Pinchazo de la economía alemana
LA locomotora económica europea ha pinchado en el tercer trimestre. El producto interior bruto (PIB) de Alemania ha registrado un retroceso del 0,2% y ha puesto fin al crecimiento ininterrumpido que ha mantenido en los últimos dieciséis trimestres. Es un dato negativo, que en principio obedece a problemas puntuales en la producción de automóviles, a causa de las nuevas normativas anticontaminación. Sin embargo, también hay otros factores que ensombrecen la evolución económica del gigante germano, como son los problemas derivados de las tensiones comerciales internacionales, a raíz de las políticas proteccionistas de Trump, y de una reducción de la demanda procedente de China, así como del aumento de los precios del petróleo. Todo ello ha confirmado el debilitamiento del conjunto de la economía de la eurozona, que apenas ha crecido el 0,2% –la mitad de los trimestres anteriores– gracias al buen comportamiento de las economías española y francesa. Pero esto no debe ocultar que el retroceso de la economía de Alemania acabará afectando también a medio plazo a la española, ya que no en vano es nuestro primer cliente europeo.
La aplicación de las nuevas normas anticontaminación ha creado problemas a los principales productores de automóviles germanos, como Volkswagen, Mercedes o BMW, que se han visto obligados a detener sus cadenas de producción y ello ha afectado a su ritmo de exportaciones, que es lo que ha provocado el retroceso del PIB, dada la importancia de esta industria en la economía alemana. Hay que tener en cuenta que la producción de automóviles en el tercer trimestre ha sido la más baja desde 1997.
El retroceso sufrido en el tercer trimestre en la economía alemana contrasta con los fuertes crecimientos registrados en el primero y el segundo. Todo indica que en el cuatro trimestre, a la vista de los datos de producción industrial, Alemania volverá a crecer, siempre que se resuelvan los problemas de su potente industria de la automoción. El crecimiento anual global, sin embargo, será mucho menor al inicialmente previsto y apenas llegará al 1,6% frente al 2,2% del año pasado. Pese a todos los problemas, el gigante germano consolidará diez años consecutivos de crecimiento. De cara al futuro, sin embargo, probablemente ya no será tan intenso como antes. A los problemas de la coyuntura internacional antes citados se suma el hecho de que la subida del precio de los combustibles borra el efecto de los aumentos salariales pactados a primerosdeañoyprovocaelestancamientodelconsumo. En ello influye también la incertidumbre política interna que se ha abierto en el país por el anuncio de la próxima retirada de la vida política de la canciller Angela Merkel.