Ignasi Terraza
Ignasi Terraza, pianista, protagoniza el Retrato de Artista del Festival de Jazz de Barcelona
PIANISTA
El pianista Ignasi Terraza es el protagonista en la actual edición del Festival de Jazz de Barcelona del Retrato de Artista, un reconocimiento que le permite ofrecer cinco conciertos con propuestas diferentes e inéditas en Barcelona.
El Festival Internacional de Jazz de Barcelona dedica en esta edición su Retrato de Artista al pianista Ignasi Terraza, es decir, ofrecer cinco conciertos en diferentes formaciones y en absoluta primicia en la ciudad. Ignasi Terraza (Barcelona, 1962) ya solventó el primer reto el pasado 31 de octubre cuando tocó en formato trío junto al contrabajista Pierre Boussaguet y el batería Victor Jones.
El siguiente lo tiene este jueves como miembro de Joan Chamorro & Friends (Luz de Gas, 21 horas) en donde el líder de la Sant Andreu Jazz Band liderará un concierto en memoria de Dexter Gordon con destacados músicos locales.
En los otros tres conciertos que ofrecerá destaca el dúo a solas con Andrea Motis en el Palau de la Música.
Es una formación inédita con ella. Suelo hacerlo en quinteto y a veces cuarteto; muy excepcionalmente en trío.
Usted debutó con ella hace diez años. La ha visto progresar.
Realmente ha sido un privilegio estar estos años a su lado y seguir con todo el grupo acompañándola. Joan Chamorro también tuvo la vista y el mérito de formar un grupo con músicos idóneos. Un grupo que además, creo, ha servido para que ella fuera creciendo, porque Andrea es una esponja.
Las otras dos propuestas son con músicos menos conocidos por el gran público, como son el saxo Luigi Grasso y el armonicista Antonio Serrano.
Con Luigi nos conocimos hace dos o tres años, hemos tocado en el Festival de Terrassa y he grabado con él mi último disco, Looking back and moving forward, que presentaremos en el Festival. Es un músico excepcional, de los músicos jóvenes europeos con un lenguaje be bop muy auténtico, con una técnica desbordante y un gran swing. Y en cuanto a a Antonio Serrano le conocí hace bastantes años, quedamos en colaborar pero en el se embarcó con el grupo de Paco de Lucía. Ahora toca mucho con su grupo homenajeando la obra de Toots Thielemans, su maestro.
¿La armónica es un instrumento de jazz en términos ortodoxos?
La armónica en el circuito de jazz ya se ve que también puede ser un instrumento solista de jazz, además de blues. Y esto es desde que con Tielemans se vio que con ese instrumento se podía tocar be bop.
El Festival celebra este año cincuenta ediciones. ¿Le paree un pequeño milagro que eso pueda ocurrir?
Es un festival al que he ido muy a menudo a escuchar conciertos desde hace muchos años; que ahora siga con salud y con una programación potente alegra a cualquiera. Refleja que el jazz en Barcelona, aun sin haber sido nunca una música mayoritaria, ha tenido su público. Barcelona es una ciudad con tradición de jazz desde antes de la Guerra Civil, en donde había uno de los pocos Hot Club de Europa además del de París. La afición que hay aquí al jazz es de las de más solera de toda España. Y esto al final se nota, hay un caldo de cultivo que hace que aquí, en Barcelona, el jazz no se vea como una moda y sí como una parte de la cultura.
¿Hay realmente un tejido jazzístico?
Hay músicos, discográficas con tradición, escuelas de música como el Taller, el Esmuc y el Liceu, pero antes ya las hubo. No se trata de discutir si Barcelona es la primera ciudad del mapa jazzístico español, pero sí de las primeras por tradición, por número de músicos dedicados a ellos y de iniciativas de todo tipo.
¿La tendencia invita al optimismo?
Lo que está claro es que ha aumentado el consumo de música y se escucha más música en directo que antes. En este sentido hay una salud y una perspectiva de que aquí el jazz está vivo y sigue adelante.