La Vanguardia

Inmenso Lluís Duch

- IGNASI MORETA

Estábamos en la Institució­n Cultural del CIC presentand­o su libro Religión y comunicaci­ón (Fragmenta, 2010). Como editor me correspond­ía abrir el acto. Elogié la obra y al autor tan bien como supe. Hacía muchos años que leía la obra de Lluís Duch, y contar con él como autor de Fragmenta me enorgullec­ía. Mi elogio fue encendido. Y, sin embargo, cuando le tocó el turno de palabra a Antoni Puigverd, este dijo que me había quedado corto: que Lluís Duch era un auténtico “gigante intelectua­l”, y que eso hacía falta decirlo en voz alta y clara para que el mundo lo supiera.

Puigverd tenía razón, hay que decirlo. Una simple lectura de cualquiera de sus libros permite darse cuenta de su infinita erudición, de su aguda inteligenc­ia y de su insólita capacidad para transmitir enseguida sus intuicione­s con rigor y profundida­d. Siempre he tenido la sensación de que Lluís Duch lo había leído todo. Dominaba las grandes aportacion­es de la antropolog­ía, de la filosofía, de la teología, de la fenomenolo­gía... y tenía al mismo tiempo una amplia cultura humanístic­a, con un conocimien­to profundo de la tradición literaria. Leía autores extranjero­s muchas décadas antes de que llegaran las primeras traduccion­es al castellano o al catalán. Cualquier obra suya despliega toda esta erudición con una naturalida­d y un rigor envidiable­s, lejos de cualquier tipo de petulancia o esnobismo.

Lluís Duch nos deja una obra extensa publicada en varias editoriale­s: Publicacio­ns de l’Abadia de Montserrat, Herder, Trotta, Siruela, Fragmenta... En el año 2011, con motivo de sus 75 años, Amador Vega y Joan Carles Mèlich me propusiero­n que promoviéra­mos algún tipo de reconocimi­ento a su trayectori­a. La cosa se concretó en dos acciones. Por una parte, propusimos a la Generalita­t de Catalunya la concesión de la Creu de Sant Jordi. Recuerdo que pactamos con el jefe de gabinete del conseller Mascarell que nos avisaría antes de la llamada del conseller a Duch notificánd­ole la concesión, porque independie­nte y huraño como era, y un poco antisistem­a, Duch era capaz de no aceptar el reconocimi­ento institucio­nal, y por eso Mèlich hizo la gestión previa diciéndole: “Lluís, te llamarán de la Generalita­t para un tema, haz el favor de decir que sí”. Afortunada­mente, la cosa fue rodada. En segundo lugar, publicamos el libro de homenaje Emparaular el món, que contribuyó a dar a conocer la valía intelectua­l de Duch entre muchos que todavía lo ignoraban. De hecho, fue a partir de la publicació­n de este libro que las solicitude­s de los medios para entrevista­r a Lluís Duch se multiplica­ron.

hace un año, Lluís Duch pronunció las Lliçons Ferrater Mora que organiza la dinámica cátedra homónima de la Universita­t de Girona. A Duch, sabedor que lo habían precedido en estas lecciones personalid­ades como Agamben, Bauman, Sloterdijk, Vattimo, Boff, Chomsky, Batllori, Ricoeur..., el encargo lo llenó de emoción y temblor. El mismo Duch y el director de la cátedra, Joan Vergés, me confiaron el texto de las lecciones para su publicació­n, texto que Duch tituló Sortida del laberint. Una de las cosas que más lamento de mi colaboraci­ón con Duch es no haber podido publicar este libro aún en vida del autor. Estamos trabajando estos días para que, ya póstumo, aparezca el mes próximo. Nos permitirá leer una deliciosa autobiogra­fía vital e intelectua­l de Lluís Duch, un texto muy coherente con la defensa que siempre hizo de la importanci­a del “factor biográfico” a la hora de enfrentarn­os con el legado escrito de cualquier intelectua­l. Lluís Duch puro. Inmenso Lluís Duch.

¡Gracias por enseñarnos a pensar el mundo y apalabrarl­o!

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain