Los comerciantes proponen cómo mejorar la iluminación
Los ejes más visitados y los de los barrios reclaman un alumbrado más alegre
Los comerciantes de Barcelona entienden que esta ciudad apenas luce. Y bajo sus mostradores tienen muchas ideas para remediarlo. Los de Rambla Catalunya apuestan por iluminar cuantas más fachadas mejor, los de Via Laietana proponen mejorar su alumbrado con grandes mallas de leds que penden entre las fachadas, los del Gaixample dicen que de vez en cuando habría que cambiar los turnos diarios del encendido, que no puede ser que sean siempre las mismas calles las últimas en iluminarse, que las nuevas tecnologías ofrecen una barbaridad de soluciones... ¿Saben que buena parte del mosaico de Miró de la Rambla queda cada crepúsculo entre penumbras desde que, ya hace años, instalaron los ascensores de la estación de metro de Liceu? Ahora los focos de unas obras mitigan la oscuridad, pero...
No es sólo una reivindicación de los principales ejes, de los más visitados por los turistas. Según Salvador Vendrell, de la Fundació Barcelona Comerç, de la asociación que agrupa las tiendas de los ejes de los barrios, la iluminación no sirve sólo para iluminar. “Tiene muchas más funciones, genera seguridad, inspira confianza, da alegría... Y ello obliga a las administraciones a apostar por las nuevas tecnologías y el buen mantenimiento. Nada de esto está reñido con la sostenibilidad. Ahora hay farolas con sensores que pueden funcionar a medio gas cuando no pasa nadie y activarse, coordinarse y variar su intensidad según el paso de la gente. Las smart city funcionan así. Para un eje es fundamental. Muchos comerciantes de barrio lo pasan muy mal a la hora del cierre, cuando ya no hay nadie por la calle y se apagan los escaparates”.
“Cada vez que voy a Madrid, a Lisboa, a Praga... Barcelona se me antoja una ciudad muy oscura y lúgubre –dice Eduard Solé, de los comerciantes de Rambla Catalunya–. Y es una pena. Aquí también tenemos muchos edificios singulares, muchas fachadas que merece la pena iluminar. El alumbrado no debe reducirse a un montón de farolas. Así también mejoraríamos la seguridad. En Rambla Catalunya estamos sufriendo un incremento de la delincuencia nunca visto”.
“En estos momentos la Via Laietana es una barrera que separa Ciutat Vella, que aleja los barrios –lamenta David González, de la entidad de vecinos y comerciantes de la calle más neoyorquina de Barcelona–. Y ello se debe en parte a que sus aceras son estrechas y oscuras. Tenemos un alumbrado de autopista, con las farolas apuntando a la calzada”. A medida que se baja, que el transeúnte se acerca a la sede de Correos, explica González, las penumbras se hacen a cada paso más espesas. “Dado que las aceras son tan estrechas, en lugar de entorpecer el paso con más elementos, proponemos instalar mallas lumínicas que penden entre las fachadas, de lado a lado de la calle”, sentencia.
En Via Laietana también apuestan por la iluminación de fincas. “Tenemos inmuebles modernistas, art déco, de la Escuela de Chicago... es una lástima que no luzcan”.
Y los comerciantes del Gayxample llevan más de 10 años pidiendo al Ayuntamiento que el tramo de la calle Casanova entre Aragó y Diputació deje de ser el último en iluminarse. “Lo hace prácticamente una hora más tarde que los primeros tramos –explica Juan Juliá, de la patronal de empresas orientadas al público gay y fundador del hotel Axel–. Ni socialistas ni convergentes ni comunes solucionaron el problema. El sistema obliga a que las calles se iluminen por fases. Pero insistimos en que varien estas fases. Sacar adelante un negocio en Casanova es más difícil. Los comercios no tienen continuidad. La iluminación del Gayxample es muy deficiente, como la de todo el distrito. A este Ayuntamiento le cuesta tomar medida que apoyen al comercio.