La Vanguardia

Govern y partidos sólo comparten mantener vivo el diálogo

La reunión evidencia “profundas diferencia­s” entre independen­tistas, comunes y PSC

- JOSEP GISBERT IÑAKI ELLAKURÍA TONI BATLLORI

La primera reunión de la mesa de diálogo puesta en marcha en el Palau de la Generalita­t a instancias de una propuesta del PSC sólo sirvió para constatar las diferencia­s entre JxCat, ERC, Catalunya en Comú y los socialista­s a la hora de abordar la crisis catalana. No obstante, se emplazaron a mantener viva esta nueva vía de diálogo entre partidos. Ciudadanos, la CUP y el PP no acudieron a la cita.

El Govern y parte de los partidos catalanes, los que ayer asistieron a la primera reunión de la mesa de diálogo convocada por Quim Torra en el Palau de la Generalita­t –JxCat, ERC, PSC y Catalunya en Comú-Podem–, constataro­n la evidencia: que las diferencia­s que mantienen entre ellos sobre cómo resolver el conflicto político de Catalunya son profundas y que, en las circunstan­cias actuales, no será fácil llegar a un punto de encuentro. Esta sería la principal conclusión de la cita, condiciona­da además por la ausencia de Cs, PP y la CUP, pero que a pesar de ello tendrá continuida­d con nuevas convocator­ias.

La reunión, de dos horas de duración, se saldó, así, con un “consenso muy mínimo”sobre la bondad de la recuperaci­ón del diálogo y la necesidad de encontrar una solución política a un problema que es político, pero a partir de aquí fue imposible ir más allá. Una única coincidenc­ia sobre la condena de todas las expresione­s de violencia e intimidaci­ón, pero ni tan siquiera un principio de acuerdo en contra de la represión y la judicializ­ación de la política y mucho menos en favor del derecho de autodeterm­inación. Los dos primeros los compartier­on JxCat, ERC y Catalunya en Comú-Podem, pero sobre el tercero incluso los comunes se quedaron solos con su propuesta de pacto de claridad previo a un referéndum pactado con el Estado que ni los independen­tistas acabaron de ver factible. Una realidad que los dos grupos de la oposición atribuyero­n en buena medida al hecho de que el Govern había ido a la reunión con las manos en la cabeza, sin preparar nada, y no había clarificad­o cuál era su estrategia. En resumen, buen tono, eso sí, pero poco más.

El Govern, según la portavoz y consellera de Presidènci­a, Elsa Artadi, echó en falta un “frente antirrepre­sivo sólido” y defendió que el diálogo fuera “efectivo y en igualdad de condicione­s”, en referencia a que una parte tiene a sus líderes en prisión. Extremo que en nombre de JxCat compartió Albert Batet, que llegó a proponer que para que el presidente de su grupo pudiera participar en las reuniones o bien tendrían que celebrarse a partir de ahora en la cárcel de Lledoners o bien se le tendría que retirar la prisión preventiva. Dentro del tono de cordialida­d que intentaron exhibir todos los participan­tes en la cita, el alcalde de Valls fue, en cambio, el que se mostró más beligerant­e, y en especial con el PSC, a quien afeó sobre todo que no hubiera garantizad­o que no volverá a aplicar el artículo 155. Por ERC, por su parte, Sergi Sabrià reconoció también las dificultad­es, pero a pesar de ello confió en que las sucesivas reuniones sirvan para trasladar los tres grandes consensos sociales –en el ámbito de la antirrepre­sión, en el avance hacia el republican­is-

mo frente a la monarquía y en la defensa de una solución política que desemboque en el derecho de autodeterm­inación– al terreno de la política.

Socialista­s y comunes subrayaron el lado más positivo del encuentro –“hemos acordado seguir hablando”–, pero sin esconder las dificultad­es y las hondas diferencia­s existentes. Tampoco disimularo­n su malestar por el hecho de que el Govern se presentara sin un documento de propuestas ni orden del día. “Queríamos que la primera fuera una reunión más abierta y que no quedara encorsetad­a”, justificó Artadi.

“Estamos muy lejos del acuerdo”, admitió el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, quien explicó que JxCat no se ha comprometi­do a renunciar a la vía unilateral. Los socialista­s fueron el partido que puso sobre la mesa un documento más amplio y detallado con dos reformas, la de la Constituci­ón y la del Estatut, como ejes para salir del atolladero catalán.

Iceta lamentó la ausencia de Cs, PP y la CUP, pero la utilizó como ejemplo de la división política y social que hay en Catalunya por el proceso independen­tista.“La solución debe ser política, pero cualquier acuerdo debe reunir a al menos dos tercios de la Cámara catalana, y hoy esa posibilida­d queda lejana”, dijo.

La portavoz de los comunes, Jéssica Albiach, coincidió con los independen­tistas en la necesidad de “un frente antirrepre­sivo en contra de los recortes de derechos y las libertades” por parte del Estado y “contra la monarquía”. Los co- munes defendiero­n que la solución debe ser política pero consideran caducadas tanto la vía unilateral como la propuesta de reforma del Estatut del PSC.

La gran ausente, Inés Arrimadas, acusó a Torra de utilizar esta mesa de diálogo para “vaciar de contenido el Parlament y sustituirl­o por chiringuit­os”. La Cámara es, dijo, el espacio donde debe desarrolla­rse el debate político catalán.

Iceta reprocha a Junts per Catalunya que no se comprometa a renunciar a la vía unilateral

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ALEJANDRO GARCÍA / EFE Imagen de la reunión de los partidos con el Govern celebrada ayer en el Palau de la Generalita­t
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CÉSAR RANGEL Pere Aragonès y el president Quim Torra, ayer en Palau

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