Otra protesta vecinal ante la inacción de Colau
Cerca de una treintena de plataformas y asociaciones se manifestaron ayer después de que el Ayuntamiento siga sin hacer caso a sus reclamaciones
El movimiento de protesta conocido como tsunami vecinal, que ya engloba a una treintena de entidades, volvió a tomar ayer la plaza Sant Jaume para mostrar su malestar ante el gobierno local por su gestión en cuestiones como el alumbrado público, la limpieza, la seguridad, los ruidos y el incivismo, así como por la venta ilegal o los problemas de movilidad que arrecian en diferentes puntos de la ciudad. Pero también se manifestó porque después del encuentro que, a mediados de octubre, mantuvieron representantes del movimiento con la alcaldesa Ada Colau, todavía no se ha celebrado una segunda reunión. Todo sigue igual y temen que lo que les dijo el gobierno municipal se haya quedado en papel mojado. Ayer se movilizaron para lanzar un mensaje: que no bajan la guardia.
“Ha pasado un mes del encuentro con la alcaldesa y todavía no se ha celebrado ninguna reunión en ningún distrito”, se quejaba ayer Sergi Gázquez, portavoz de la Asociación de Vecinos de Poble Sec en una convocatoria que congregaba a medio millar de vecinos.“Ahora hay más policía y siguen pasando cosas. ¿Y cuándo se vaya? Las problemáticas de nuestros barrios se han de tratar a fondo y no se está haciendo”, añadía Iván Rivera, presidente de la Asociación de Vecinos Illa de Robador y alrededores.
“La poca sintonía con el espíritu constructivo que ofrecimos al Consistorio pensamos que no da garantías a los ciudadanos. Fuera de actuaciones puntuales, parece que no se quiera hacer frente realmente a los problemas que tenemos”, insistían desde el movimiento que crece en número de entidades (ahora son diez más que en septiembre) y de presencia en la ciudad. Ya hay asociaciones del Raval, Gòtic, la Barceloneta, la Vila Olímpica, Poblenou, Diagonal Mar, Maresme-Besòs o Poble Sec, pero también del Eixample, Prospetitat-Trinitat Vella, Meridiana o Turó Park.
“¡Recuperemos las calles para los vecinos y vecinas!” y “¡Por una Barcelona más cívica y segura!” fueron algunos de los lemas de la marcha, una manifestación llena de pancartas en las que se reclamaban medidas contra la delincuencia, el tráfico de drogas o la inseguridad. “Ahora hay tantos tirones como cuando los años de la heroína”, aseguraba Assumpció, vecina de Santa Caterina. “¿Y cuando se vaya toda la policía que hay ahora?”, añadía.“Nosotros no sólo nos quejamos, también hacemos propuestas. Pero la sensación es que no nos escuchan”, reclamaban varios manifestantes en una protesta en la que también se gritaba contra los pisos turísticos ilegales.
La primera protesta del tsunami vecinal se produjo a mediados del mes de septiembre. Entonces un millar de personas y una veintena de entidades dieron apoyo a una protesta cuyo génesis fue, principalmente, las graves situaciones de incivismo de la zona marítima de la ciudad y de Ciutat Vella. No se planteó –tampoco la de ayer– como un acto político contra la alcaldesa. De hecho, siempre se ha pedido a los políticos que no asistan y lo que se ha reclamado ha sido diálogo.
Tras aquella primera propuesta pasaron los días hasta que, casi un mes después, hubo un encuentro al que, además de Colau, también asistió la concejal de Ciutat Vella, Gala Pin, y técnicos de los diferentes distritos de la ciudad. Se acordó
Los vecinos consideran que no hay garantías de que se vayan a solucionar sus problemas: temen sólo actuaciones puntuales
entonces, entre otras medidas, elaborar un mapa que reflejara los nuevos puntos negros de la inseguridad y el incivismo de la ciudad, para tomar medidas concretas al respecto: mejorar iluminación, limpieza, seguridad...
“La propia alcaldesa se comprometió a hacer un segundo encuentro para valorar los avances alcanzados en un mes natural...”, explican desde el movimiento de protesta.
El mes ya está más que cumplido e insisten: todo sigue igual.