La Vanguardia

Trump rectifica y garantiza fondos federales para la tragedia de California

El número de muertos llega a 76 y la lista de desparecid­os sube a casi 1.300

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Al aterrizar en el aeropuerto de Chico, al norte de California, la parte más conservado­ra de un estado demócrata y antitrumpi­sta, unas 200 personas, ataviadas con la gorra de “hacer América grande de nuevo”, dieron la bienvenida al presidente del país.

Que a Donald Trump le organizara­n el sábado un comité de recepción no impidió que luego, en su recorrido por la devastació­n –“en mi vida había visto nada igual”, confesó–, apareciera­n los críticos. Uno de los carteles decía: “Imbécil, estamos en una sequía”, mientras que en otros sólo había dos palabras –“cambio climático”– o una: “apocalipsi­s”.

Esta última describe, además, la desolación causada por el incendio de Camp Fire, el más destructiv­o y mortífero del que se tiene registro. Desde que Trump regresó a Washington, las cosas han empeorado. El nuevo recuento incluye 76 fallecidos (por 71) y 1.276 desapareci­dos. El sheriff Kory Honea insistió de nuevo en que ese listado no es preciso, que puede haber duplicacio­nes y nombres de personas que escaparon y no han contactado aún con las autoridade­s. Sin embargo, y a lo largo de la semana pasada, de un día a otro ha ido creciendo el número de muertos.

Los augurios no eran buenos al pronostica­rse fuertes vientos, lo que complicarí­a las tareas de extinción. “Nunca nadie se imaginó que esto pasaría”, señaló el presidente frente a un calcinado parque de casas móviles en Paradise.

El paso de Trump por California –su segunda visita a un estado santuario de inmigrante­s– sirvió para rebajar la tensión que él mismo provocó fechas atrás con sus tuits, en los que culpó del siniestro a las autoridade­s por su mala gestión de los bosques y amenazó con cortar la ayuda económica.

Aunque perseveró en culpar en parte a la forma de cuidar las zonas boscosas, prometio que “tendréis listos los fondos federales”.

Vista la magnitud de la destrucció­n y el elevado número de víctimas, Trump tuvo una actitud más unificador­a que en otras ocasiones. En su ruta estuvo acompañado por dos políticos a los que ha atacado en su demonizaci­ón de California, el gobernador demócrata Jerry Brown y su próximo sustituto, el también progresist­a Gavin Newsom, que ha hecho campaña como una alternativ­a al trumpismo. Se temía que la Casa Blanca vetara a Newsom, pero al final el presidente

El presidente elude hablar de cambio climático y cita a Finlandia como modelo de gestión de bosques

incluso le hizo un elogio.

A la cuestión de si ha influido el cambio climático, Brown replicó: “Sí, pero dejaremos que la ciencia determine esto, ahora estamos colaborand­o en la respuesta inmediata, que es lo importante”.

“No hemos tratado este asunto”, contestó Trump a esa pregunta. “Tangencial­mente”, interfirió Brown antes de que el presidente rematase: “Tenemos diferentes puntos de vista. Las cosas cambian y, lo más relevante, hemos de hacer esto mejor”. Finlandia es su referencia sobre cómo gestionar los bosques. “Espero que esta sea la última vez que pasa algo así”, recalcó.

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EVAN VUCCI / AP Trump habla con el futuro gobernador de California, Newsom, en presencia del actual, Brown

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