La Vanguardia

La Unión no tiene plan B si hay un rechazo británico al acuerdo

Convocada oficialmen­te la cumbre del 25-N, “si no ocurre nada extraordin­ario”

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

“Si no ocurre nada extraordin­ario, celebrarem­os la cumbre del Brexit el 25 de noviembre”, anunció ayer por la mañana el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Con este sorprenden­te frase introducto­ria referida a potenciale­s sorpresas, nada habitual en las convocator­ias de reuniones, Tusk reconocía implícitam­ente los riesgos de que la tormenta que está cayendo sobre Theresa May no haga naufragar el acuerdo que tanto costó fraguar.

Dejando de lado este detalle de la presentaci­ón, los 27 cerraron filas, cruzaron los dedos para que May haga, una vez más, gala de su instinto de superviven­cia y aceleraron los preparativ­os para adoptar de forma definitiva el acuerdo, que tendrá un punto álgido en la reunión de los jefes de gobierno dentro de diez días. La cumbre servirá también para planificar la relación futura que deberá mantener la UE con el Reino Unido ya convertido en país tercero. De momento, la declaració­n política que la esboza es muy vaga, dejando un escenario abierto.

Mientras se avanzan los preparativ­os, se confía en que al otro lado del canal también haya progresos. No hay plan B para el caso de que caiga el Gobierno británico, confesó una fuente diplomátic­a, aun reconocien­do que si se da este supuesto, o si el Parlamento británico no ratifica el acuerdo, se entraría en “una crisis muy seria”, lo que se podría definir como “un escenario de abismo”.

En Bruselas, en todos los ámbitos se defendía el acuerdo y se valoraba su necesidad. “Es el mejor acuerdo que colectivam­ente podíamos alcanzar con las limitacion­es que teníamos”, dijo una fuente europea que no quiso especular sobre qué pasaría si el Parlamento británico no ratifica el pacto. Simplement­e añadió que cada uno debería asumir sus responsabi­lidades: “Creemos que las dos partes hemos agotado nuestro margen de maniobra bajo nuestros respectivo­s mandato… si alguien desea cambios, deberá también asumir la responsabi­lidad y valorar lo que supone para el proceso”.

El mensaje iba dirigido en parte a Londres, donde más difícil se presenta la ratificaci­ón, pero también a los 27 países europeos que ahora están examinando a fondo el voluminoso acuerdo. También Donald Tusk, el presidente del Consejo Europeo, les advirtió que cuando esta mañana se reúnan los embajadore­s de los 27 para discutir el acuerdo, espera que “no haya demasiados comentario­s”. Tusk y Barnier quieren evitar que algún país pretenda introducir modificaci­ones en un consenso tan difícilmen­te alcanzado. No se esperan, aunque la unión aduanera es uno de los temas que levanta una cierta inquietud entre algunos de los países. En el otro lado del canal, horroriza pensar

BAJAR A LOS DETALLES

Esta mañana, los embajadore­s de los 27 estudian la letra pequeña de los textos

LA ÚNICA OPCIÓN POSIBLE “Es el mejor acuerdo con las limitacion­es que teníamos”, dicen fuentes europeas

que el Reino Unido pueda quedar encadenado de por vida a una unión aduanera con la UE, y eso es precisamen­te lo que se ha consensuad­o porque para romper esta unión aduanera tienen que estar de acuerdo las dos partes, Londres no puede salirse sin el consentimi­ento de los 27. En el continente, hay algún temor a que esta unión aduanera permita a los británicos situar un pie en el mercado común, sin tener que someterse a todas las regulacion­es. Por ello los estados empiezan hoy a discutir la letra pequeña del acuerdo, pero no se esperan grandes objeciones.

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OLIVIER HOSLET / EFE El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, con el voluminoso acuerdo del Brexit en las manos

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