La Vanguardia

Viviendas que se evaporan

- Silvia Angulo

Sant Just Desvern es uno de los municipios de Catalunya con los precios de la vivienda más altos. Es así desde hace muchos años. En la década de los noventa, el Ayuntamien­to de esta población empezó a constatar un grave problema habitacion­al: los jóvenes tenían que marcharse ante la imposibili­dad de encontrar un piso a un coste asequible para sus bolsillos. La expulsión de los vecinos a causa de los precios de la vivienda no es un problema exclusivo de la ciudad de Barcelona y las consecuenc­ias para Sant Just eran especialme­nte preocupant­es puesto que se veía abocada a tener una población de alto poder adquisitiv­o, pero envejecida, sin jóvenes, ya que estos se veían obligados a irse a vivir a otras poblacione­s vecinas.

Sant Just fue de los primeros municipios del área metropolit­ana en disponer de un plan de vivienda protegida y en reservar suelo para edificarla. Se puso manos a la obra mucho antes que otras ciudades del entorno metropolit­ano. Construyó una promoción pública de venta junto al Walden 7 que dio acceso a muchas parejas que empezaban una nueva vida. ¿Qué pasó? A los diez años las viviendas construida­s con dinero público perdieron la protección y algunas de ellas, no todas, es cierto, se vendieron por cifras astronómic­as, aupadas por los precios alcistas que históricam­ente se registran en esta población.

Lamentable­mente, lo ocurrido en Sant Just no es un hecho aislado. En Catalunya

Desde 1981 se han construido 250.000 pisos protegidos y menos de la mitad siguen siendo públicos

cada año se evaporan más viviendas protegidas de las que se construyen. Este año está previsto que pierdan la calificaci­ón 11.685 pisos y el año que viene más de 6.000. Desde 1981 en Catalunya se han construido 250.313 viviendas públicas de venta y alquiler y actualment­e sólo mantienen el adjetivo de protegidas 133.412, de las que el 20% están en régimen de arrendamie­nto. No todas acabarán en el mercado de venta libre, pero la merma es considerab­le.

Hagan cálculos sobre la pérdida patrimonia­l que hemos sufrido en estos años. Unos años en los que la vivienda se ha convertido en el principal quebradero de cabeza para muchos catalanes que han sufrido lo indecible para mantenerse en sus casas o que las han perdido ante la imposibili­dad de pagar el techo en el que vivían. Hagan cálculos del parque público del que dispondría­mos ahora si las reglas hubieran sido otras y estas viviendas continuara­n siendo propiedad de la administra­ción que las edificó. Hagan cálculos de la inversión y del esfuerzo económico en estos años de dura crisis habitacion­al.

Son muchos los ayuntamien­tos, el de Barcelona entre ellos, que reclaman prolongar la vigencia de esta clasificac­ión para disponer de un parque de vivienda público real. La Generalita­t tiene intención de estudiar la situación, pero es urgente poner en la mesa este debate y acabar con la privatizac­ión de unos pisos construido­s para ayudar a las familias más desfavorec­idas para que, en el futuro, continúen auxiliando a los que no pueden acceder a una vivienda. Sobre todo cuando hay más de 116.000 en lista de espera.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain