Inversiones sostenibles para construir el futuro de todos
Naciones Unidas reconoce a VidaCaixa como la única aseguradora de España con la máxima calificación en inversión responsable
Son las siete de la mañana, suena el despertador. Lo apagas, te levantas y enciendes la radio mientras te preparas un café, para más tarde darte una ducha rápida. En poco más de media hora, ya has llevado a cabo varias acciones rutinarias y sencillas que tienen una clara repercusión en el medio ambiente. Pese a que la sociedad actual cada vez es más consciente de la huella que dejan sus pasos tras de sí, aún queda mucho por hacer, y para ello es necesaria mayor información sobre cómo y qué se puede hacer de manera individual para el bien común. Cada vez más, la sociedad se preocupa por saber qué aspectos diarios se pueden trabajar para ser más respetuosos con el medio ambiente, con la sociedad o con los derechos humanos.
Alimentación, consumo, energía e, incluso, las inversiones personales tienen un efecto en el futuro que estamos construyendo entre todos. Son muchos ya los que sueñan con un futuro sostenible, y éste solo se consigue con un presente responsable.
A día de hoy, España es el décimo consumidor mundial de productos ecológicos; este tipo de alimentos van ganando espacio en las neveras de muchos hogares. Además, cada ciudadano separa y recicla, de media, unos 30 kilos de residuos al año; y Barcelona, por ejemplo, se encuentra en los rankings de ciudades más sostenibles e inteligentes del mundo. A día de hoy, ya se construyen edificios inteligentes pensados para potenciar su eficiencia energética, facilitar una buena gestión de los residuos y mejorar la calidad de vida de sus usuarios.
Para los retos que ahora se plantean en este nuevo escenario es necesario abrir la mente e ir más allá: sí, sigamos reciclando, consumiendo productos de proximidad o usando los transportes públicos para reducir la contaminación en las urbes; pero no cesemos en la búsqueda de nuevas maneras de ayudar al medio ambiente (y, por lo tanto, a la sociedad en la que vivimos) a tener mayor salud.
El objetivo no debe plantearse únicamente en el ámbito particular de cada uno de nosotros, sino que las empresas e instituciones desempeñan una función clave en este futuro para todos. En este sentido, cada una de sus decisiones estratégicas deja, de igual manera, una huella tras de sí. Fundamentales son las relaciones que establecen con sus stakeholders y la filosofía que definen sus pasos. Es, por lo tanto, necesario plantearse algunas preguntas.
¿Existen las empresas comprometidas con el presente y, sobre todo, con el futuro? En efecto, las compañías cada vez más se muestran más respetuosas con sus empleados, clientes, con el medio ambiente, con sus proveedores… Aquellas que aplican una buena política en este sentido se ha demostrado que, a su vez, son más rentables. Entonces, ¿el dinero también puede ser sostenible? Sí. Una inversión responsable marca el estilo de una compañía e incorpora factores ambientales, pero también sociales y de buen gobierno (ASG) en sus decisiones de inversión. Actualmente, este tipo de inversiones están teniendo cada vez más relevancia en los debates internacionales sobre cambio climático o desarrollo sostenible. Buscan acciones respetuosas con el entorno, con la gestión del agua o la reducción de la polución; además de invertir en empresas más igualitarias o en compañías transparentes y justas. Tal como corrobora el último estudio Inversión sostenible y responsable en España, llevado a cabo por Spainsif, entre los años 2015 y 2017 los activos bajo gestión ASG en España alcanzaron los 185.614 millones de euros, con un crecimiento en el periodo del 10%.
Inversores institucionales como VidaCaixa –integrada en el Grupo CaixaBank– desempeñan hoy una función crucial en esta materia. Son clave porque son capaces de movilizar inversión y flujos financieros hacia actividades económicas respetuosas con la sociedad y con el medio ambiente. Su fin no es otro que contribuir a la sostenibilidad del planeta. CaixaBank, a través, precisamente, de VidaCaixa, apuesta desde hace más de quince años por la inversión responsable en la gestión de todos sus activos, combinando rentabilidad y sostenibilidad. Por eso, gestiona los planes de pensiones de sus clientes de forma sostenible con el medio ambiente y con la sociedad. Gracias a este esfuerzo y dedicación, ha obtenido la máxima calificación que otorgan los Principios de Inversión Responsable de Naciones Unidas (PRI), que son el mayor proyecto mundial de impulso de la gestión responsable de las inversiones y un referente internacional en este ámbito. El modelo de VidaCaixa se basa en la búsqueda de una rentabilidad sostenible para sus clientes y en una gestión coherente con los valores corporativos y con compromisos internacionales como éste, en los que la compañía cree profundamente, ya que permitirán construir sociedades más sostenibles para el futuro. De esta manera, aparece la oportunidad de elegir la sostenibilidad también para el ahorro individual a través de productos como los planes de pensiones o los seguros de ahorro y, por supuesto, sin renunciar a la rentabilidad.
