El futuro de Nissan-Renault
LA incertidumbre preside el futuro del primer conglomerado mundial de automóviles, la alianza Nissan-Renault-Mitsubishi, desde que el lunes fue detenido por presunto fraude Carlos Ghosn, el mítico líder empresarial francolibanés que ha dirigido este grupo con gran éxito en los últimos veinte años. La evolución de los acontecimientos es también de vital importancia para España, ya que Nissan tiene una fábrica en Barcelona, que debe redefinir sus estrategias, y Renault otras en Valladolid, Palencia y Sevilla.
La gran capacidad de gestión empresarial de Carlos Ghosn, que salvó a Nissan de la bancarrota en 1999, no ha sido puesta en duda por nadie, pero no sucede lo mismo con su comportamiento personal. Carlos Ghosn, que ha sido destituido ya de la presidencia de Nissan y seguramente lo será de la de Renault esta próxima semana, está detenido preventivamente en la cárcel de Kosuge, al este de Tokio, acusado de fraude fiscal y otras conductas irregulares, que se han descubierto como resultado de una investigación interna de la compañía japonesa.
En concreto se culpa al dirigente empresarial de haber infravalorado su sueldo en unos 8.000 millones de yenes (unos62,5millonesdeeuros)enlosúltimosañosanteelregulador bursátil de Tokio, con objeto de evitar las críticas de los accionistas de Nissan, y de haber desviado fondos de la compañía para familiares, amigos y gastos personales.
Tanto desde Japón como desde Francia, cuyo Estado tiene un 15% de las acciones de Renault, se han lanzado esta semana reiterados mensajes de que la alianza de los tres fabricantes automovilísticos se mantiene intacta. El riesgo es tan elevado, dada la importancia que ambas compañías tienen para las economías de ambos países, que el ministro francés de Economía y su homólogo japonés se han reunido para reafirmar el apoyo de sus respectivos gobiernos para el mantenimiento de la gran alianza automovilística.
Renault tiene el 43% de Nissan, que a su vez posee el 15% de la firma francesa, pero sin derecho a voto, y el 34% de Mitsubishi. El poder por tanto está en manos de Renault, pero hoy Nissan vale en bolsa dos veces más que la firma francesa. Desde Nissan, en los últimos años, se habían opuesto a los planes de Carlos Ghosn de fusionar las dos compañías, al tiempo que reclamaban una revisión de la alianza accionarial que él rechazaba.
Quizás ahora, con la desaparición de la escena empresarial de Carlos Ghosn, todo el esquema de la alianza, pese a las declaraciones efectuadas, pueda replantearse. En cualquier caso es importante despejar incertidumbres para garantizar el buen funcionamiento del grupo en unos momentos clave para el futuro del sector del automóvil, que desde España hay que seguir muy de cerca.