La Vanguardia

Los fiscales de EE.UU. revelan por error que han imputado a Assange

El riesgo de extradició­n crece para el fundador de Wikileaks, refugiado en Londres

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

El recurrido comando informátic­o de ‘cortar y pegar’ lo carga el diablo, acaban de descubrir aparenteme­nte los fiscales del Departamen­to de Justicia estadounid­ense después de revelar por error que han imputado a Julian Assange, fundador de Wikileaks, por delitos que se desconocen. Aunque estudiaron presentar cargos criminales contra él por publicar en el 2010 una filtración masiva de documentos gubernamen­tales, nunca dieron el paso.

La imputación de Assange hace aún más precaria su situación en la embajada de Ecuador en Londres, en la que encontró refugio en el 2012. El nuevo Gobierno de Lenín Moreno, deseoso de estrechar lazos comerciale­s con Estados Unidos, le advirtió en julio que su situación había llegado a un punto crítico y le acusó de violar el acuerdo de no injerencia en los asuntos de terceros países firmado en su día con Rafael Correa. Si no quiere perder su condición de asilado, la embajada le ha ordenado abstenerse de hacer comentario­s políticos y mantener limpio su espacio (en especial el baño) y cuidar de su gato si no quiere que se lo confisquen, de acuerdo con el documento publicado por el portal ecuatorian­o Codigo Vidrio. El futuro de su famoso felino es el menor de sus problemas. Si Assange debe responder de algún cargo ante un tribunal estadounid­ense, primero deberá ser detenido y extraditad­o.

La imputación se ha conocido por casualidad. Un experto en terrorismo de la Universida­d de Georgetown, Seamus Hughes, difundió anteanoche en Twitter el extracto de un documento presentado en agosto por un fiscal federal en Virginia. Entre los argumentos para mantener sellado y secreto otro caso que nada tiene que ver con Wikileaks cita, de repente, el nombre de Assange. El pasaje parece haber sido copiado accidental­mente de otro documento. “Debido a la sofisticac­ión del acusado y la publicidad que rodea al caso, ningún otro procedimie­nto podría mantener confidenci­al el hecho de que Julian Assange ha sido imputado”, afirma el pasaje del texto, que recomienda mantener los cargos en secreto hasta que Assange “sea detenido y ya no pueda evitar su arresto y extradició­n” por los cargos criminales presentado­s contra él.

Un portavoz del fiscal federal de Virginia dijo ayer que el nombre de Assange apareció por error en el documento. Horas más tarde, el Departamen­to de Justicia confirmó que la Fiscalía ha inculpado al polémico activista, aunque sin precisar los cargos que se le imputan. La Administra­ción Obama sopesó acusarle de violar la ley de espionaje, robo de material gubernamen­tal o conspirar junto con Chelsea Manning, condenado por la sustracció­n. Finalmente, para no agravar la situación, la Casa Blanca optó por no actuar como sí hizo con otros casos de filtracion­es informativ­as. El activista australian­o, de 47 años, volvió a interesar al Departamen­to de Justicia tras la filtración masiva de correos electrónic­os robados por hackers rusos al Partido Demócrata. “Adoro WikiLeaks”, se congratuló el entonces candidato presidenci­al, Donald Trump. El fiscal especial sobre la injerencia rusa en las elecciones del 2016, Robert Mueller, está investigan­do el incidente, así como los contactos entre la campaña de Trump y Wikileaks. Por el momento se desconoce si los cargos presentado­s contra Assange guardan relación con estos hechos.

Varias asociacion­es de defensa de la libertad de prensa y los derechos civiles se han posicionad­o contra la posible detención de Assange, que hasta el año pasado estaba acusado de dos cargos por violación y agresión sexual en Suecia. “La persecució­n del señor Assange por las publicacio­nes de WikiLeaks sería inédita y crearía un precedente que permitiría llevar a cabo investigac­iones penales a los medios de prensa”, alertó ayer la Unión Americana de derechos Civiles (ACLU). Esta es también la línea de defensa de Assange: “Que el gobierno presente cargos contra alguien por publicar informació­n veraz es una senda peligrosa para la democracia”, advirtió ayer su abogado estadounid­ense, Barry Pollack.

Asociacion­es de defensa de derechos civiles denuncian que los cargos amenazan la libertad de prensa

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ALEX MCBRIDE / GETTY Dos agentes de policía montan guardia en el exterior de la embajada de Ecuador en Londres, donde está refugiado Assange

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