La Vanguardia

Sin pelos en la lengua

- Mcamps@lavanguard­ia.es

Cuando alguien usa la expresión “sin filtro”, lo primero que me viene a la cabeza es un paquete de cigarrillo­s de la marca Celtas, sobre todo los que eran cortos de talla, los primeros que salieron al mercado, en los años cincuenta. En el paquete, la palabra “cortos” no aparecía por ningún sitio: “Celtas / 20 cigarrillo­s hebra”. Lo que sucedió es que al cabo de un tiempo se comerciali­zaron unos más largos que sí estaban etiquetado­s como tales. En contraposi­ción a “Celtas / 20 cigarrillo­s hebra / largos”, los otros fueron bautizados popularmen­te como “Celtas cortos”. Y de ahí salió incluso un grupo musical de los ochenta con sede en Valladolid.

Decía que me vienen a la cabeza aquellos paquetes de cigarrillo­s –que había que saberlos fumar para que los labios y la lengua no se llenaran de hebras– cuando oigo a alguien que usa la expresión “sin filtro”. A buen seguro que una parte de los lectores ya hace tiempo que la conocen, pero para mí es bastante nueva. Un par de ejemplos: “Pedro me lo ha soltado sin filtros”; “Rosa no pone ningún filtro cuando habla”. No hay que ser ningún experto lingüista para entender su significad­o.

Los Celtas Extra, la tercera evolución de la popular marca, ya llevaban

Un par de ejemplos: “Pedro me lo ha soltado sin filtros”, “Rosa no pone ningún filtro cuando habla”

filtro, y hoy, cuando el tabaco de liar bate récords de ventas, también se venden bolsitas de filtros para añadirlos al pitillo. Cada vez que veo a alguien liando uno, pienso indefectib­lemente en Josep Pla y su reflexión sobre el adjetivo en la entrevista que le hizo Soler Serrano en el programa A fondo: la acción de prepararse un pitillo mientras escribía le daba tiempo para pensar sobre el adjetivo preciso que necesitaba. Una excusa como otra para fumar sin parar.

Pero volvamos a la expresión en cuestión. Este “sin filtro” aplicado a una persona puede hacer referencia a los cigarrillo­s, pero también, claro, a los filtros del café o del té, a los de los focos o a cualquier otro objeto que sirva para modificar algo con el objetivo de mejorarlo o sacarle un mejor rendimient­o. Es lo que hace la gente educada: se pone filtros para tamizar sus palabras, teniendo en cuenta muchos factores: el receptor del mensaje (en una gradación que va desde un superior en el trabajo hasta la persona de la más absoluta confianza, o un progenitor o un hijo), el contexto, el registro (formal o informal)...

El lado malo de esta historia es que por el camino se pierden expresione­s tan entrañable­s como “sin ambages”, “sin tapujos”, “sin pelos en la lengua”, “a las claras”, “hablando en plata”, “tal cual”,“lisa y llanamente”... El lado bueno es que el lenguaje figurado avanza, sin filtros, pero sale adelante.

 ??  ?? Magí Camps
Magí Camps

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain