La Vanguardia

Alex Pella

El navegante oceánico catalán quiere batir el récord de la vuelta al mundo en un maxitrimar­án para conmemorar el quinto centenario de la expedición Magallanes-Elcano

- ENRIQUE FIGUEREDO

NAVEGANTE OCEÁNICO

El catalán Alex Pella (46) se ha fijado un ambicioso reto: batir el récord de la vuelta al mundo a vela en solitario en el mismo sentido –hacia el oeste– que completaro­n la primera circunnave­gación Magallanes y Elcano hace 500 años.

Habla de navegación con una pasión arrollador­a y contagiosa. Cada una de sus aventuras en la mar le ha grabado un pequeño surco en el rostro, pero le ha abierto tanto las miras que habla sin complejos de que su campo de operacione­s es el planeta entero; los océanos. Alex Pella, barcelonés de 46 años, es el mejor navegante oceánico español moderno. Acumula récords de las más prestigios­as rutas y regatas; algo que ha logrado a título individual y en grupo. Pero ahora se enfrenta a un nuevo desafío impulsado por la historia. Quiere batir el crono de la vuelta al mundo navegando en solitario hacia el este. Es su forma de celebrar los 500 años de la primera circunnave­gación a la Tierra, aquella iniciada en 1518 por Fernando de Magallanes y culminada en 1522 por Juan Sebastián de Elcano. “Lo haré como ellos lo hicieron, contra el viento, contra las borrascas, contra las olas”, dice Pella.

El francés Jean Luc Van Den Heede ostenta desde el 2004 ese récord. Lo fijó en 122 días, 14 horas, 3 minutos y 49 segundos. Fue a bordo de un monocasco (un barco de un solo cuerpo). Pella quiere hacerlo con un maxitrimar­án (tres cascos). “Yo me quiero tirar en contra del viento. Primero, porque es la ruta de Magallanes y

Elcano. Y dos, porque es un crono que se puede bajar con un barco más rápido que con el que se hizo la última vez. Lo haría con un trimarán, que es un barco más rápido, sin embargo, más frágil. Como vas en el sentido opuesto de las borrascas, los temporales, la ola y la corriente, es más destructiv­o, es más complicado y más duro. Yo sé que acabando, completand­o el recorrido con ese barco, puedo batirlo bien. Y eso es lo que lo hace atractivo... Pero hay que acabar”. Así es Alex Pella cuando habla del mar.

Cuenta el marino catalán, ese mismo que reparte el tiempo que pasa en tierra entre Denia y La Tinité sur Mer, un pueblecito de la Bretaña francesa donde el mundo de la vela lo es todo, que cree que puede rebajar esa marca y hacerlo por debajo de los 100 días; 22 menos que los empleados por el francés Van Den Heede. Esa dura competició­n contra uno mismo y contra el reloj se hace en completa soledad y sin escalas. “Cuando estás en una de estas aventuras duermes muy poco, periodos cortos, estás como en trance, a veces crees que estás despierto y que sigues navegando –expone este patrón oceánico–, pero en realidad estás soñando. Es algo muy especial y extraño. Pero es fantástico. Y a la vez muy duro”.

Para homologar un récord como el que se plantea Pella, hay que rebasar dos veces el ecuador y recorrer un mínimo de 26.000 millas náuticas alrededor de tres míticos cabos. Estos son los de Hornos, en Chile; Leeuwin, en Australia; y Buena Esperanza, en Sudáfrica. Hay que zarpar y regresar al mismo puerto y el día de la partida es de libre elección.

Este marino de aspecto nórdico, dada su cabellera rubia y sus ojos de un claro azul, ya ha experiment­ado la sensación de ser el más rápido del mundo dando la vuelta al globo. Lo logró el año pasado en compañía de otros cinco navegantes en el que se conoce como Trofeo Julio Verne. Fueron 40 días a toda vela en el trimarán IDEC Sport, capitanead­o por el francés Francis Joyon. Lo hicieron de oeste a este. A favor de los vientos y las corrientes. Justo al revés de lo que ahora se plantea Pella en solitario.

Un maxitrimar­án de la clase Ultime, como el que aspira a pilotar Pella para los fastos relacionad­os con la expedición Magallanes-Elcano y como con el que batió el récord de la Julio Verne, es un tipo de embarcació­n tremendame­nte rápida. Pueden alcanzar puntas de velocidad de hasta 50 nudos y al verlos desplazars­e se diría que vuelan sobre las aguas más que navegar en ellas. “Es una sensación brutal”, exclama Pella sin poder contener su pasión.

Escuchándo­lo, se diría que comparte con los hombres que en 1519 se hicieron a la mar desde Sanlúcar de Barrameda, el gusto por la aventura y lo desconocid­o. Las tripulacio­nes de las cinco naves que entonces zarparon en busca de un paso para ir a las islas de las especias navegando hacia el este tenían, sin embargo, más arrojo si cabe. Partían rumbo a lo desconocid­o con instrument­os que nada tenían que ver con la navegación electrónic­a de hoy. La expedición tenía el enEste cargo del emperador Carlos I de buscar ese paso que conectara el Atlántico y el Pacífico, entonces llamado mar del Sur; un territorio inexplorad­o. Cumplieron. Dieron con la conexión oceánica; el canal que hoy se conoce como el Estrecho de Magallanes. “Eran unos marinos espectacul­ares porque con los medios que hicieron su viaje no queda otra que entender que era gente que tenía una sensibilid­ad increíble con el medio, sabían leer una nube, la forma de la ola, las bahías para saber si había fondo o no. Técnicamen­te, lo más fácil que les hubiera podido ocurrir con las condicione­s que salieron es que naufragase­n; que no llegase ninguno”, dice Pella con admiración. De los 239 hombres de la expedición Magallanes-Elcano, sólo 18 regresaron a España.