Futuro basado en el presente
España es uno de los países más longevos del mundo. Según un estudio reciente de la Universidad de Washington, los españoles tendrán una esperanza de vida de 85,8 años en 2040. Los avances de la ciencia, el estilo de vida saludable y la dieta mediterránea permiten vivir más y con mayor calidad. Una persona que hoy se jubila con 65 años tiene una esperanza de vida de 20 años más que, por supuesto, quiere disfrutar con tranquilidad y con la seguridad de estar bien protegido.
Sin embargo, la población mundial está envejeciendo y este proceso demográfico va a ser especialmente notable en España. En 2050, será el país con la segunda tasa de dependencia más alta del mundo, solo por detrás de Japón. Esto significa que a mediados de siglo habrá 76 personas de más de 65 años por cada 100 ciudadanos con una edad comprendida entre los 20 y 64 años.
En un sistema como el español, son los trabajadores en activo quienes sufragan las pensiones actuales de las personas jubiladas. Precisamente por este motivo, la mayor parte de las economías del primer mundo ya han llevado a cabo reformas para paliar los efectos del envejecimiento de la población. En España, se trabaja en presentar nuevas reformas y la Comisión Europea ha puesto el foco sobre la tasa de reemplazo. Desde el año 2013, la edad de jubilación aumenta paulatinamente año tras año, hasta llegar a los 67 años en 2027. Para poder cobrar el 100% de la pensión hay que haber cotizado más de 35 años, una cifra que aumentará hasta los 38,5 años en 2027.
En este sentido, CaixaBank nació con el compromiso de proteger la calidad de vida de las personas durante su jubilación. Hace más de un siglo, la entonces llamada Caja de Pensiones para la Vejez emitió la primera libreta de pensiones. Se sentaron entonces las bases para uno de los pilares a los que el grupo se ha mantenido fiel: contribuir a mejorar el bienestar de las personas y aportar soluciones para conseguir una jubilación digna. Hoy este compromiso se transforma en un asesoramiento personalizado y en una amplia gama de soluciones innovadoras, que se completa con una apuesta firme por la sostenibilidad.
El ahorro para la jubilación debe proporcionar un complemento a la pensión pública de jubilación que sea suficiente para mantener la calidad de vida que desee la persona. A la hora de ahorrar, cuanto antes se empiece mejor. Así, se dispondrá de más tiempo y el esfuerzo de ahorro es menor. La constancia en este ámbito tiene premio. Además de tener en cuenta si es sostenible o no, el mejor plan de ahorro es aquel que encuentra el equilibrio entre crecimiento y estabilidad. Es decir, el plan óptimo es aquel que se adecua a las necesidades de cada persona teniendo en cuenta
su perfil de riesgo y horizonte temporal. En general, los expertos aconsejan apartar entre un 10 y un 20% de los ingresos mensuales y guardarlos en la hucha. También es conocida la regla 50-30-20, que aconseja dedicar el 50% de los ingresos para lo básico (casa, suministros, alimentación, transporte), el 20% al ahorro a largo plazo y el 30% restante para ocio y aspectos del proyecto de vida de cada uno. La mejor opción es ahorrar cada mes, como si fuese un gasto fijo y, sobre todo, no tocarlo.
¿Por qué debemos ahorrar para la jubilación? Al empezar a planificar la jubilación, es importante plantearse una serie de preguntas que ayudarán a establecer una hoja de ruta. La primera y más importante es: ¿Cuándo empezar a ahorrar? La respuesta, como se avanzaba, es muy sencilla: cuanto antes, mejor. Teniendo un hábito de ahorro –y contando con el tiempo a favor–, el esfuerzo será siempre menor para alcanzar el objetivo. Eso significa ser constante en las aportaciones, por muy pequeñas que sean. Por ejemplo, ahorrando 50 euros al mes desde los 30 años se puede llegar a la jubilación con más de 60.000 euros.
Para establecer el objetivo de ahorro para la jubilación, lo primero es saber aproximadamente la cuantía de la pensión pública de la que se dispondrá. Para ello, existen diversos simuladores que permiten conocer dicha cantidad. A partir de esta información, y de las necesidades que se calculen, ya es posible establecer un objetivo de ahorro que proporcione un ingreso complementario a la pensión pública. Los expertos aconsejan varias opciones. Cuando la meta se dibuja en un largo plazo, es recomendable asumir cierto riesgo al principio, con una mayor exposición a renta variable que haga crecer el dinero ahorrado, y una posición más conservadora al final, para consolidar el ahorro que se haya conseguido hasta el momento. Además, normalmente los últimos años de la etapa laboral suelen ser los años en los que se alcanza el mayor sueldo de la carrera, por lo que es un buen momento para hacer un último sprint de ahorro.
