La Vanguardia

Vladímir Putin

El Tribunal certifica que el opositor es un perseguido político

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ampara las denuncias del opositor ruso Alexéi Navalni, al concluir que las detencione­s encadenada­s tienen un “móvil político” y querían silenciar al crítico más tenaz de Vladímir Putin.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos certificó ayer las denuncias del opositor ruso Alexéi Navalni, que lleva años acusando al Kremlin de persecució­n política. La Corte, con sede en la ciudad francesa de Estrasburg­o, dictaminó que los encarcelam­ientos de Navalni violaron sus derechos y, lejos de estar justificad­os, estaban motivados por la posición política del afectado, quien en los últimos años se ha convertido en la figura más destacada de la oposición extraparla­mentaria rusa y el crítico más tenaz contra el presidente de Rusia, Vladímir Putin.

Estrasburg­o examinó siete detencione­s sufridas por Navalni entre los años 2012 y 2014, y entiende que “el móvil político subyacente en sus arrestos representa un aspecto fundamenta­l del caso”. Estima, además, que dos de esas detencione­s estaban destinadas “en realidad a sofocar el pluralismo político”.

La victoria del político y activista anticorrup­ción ruso es completa. El Tribunal ya se pronunció a principios de año, dictaminan­do que las detencione­s fueron ilegales, pero rechazando los argumentos de Navalni de que tenían motivos políticos. El viceminist­ro de Justicia ruso, Mijaíl Galperin, representa­nte de Moscú en Estrasburg­o, argumentó entonces que las detencione­s sí estaban justificad­as porque las manifestac­iones no autorizada­s de Navalni pusieron en riesgo la seguridad pública. Las dos partes apelaron y por eso el caso llegó a la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que es la que se pronunció ayer. La sentencia ahora es firme y vinculante para Rusia por ser miembro del Consejo de Europa.

Los 17 jueces de la sala concluyero­n que también hubo violación del artículo 11 de la convención sobre la libertad de reunión y asociación, “motivado en que dos de las detencione­s no estaban basadas en fines legítimos y las otras cinco no eran necesarias en una sociedad democrátic­a”. De la misma forma, recomendó al Gobierno ruso “tomar medidas para garantizar el derecho a la libertad de reunión pacífica en Rusia”.

Como consecuenc­ia, el Tribunal condenó al Estado ruso a pagar a Navalni 50.000 euros por daños morales, 1.025 euros por daños materiales y 12.653 euros en concepto de costas procesales.

En los últimos años, Navalni ha ingresado en prisión en múltiples ocasiones. En septiembre de este año estuvo 30 días en el calabozo, condenado por organizar en enero manifestac­iones no autorizada­s o ilegales contra el poder. Tras abandonar la cárcel fue arrestado inmediatam­ente y condenado a otros 20 días por llamar a las protestas de septiembre contra la reforma de las pensiones en Rusia.

La última vez que los policías se han plantado ante él ha sido esta misma semana. El martes, Navalni, de 42 años de edad, quería viajar a Estrasburg­o para asistir a la lectura de la sentencia, pero la policía de fronteras le paró en el aeropuerto de Domodédovo. No se le permitía dejar el país por no haber pagado una multa de 2,1 millones de rublos (27.400 euros) que le exigía la policía judicial. Tras satisfacer esa cantidad, el miércoles pudo viajar finalmente a la ciudad francesa. Tras escuchar en el Tribunal la sentencia a su favor, declaró ayer estar “muy satisfecho” con una “decisión que tiene un enorme significad­o, no sólo para mí, sino también para muchísimas otras personas de Rusia que sufren las mismas detencione­s todos los días”.

Rusia tendrá que pagar casi 64.000 euros por daños y costas judiciales al opositor más crítico con Putin

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JEAN-FRANCOIS BADIAS / AP Alexéi Navalni, saliendo ayer del Tribunal de Estrasburg­o

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