Soñadoras que no se duermen
La trabajada victoria del Miniestadi contra el Atlético de Madrid acerca el liderato al Barça
La historia del deporte es también la del insomnio. La adrenalina de una victoria como la del Barça de ayer ante el Atlético de Madrid femenino (2-1) hace difícil dormir. Nessun dorma, como en el aria más famosa de Puccini en Turandot. Que nadie duerma.
La victoria acerca a las azulgranas (23 puntos) al liderato de las colchoneras (24). La primera parte acabó sin goles, después de un intercambio constante de llegadas a una portería y la otra. Un error de la defensa permitió que la bajita Kenti Robles (apenas 1,61 de altura) cabeceara a placer y pusiera el 0-1 en el marcador al comienzo de la segunda parte. A partir de ese momento, el duelo lo jugaron los técnicos. El azulgrana Fran Sánchez movió mejor el banquillo: sustituyó a Alves, Losada y Andonova por Aitana, Alexia y Duggan, una pesadilla para sus rivales. Los tres cambios de José Luis Sánchez Vera no fueron tan afortunados, y además retiró del campo a Ludmila, que aún parecía tener gasolina en el depósito y era la más incisiva.
Otro error, un regalo infantil de la portera Lola, permitió que la recién incorporada Aitana lograra un golazo con una vaselina preciosa fuera del área. El empate parecía un mal menor, pero Duggan –incomprensible que no fuera titular, como Alexia– marcó el 2-1 en el minuto 90. Catalanas y madrileñas suelen decidir sus duelos con empates o victorias ajustadas. En los últimos ocho partidos, tres victorias del Barça, dos del Atlético y tres tablas.
“Si hubiéramos empatado o perdido, no se habría acabado el mundo”, dijo la capitana azulgrana, Vicky Sánchez. “Era un partido muy importante, pero no una final. Quedan 21 jornadas”, añadió Fran Sánchez. El Miniestadi merece un punto y aparte en la crónica. Más de 4.600 personas presenciaron el partido. Carme Nieto, de 70 años, no pudo ir esta vez, aunque siempre tiene una localidad reservada en el palco. Esta mujer formó parte del primer equipo femenino del Barça, que debutó en un amistoso en el Camp Nou el 25 de diciembre de 1970. Ayer recordó sus inicios mientras participaba en un acto institucional en la peña azulgrana de Vic. Qué distinto este clásico de su partido inaugural, cuando ni siquiera pudo lucir el escudo del club. Después del debut, a Carme y a sus compañeras también les costó conciliar el sueño. Los nervios y las bromas de pésimo gusto que tuvieron que soportar no les dejaron dormir.
Pero no se rindieron y obtuvieron el derecho al escudo oficial. Hoy son abuelas, pero sin ellas no se entendería la Liga Iberdrola, ni las actuales 42.230 licencias femeninas. O que España sea campeona de Europa sub-17 y sub-19, subcampeona del mundo sub-20 y que se haya clasificado para el Mundial. Las integrantes del Atlético y del Barça, dignas herederas de las pioneras, tampoco dormirían mucho ayer por distintos motivos. La alegría para unas, la tristeza para otras. El largo camino recorrido entre todas…