Los planes de pensiones, los triunfadores
Los planes de pensiones son una de las herramientas más interesantes para el ahorro pensando en el momento de la jubilación. La amplia gama de soluciones de ahorro a largo plazo de CaixaBank y el asesoramiento de sus expertos permiten configurar una estrategia de ahorro para la jubilación a medida. El plan óptimo es aquel que se adecua a las necesidades de cada persona teniendo en cuenta su perfil de riesgo y horizonte temporal. Asimismo, es importante destacar que los planes de pensiones ofrecen importantes ventajas fiscales mientras se ahorra y tienen por objetivo complementar la pensión pública. Las aportaciones están limitadas a 8.000 euros anuales, sin que esta cantidad supere el 30% de los rendimientos netos del trabajo y de las actividades económicas. Todo lo ahorrado en cada ejercicio es deducible en la declaración de la renta.
Por lo tanto, siguiendo el factor de riesgo y el horizonte temporal, el ahorrador puede optar por planes que inviertan principalmente en renta fija o por planes que inviertan mayoritariamente en renta variable. Los asesores recomiendan siempre seguir el perfil del cliente y su voluntad de ahorro. En este sentido, la primera opción está planteada para personas con una jubilación más cercana y que buscan estabilidad. Sin embargo, los planes de renta variable permiten invertir en fondos más arriesgados, con los que obtener el máximo rendimiento, pero siempre sujetos a las fluctuaciones del mercado. Están pensados, por lo tanto, para los que todavía están lejos de pensar en la jubilación. Existe una tercera pata: los planes mixtos. VidaCaixa, como gestora de los fondos y a partir de su experiencia, tiene la responsabilidad de tomar las decisiones que afectan al nivel de riesgo de cada producto, para conseguir el máximo rendimiento.
Además de los planes de pensiones, existen otras soluciones destinadas al ahorro futuro que también cuentan con ventajas fiscales. Son el Plan Individual de Ahorro Sistemático (PIAS) y el Seguro Individual de Ahorro a Largo Plazo (SIALP). Como principales características, hay que mencionar que las aportaciones a un PIAS no tienen efectos fiscales, pero los rendimientos obtenidos están exentos de impuestos. Con un SIALP, no se tributa por los rendimientos obtenidos siempre y cuando la inversión se mantenga un mínimo de cinco años y no se superen los 5.000 euros aportados por persona y año.
¿Y si quiero optimizar ese dinero ahorrado hasta la fecha? El rescate del plan de pensiones puede realizarse en el momento de la jubilación, pero también si el ahorrador se encuentra en situación de desempleo de larga duración, tiene una enfermedad grave, una dependencia o alguna invalidez. Además, según la última reforma fiscal aprobada por el Gobierno, se ha incluido la posibilidad de cobrar por las aportaciones que tengan más de diez años. Al alcanzar la jubilación, se puede recuperar como capital; es decir, percibir todo el ahorro de una sola vez; también poco a poco, con un ingreso mensual; o realizar una combinación de ambas opciones. Finalmente, la cuarta vía es mantener la inversión. Si no necesitamos esos ingresos y están consiguiendo unas rentabilidades interesantes, podemos dejarlo para más adelante, cuando realmente haga falta.
Además, VidaCaixa ha puesto en marcha una campaña de bonificaciones para apoyar a todos aquellos que ahorran para su jubilación. La campaña, que ya está activa y se mantendrá hasta el 31 de enero del año próximo, permite alcanzar un 5% de bonificación máxima traspasando el plan de pensiones y realizando aportaciones a planes y fondos de inversión de la entidad. Si el cliente está jubilado y quiere disponer de su plan de pensiones en forma de renta asegurada, además, podrá obtener un 1% del importe del Rentas Plan. Los clientes que traspasen su plan desde otra entidad obtendrían directamente un 1% de bonificación del importe traspasado; además, si tuvieran más de 65 años o realizaran un traspaso de más de 30.000 euros, sumarían otro 1% adicional. Asimismo, aquellos que llevaran a cabo una aportación mensual de al menos 100 euros o una aportación única a partir de 2.000 euros incrementarían la bonificación un 2% adicional. Se sumaría un 1% más a aquellos que ejecutaran una nueva suscripción o traspaso a un fondo de inversión de, como mínimo, 1.000 euros.
Los planes de pensiones ofrecen importantes ventajas fiscales mientras se ahorra Una inversión sostenible incorpora factores ambientales, sociales y de buen gobierno