La Vanguardia

El incendio de California deja ya más de 600 desapareci­dos

Trump, que lanzó duras críticas a las autoridade­s locales, visitará la zona devastada por el fuego tras confirmars­e 63 víctimas mortales

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Si, como se exclama tantas veces, todo es susceptibl­e de empeorar, en el norte de California se daban ayer 631 razones para que se cumpla con ese dicho. Aún más.

El incendio de Camp Fire, focalizado en un lugar llamado Paradise, hoy un infierno todavía humeante, se ha cobrado ya oficialmen­te 63 víctimas mortales, en el que se considera el fuego más devastador y criminal del que se tiene recuerdo en el estado del oro.

Pero el recuento no se ha cerrado. El sheriff Kory Honea, del condado de Butte, elevó la noche del jueves (mañana del viernes en Barcelona) hasta 631 el número de desapareci­dos, un salto más que relevante desde el miércoles, cuando la cifra era de 130.

La nueva lista, en la que se identifica­n a los no localizado­s, tal vez incluya a ciudadanos que huyeron de las llamas, que están sanos y a salvo, aunque desconocen que se les busca. Según el sheriff, al elaborar este listado y hacerlo público, lo que se persigue es que algunos de estos supervivie­ntes sean consciente­s de esa situación y que contacten con las autoridade­s.

“El caos con el que nos enfrentamo­s al inicio de esta crisis fue extraordin­ario”, subrayó Konea en rueda de prensa. “Ahora estamos intentando dar marcha atrás y aseguranos de que contamos a todas las personas”, insistió.

En ese momento, el sheriff informó que los equipos de rescate habían encontrado tres nuevos cadáveres en Magalia, tres en Paradise y uno en Concow. Uno de los cuerpos de Paradise lo hallaron dentro de un coche que estaba volcado en uno de sus lados.

El incendio de Camp Fire ha quemado 58.000 hectáreas y destruido 11.862 estructura­s. Los expertos consideran que puede llevar semanas completar la búsqueda de víctimas. Miles de supervivie­ntes están sin casas, acogidos en refugios, en poblados de caravanas o en campamento­s de tiendas de campaña. Además, la nube de humo causa graves problemas respirator­ios en los habitantes de toda esa zona, incluida la capital, Sacramento.

La Casa Blanca anunció este jueves que el presidente Donald Trump tiene intención de viajar hoy a California y recorrer la zona de la devastació­n.

Será su segunda visita desde que juró el cargo a un estado que lidera el movimiento de oposición al trumpismo. El presidente ha preferido atacar desde la distancia a sus líderes y sus políticas.

Este viaje se ha programado después de que Trump se dedicara precisamen­te a estigmatiz­ar a las autoridade­s california­nas. Las acusó de ser responsabl­es de la tragedia por su mala gestión de los bosques. Sus tuits fueron considerad­os insultante­s.

El gobernador Jerry Brown contestó que se ha de mejorar en la gestión de los bosques, pero que la causa principal es una persistent­e sequía, una consecuenc­ia del cambio climático.

Trump irá a lo que queda de Paradise, nombre que se remontan a mediados del siglo XIX. Unos leñadores exhaustos se pusieron a descansar bajo una arboleda. El aire era fresco. El jefe de la cuadrilla dejó una frase con la que se bautizó al lugar:

–Chicos, esto es el paraíso.

Grave preocupaci­ón sanitaria porque la nube de la humo provoca problemas respirator­ios

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JOSH EDELSON / AFP Vista de un barrio residencia­l totalmente destruido por las llamas en la población de Paradise

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