Un ‘hub’ para el sector sanitario
De promedio, acondicionar un pabellón supone una inversión de siete millones de euros. El dinero empleado procede de recursos propios (44%), fondos Feder (22%), Ministerio de Fomento (17%), Fondo Estatal de Inversión Local (7%), Generalitat (6%), Ayuntamiento (2%) y Diputación de Barcelona y Ministerio de Cultura, 1% cada uno.
El precio del alquiler de oficinas en este lugar está en la media de las zonas más privilegiadas de Barcelona. Según diversos estudios de mercado, el precio del metro cuadrado en Diagonal o paseo de Gràcia este año está entre los 21,5 y los 24 euros, dependiendo de las fuentes. En Sant Pau está en 22, en los que se incluyen 8,5 para un fondo con el que se paga, por ejemplo, la seguridad del recinto o el mantenimiento de sus jardines, al estilo de una comunidad de propietarios.
Cuando se emprendió el proyecto de rehabilitación se planteó alquilar los pabellones a instituciones que tuvieran relación con los ámbitos de la salud, medio ambiente o educación, o de las nuevas tecnologías aplicadas a estos campos. En estos momentos están asentados ahí el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, la Alianza Global de Asociaciones de Operadores de Agua, el Programa de Perfiles de Ciudades Resilientes, el Instituto Forestal Europeo, la Oficina de la Organización Mundial de la Salud en Barcelona para el Refuerzo de los Sistemas de Salud, el Centro de Actividad Regional para el Consumo y la Producción Sostenible y Eurodis, que es la organización europea que estudia las enfermedades raras. El año pasado también se incorporó el Barcelona International Public Policy Hub, que es una plataforma que agrupa organizaciones para impulsar la innovación en distintos ámbitos, como cultura o políticas públicas.
Este año se han producido dos bajas: el Instituto sobre Globalización, Cultura y Movilidad de la Universidad de las Naciones Unidas y Casa Àsia. La primera es una institución de la ONU que forma funcionarios para este or- ganismo y para otros y que tiene filiales en diferentes naciones, cada una especializada en un tema. La de aquí ha sido víctima de la crisis de aportaciones que sufre la ONU y que lleva a prescindir de algunos departamentos. Se irá de Sant Pau en un mes.
Quien ya se ha marchado es Casa Àsia, que ya se trasladó a Sant Pau tras los problemas que tuvo en su primigenia ubicación, en el palacio del Baró de Quadras, en la Diagonal; pero las dificultades financieras no se solventaron y no podía hacer frente al alquiler. La solución encontrada por el Ministerio de Asuntos Exteriores (uno de los tres integrantes del consorcio que rige la institución junto con la Generalitat y el Ayuntamiento) fue el traslado al edificio que albergó a la Comisión Nacional del Mercado de las Telecomunicaciones, en el número 56 de la calle Bolívia, muy cerca de Glòries. De momento, a la espera de la mudanza definitiva que será este mes, se ha instalado en unas oficinas en la Diagonal, 131.
Las dos instituciones que se han marchado de Sant Pau compartían el pabellón de Sant Manuel, que no se ha quedado vacío. Ya tiene nuevo inquilino. Se trata de Barcelona Health Hub. Es una asociación que trabaja para potenciar la innovación en salud. Lo que pretende es conectar startups, organizaciones sanitarias, empresas del sector e inversores a fin de conferir nuevas tecnologías al sector sanitario. En principio habrá allá 15 startups, que diseñan aplicaciones, plataformas y soluciones tecnológicas para pacientes y para profesionales.
También se ha radicado en Sant Pau, en el pabellón de la antigua Casa de Operaciones, la Fundació Lluís Domènech i Montaner, cuya finalidad es recuperar, estudiar y difundir la obra del arquitecto a quien se debe, precisamente, el recinto modernista.
Casa Àsia está en unas oficinas provisionales a la espera de marcharse a Glòries
La fundación que estudia el legado del arquitecto está en una de sus grandes obras