Religiones amenazadas
El ‘Informe 2018 sobre Libertad Religiosa en el mundo’ alerta de la indiferencia de Europa ante las violaciones de derechos
Seguramente mucha gente se preguntó este viernes pasado por qué la Sagrada Familia de Barcelona estuvo iluminada de rojo entre las 20 y las 24 horas. Y, aunque no lo supieran, también lo hacían simultáneamente el Coliseo de Roma, el santuario del Cristo Rey de Almada en Lisboa o la catedral de Vilna, en Lituania. Son ciudades que han querido unirse a una iniciativa de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada para sensibilizar a la sociedad sobre el derecho a la libertad religiosa en el mundo. Esta iniciativa coincide con la publicación del Informe de libertad religiosa 2018.
Una de las principales conclusiones de este informe, que se publica cada dos años en seis lenguas distintas, es que el 61% de la población mundial vive en países donde no se respeta la libertad religiosa. El estudio analiza 196 países de todo el mundo y para todos los credos y señala que en 38 de ellos se cometen violaciones importantes de la libertad religiosa, y en casi la mitad la situación ha empeorado. Se señala con preocupación la situación en China e India. En otros lugares como Corea del Norte, Yemen, Eritrea o Arabia Saudí se mantiene una situación enquistada sin visos de mejora. En otros 21 países se puede hablar de persecución religiosa y en 17 se dan situaciones de discriminación. En este último apartado se han añadido Rusia y Kirguistán. Sin embargo, se constata que crece la indiferencia ante estas situaciones. Para los gobiernos y los medios de comunicación occidentales, la libertad religiosa pierde peso dentro de la defensa de los derechos humanos ante cuestiones como el género, la sexualidad o la raza. Los autores de este trabajo consideran que influye en esta cuestión el creciente “analfabetismo” en materia de religión por parte de estos países occidentales.
A escala global se considera que la libertad religiosa está en deterioro. Una de las zonas más calientes es el cinturón central de África por el avance del yihadismo, que ataca la libertad religiosa en 22 países. Pero no es el único actor que preocupa. Los estados autoritarios y con nacionalismos extremos empiezan a ser un problema muy grave. Y entre estos se sitúan China, India, Corea del Norte, Birmania o Vietnam. El informe señala 16 países con un nacionalismo agresivo y hostil hacia minorías religiosas que afecta a 3.000 millones de personas.
Uno de los pocos datos positivos es la evolución favorable en Siria e Irak, una vez que el Estado Islámico ha sido derrotado militarmente y algunas minorías religiosas pueden volver a sus lugares de origen, como los cristianos en la llanura de Nínive (Irak). También se han reducido las situaciones violentas en Kenia y Tanzania.
Marc Fromager, uno de los responsables del informe, señala la dificultad en algunos conflictos de determinar las causas y como en ocasiones se mezclan elementos políticos, económicos y religiosos. Y pone como ejemplo la guerra de Siria, donde se produce un enfrentamiento entre suníes y chiíes y de estos contra otras minorías religiosas, pero también se dan otras causas geopolíticas y de intereses económicos. Lo mismo sucede con el enfrentamiento entre los budistas birmanos y los musulmanes rohinyás.
En España, los dos últimos años han estado marcados por el atentado de la Rambla perpetrado por una célula terrorista dirigida por un imán. La Iglesia católica ha denunciando agresiones verbales o en forma de pintadas contra centros de culto, que quedan muy lejos de la violencia de que se da en otros países.
Lugares de culto emblemáticos se iluminaron de color rojo durante cuatro horas el viernes