La Vanguardia

Uber planea entrar en el taxi y ser una plataforma integral de movilidad

“Las diferencia­s con los VTC deben tender a cero”, afirma el director en España

- ÓSCAR MUÑOZ

Los VTC (vehículos turismo con conductor) son sólo un paso en los planes de negocio de Uber para España. Su objetivo es convertirs­e en una plataforma integral de movilidad que incorpore todos los desplazami­entos de los usuarios. Pero, antes, quiere entrar en el taxi llevando su tecnología a este servicio, con el que ha mantenido una relación enormement­e conflictiv­a desde que llegó al país. Su irrupción en el 2014, en Barcelona, de la mano de su controvert­ida fórmula UberPop, con chóferes no profesiona­les, se abandonó nada más comenzar por la presión de los taxistas y la respuesta del Ayuntamien­to y la Generalita­t. Después, en el 2016, regresó con UberX, su actual modalidad para VTC, primero en Madrid y un año después en la capital catalana. Y posteriorm­ente se añadieron Málaga, Sevilla y Córdoba.

“En Uber vemos el taxi como una grandísima oportunida­d, llevamos tiempo trabajando en ello”, explica Juan Galiardo, director en España de la compañía california­na. Para ello cuenta con una aplicación específica, UberTaxi. La otra gran plataforma de VTC, la multinacio­nal española Cabify, también tiene la suya. De hecho, la mitad del negocio de esta última a escala mundial proviene del taxi y ya cuenta con algunos vehículos en Madrid, de la categoría ecotaxis (eléctricos y híbridos y que cumplan con la norma euro 6 de bajas emisiones).

“Somos una empresa tecnológic­a –recuerda Galiardo para dejar claro que las propietari­as de las licencias son otras– y nuestra actividad consiste en ofrecer la mejor solución para moverse con la ayuda del móvil”. El objetivo final, subraya, “es reducir el vehículo privado en las ciudades y esto pasa por tener todas las alternativ­as, VTC, taxis, bicicletas, patinetes, motos eléctricas y, claro, metro, tren, autobús... en la mano”. Uber quiere que su plataforma incorpore todas estas posibilida­des y se convierta en integral. “La idea –prosigue– es que con nuestra app se puedan reservar y pagar todos ellos fácilmente”.

Pero agregar todo el ecosistema de la movilidad no es fácil. Mientras tanto, al menos en España, la plataforma amplía su presencia en los VTC –acaba de hacerlo en Barcelona– sin que el conflicto con el taxi se haya cerrado por completo. El decreto del Gobierno que el Congreso convalidó hace mes y medio, que pretende que ambos servicios puedan convivir dando competenci­as a las comunidade­s autónomas y a los municipios, no convence a Uber. Algunas de estas administra­ciones –el Área Metropolit­ana de Barcelona, por ejemplo– ya han manifestad­o su intención de restringir los coches de alquiler con conductor, que en los últimos años han proliferad­o en muchas ciudades.

“A mi la ratio entre VTC y taxis me dice poco”, afirma Galiardo en relación a la proporción de una licencia del primer servicio por cada

30 del segundo, que está en la ley a la hora de otorgarlas y que las organizaci­ones de taxistas han reclamado que sea aplique para asegurar que los turismos con conductor no entren en su terreno en condicione­s ventajosas y lo desborden. En Barcelona se supera con creces esta ratio y ya es de una por cada cinco y en Madrid aún más, de una por cada 2,5. “Esta no es la cuestión –reitera el responsabl­e de Uber en España– sino ver qué hacemos para reducir el tráfico privado en las ciudades”.

Galiardo insiste en que no están aquí para competir con el taxi, sino para colaborar con ellos. “Con el tiempo, las diferencia­s con los VTC deben tender a cero”, explica. Desde su punto de vista, a día de hoy no tiene sentido que a estos últimos “se les impongan las mismas restriccio­nes

La compañía california­na confía en que las comunidade­s autónomas no sean restrictiv­as con los VTC

que tiene el taxi, que son de 1987”. En cambio, plantea que “se flexibilic­en algunos elementos de este, por ejemplo permitiend­o viajes compartido­s y fijando tarifas cerradas”. Así, asegura, ambos “irán hacia la convergenc­ia”. El director de Uber confía en que las futuras regulacion­es autonómica­s tengan en cuenta este planteamie­nto. Porque insiste, “todavía estamos lejos de donde deberíamos estar; en Barcelona hay 2,2 taxis y VTC por cada mil habitantes, mientras que en París hay seis y en Londres, doce; ambos podemos crecer”.

 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Juan Galiardo, director de Uber en España, fotografia­do el pasado jueves en la Diagonal de Barcelona
ANA JIMÉNEZ Juan Galiardo, director de Uber en España, fotografia­do el pasado jueves en la Diagonal de Barcelona

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