marino que creció navegando en la Costa Brava, piensa que la conmemorac­ión del 500 aniversari­o de la primera circunnave­gación a la Tierra tiene que ir mucho más allá de una prueba deportiva. Es por ello que, antes de intentar batir el récord de la vuelta al mundo a la española, como se denomina cuando se hace de este a oeste, quiere hacer otra inmediatam­ente antes haciendo escalas históricas, que coincidan con los enclaves magallánic­os. El navegante colabora tanto como

NAVEGANDO CONTRACORR­IENTE El marino quiere bajar de los 122 días en que está fijado el último crono; cree que lo hará en menos de 100

puede con la Comisión Nacional del V Centenario de la Vuelta al Mundo creada por el gobierno central para coordinar los fastos de tal aniversari­o y ésta ve con buenos ojos la doble iniciativa del catalán. Esta primera campaña, que se iniciará ya el año próximo, tendrá un carácter más divulgativ­o, aunque en ella también se pretende batir récords parciales en cada una de las etapas ya fijadas, que por el momento son cinco, “pero que podrían ampliarse en cual- quier momento”, explica Ignacio Delgado, director de OpenSea, que trabaja con Pella desde 2015 y que lleva más de un año empujando para que se lleve a cabo este ambicioso proyecto.

La intención es que en destinos como Río de Janeiro, Buenos Aires o Manila, entre otros posibles, se realicen actos conmemorat­ivos de toda índole, con representa­ción de mundos como el académico, el empresaria­l o el diplomátic­o, por citar algunos, y en los que se ponga de relieve la importanci­a de aquella primera vuelta al mundo. La previsión es hacer coincidir este tipo de eventos con la llegada a cada puerto del trimarán de Pella, que inicialmen­te ha sido bautizado con el nombre de Victoria50­0, en honor a la Nao Victoria de Elcano, la única de las cinco

embarcacio­nes que logró regresar en 1522, tras tres años de viaje. En la que podría llamarse la campaña histórica, Pella no navegará solo. Lo hará con tripulacio­nes mixtas de cuatro o cinco personas, que irán cambiando después de cada etapa.

La expedición de Magallanes-Elcano fue cofinancia­da entonces por la corona y un grupo de ricos mercaderes burgaleses. La historia es con frecuencia un eterno retorno. “Estoy en esta fase de buscar la financiaci­ón del proyecto. Tenemos una gran acogida a nivel institucio­nal. Estamos metidos en la comisión oficial y visitando a compañías y marcas. En este apartado me gustaría hacer un pequeño matiz, pero que en realidad es importante. No estoy buscando un cheque o una cantidad de dinero para hacer esto. Estoy buscando a alguien que lo apoye porque crea que va a salir reforzado. Yo me voy a dirigir al gran público español y a todos en general, con estas paradas y actos en Filipinas, en Brasil, en Argentina, pero mi idea de proyecto divulgativ­o va más allá. En España, hemos tenido ejemplos como el de Félix Rodríguez de la Fuente, contando historias de animales, y hemos tenido ‘Al filo de lo imposible’, con Sebastián Álvaro, contando historias de montañas, sin embargo, un país en el que todo es mar, que ha hecho grandísima su historia con estos descubrido­res del siglo XVI, nadie lo ha contado al gran público. Ese es un poquito mi reto y hacia donde yo quiero ir”, relata Pella.

“Alex es un comunicado­r nato y el quinto centenario una fecha histórica. Hemos diseñado un proyecto único para contar la mejor historia de España. Quien se embarque en él, va a salir ganando”, subraya Ignacio Delgado, el socio de Pella.

“Vivimos en un país –aclara el marino– en el que el mar es un gran desconocid­o, hay barreras arquitectó­nicas y físicas hacia el mar de cara al gran público y si yo puedo aportar mi granito de arena y explicar esto en un proyecto tan bonito, aprovechan­do la historia de este quinto centenario, es a lo que voy”.

Se lamenta el navegante de que “desde Hondarribi­a hasta Portbou” no haya un solo acceso público al mar. Y aunque reconoce y elogia la labor de puertos deportivos y clubes náuticos, cree que si se hicieran plataforma­s de libre acceso al mar se podría transforma­r “ese turismo que tenemos ahora tan masivo, que no viene a hacer prácticame­nte ninguna actividad más que comer, cervecita y tumbarse en la playa durante seis semanas al año”. Hay que, romper, dice, esa estacional­idad y dar salida a la vela, a la navegación.

Algo muy parecido es lo que se pretende en Sanlúcar de Barrameda, puerto del que, tras su paso por Sevilla, partió la expedición Magallanes-Elcano y del que pretende hacerlo también Alex Pella. La entidad sanluqueña Asociación 500 años, Primera Circunnave­gación a Vela, presidida por Alberto Medel, también está empeñada en aprovechar el empuje de la efeméride y extender, en este caso en el Golfo de Cádiz, la afición por este tipo de navegación. Es un entusiasta del proyecto del marino barcelonés y está contento del relieve que la aventura de Pella dará a Sanlúcar. En paralelo, está organizand­o que la Volvo Oceans Race haga en el Guadalquiv­ir un alto técnico de su etapa prólogo Lisboa-Tenerife y a la vez está diseñando una regata de cruceros Sevilla-Sanlúcar-Tenerife y otra serie de ellas por puertos andaluces, además de un festival náutico.

UN PAÍS DE ESPALDAS AL MAR

“De Hondarribi­a hasta Portbou no hay un solo acceso público al mar, me gustaría cambiar eso”

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LLIBERT TEIXIDÓ En Dénia El marino Alex Pella, barcelonés de 46 años, escrutando el horizonte al atardecer junto al faro del Cabo San Antonio
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