de votación el 1 de octubre continuó ayer en el juzgado de instrucción número 7 de Barcelona. El martes comparecieron un inspector jefe, un subinspector y dos agentes, y ayer un inspector jefe, un inspector y dos agentes, todos ellos de las unidades antidisturbios, que fueron enviados a Barcelona para actuar en esa jornada y que estaban alojados en barcos.
Según fuentes judiciales, los agentes relataron que dos días antes, en las reuniones que se tuvieron para diseñar el operativo contra el referéndum, ya les adjudicaron los locales de votación donde debían intervenir. Sus mandos superiores, ese día, eran de las unidades antidisturbios y de la brigada de información. A los que ayer desfilaron por el juzgado se les adjudicó la escuela pública Dolors Monserdà y las concertadas Fedac Horta e Infant Jesús; todas en Barcelona. Al respecto, los policías señalaron que no sabían que las dos últimas eran privadas, motivo por el cual el magistrado piensa que su actuación no estaba amparada por la orden del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC).
Los principales problemas ocurrieron en el centro Dolors Monserdà, donde una mujer fue golpeada en la cara y otra asida por la boca para arrastrarla. En cuanto a la primera, los agentes explicaron que emplearon una técnica de artes marciales para reducirla, que se llama Atemi, y que consiste en dar golpes rápidos y secos en diversas partes del cuerpo y en actuar sobre puntos de dolor. En su testimonio señalaron que vieron a una mujer con “alto nivel de agresividad”, por lo cual optaron por un golpe en la cara para dejarla “atolondrada” y asegurarse de que no iba a entorpecer su actuación, porque estaba “alterada y nerviosa” y decidió tirarse al suelo.
En cuanto a la otra mujer, aseguraron que la tuvieron que asir por la boca porque estaba muy nerviosa y no la podían agarrar por los brazos para sacarla del lugar.
Los policías describieron que se encontraron con ambientes muy hostiles cuando bajaron de las furgonetas y que fueron atacados con cascos de moto y paraguas y que incluso les mordieron, si bien no constan partes médicos. Por eso, alegan, usaron las porras, por “obediencia debida” hacia sus superiores y en “legítima defensa”, usando técnicas policiales ante una “masa organizada y violenta”. También añadieron que pasaron miedo.
Precisamente en lo relativo al empleo de las defensas, hubo una discrepancia entre los declarantes. Mientras el inspector jefe dijo que no hay un protocolo concreto sobre su utilización en las unidades antidisturbios de la Policía Nacional, y que se recurre a ella si lo mandan los superiores o en legítima defensa, uno de los agentes sostuvo que se usa según el criterio de cada policía si ve amenazada su integridad física. En cualquier caso, blandieron las porras para desalojar el perímetro de seguridad incluso golpeando en la espalda, pero siempre de forma “proporcional”. Además, añadieron que advirtieron con un megáfono de que iban a intervenir.
Estas declaraciones son parecidas a las prestadas el martes por otros cuatro policías, que negaron una actuación irregular porque se encontraron con un “muro humano” que actuaba con gran hostilidad, si bien señalaron que actuaron de forma proporcional. Lo mismo que sus compañeros, ayer tan sólo respondieron a las preguntas del juez, el fiscal, su letrado y el abogado del Estado, pero no a las acusaciones.
La ronda de testimonios continuará mañana con la comparecencia de otros tres agentes que actuaron en la escuela Àgora, de Nou Barris. En total, el juzgado de instrucción número 7 de Barcelona mantiene bajo investigación a 24 policías nacionales por las cargas del día 1 de octubre en diversos puntos de votación de Barcelona.
Los agentes declaran que actuaron con proporcionalidad ante “una masa organizada y violenta”