El Madrid, humillado
Una goleada del Eibar diluye el efecto Solari en el peor partido de la temporada blanca
Santiago Solari no pudo tener peor estreno como entrenador del Madrid nada más firmar hasta junio del 2021. Los blancos nunca habían perdido contra el Eibar y siempre le habían goleado en Ipurua. Sin embargo, todo se le torció ayer al Madrid, que jugó de largo su peor partido de la temporada y fue humillado y goleado por un Eibar enérgico y disciplinado, que jugó exactamente como se esperaba de él, con una presión alta que ahogó durante todo el partido a un Madrid al que nunca se le ha visto tan impotente.
Si Lopetegui pasará a la historia del club como Lopetegui el breve, la paliza del Eibar al Madrid vuelve a abrir interrogantes sobre el futuro del banquillo blanco. Hasta ahora, Solari sólo conocía la miel de las victorias, sumaba cuatro de cuatro, y el equipo parecía rearmado anímicamente, con mucha temporada por delante y todos los objetivos abiertos. Acabado el partido y consumada la hecatombe, Florentino Pérez se revolvía incómodo en el palco, sin saber adonde mirar mientras Solari enfilaba el camino de los vestuarios cabizbajo.
El Madrid iba avisado. Ya se sabe que los parones por las selecciones son traicioneros y que Ipurúa nunca regala nada. Solari advirtió en la víspera de lo que les esperaba: un partido áspero, “para hombres”. Luego, en la rueda de prensa dijo “mis chicos” y enseguida rectificó con cara seria: “No son chicos, son futbolistas”.
El Madrid ya había experimentado duras derrotas en esta Liga, en el Pizjuán o en el Camp Nou. Pero ni el Sevilla ni el Barcelona son el Eibar. Aquello no le inmunizó ni le preparó para un naufragio como el de ayer. Nunca en toda la temporada el Madrid había registrado unas estadísticas tan pobres. Si en el Camp Nou dominó el juego veinte minutos, en Ipurua estuvo en todo momento a merced de un Eibar que supo siempre a qué jugaba. Dominó mejor las áreas, chutó mejor y defendió mejor. El Madrid sólo hizo una ocasión de gol en todo el partido, un remate de Benzema que un defensor sacó sobre la raya. Después, nada, la impotencia absoluta ante un Eibar que tuvo como figura a un jugador cedido del Barcelona, Marc Cucurella, que manejó el juego como le dio la gana e intervino en los tres goles locales. De hecho, al Eibar se le quedó corto el resultado. Lanzó un remate al palo y Courtois fue de lo poco salvable del Madrid porque estuvo vendido en los goles y con dos enormes paradas evitó que la humillación fuera aún mayor.
Si el Madrid estuvo mal, la dirección desde el banquillo fue desastrosa. El francés Varane dijo ante los micrófonos a pie de campo que “estuvimos mal colocados colectivamente”. Ni cuando Lopetegui era un cadáver deportivo nadie se atrevió a tanto. Ramos aseguró que “faltó actitud”.
Hasta ahora nunca el Madrid de Solari había ido por detrás en el marcador. Ayer lo fue y no se atinó con la respuesta. Isco fue suplente por quinta vez y cuando salió no aportó nada. El malagueño entró por Modric, al que es posible que en unos pocos días le den el Balón de Oro y el croata resultó intrascendente. Bale marcó un golazo por la escuadra, pero estaba en fuera de juego. Ya no se le vio más. Ceballos intentó hacer de Casemiro pero Casemiro sólo hay uno y está lesionado. Un día el Madrid hará cuentas de lo que pierde defensivamente sin Casemiro y quedará asombrado.
El Eibar avisó muy pronto y tardó apenas un cuarto de hora en ponerse por delante. Antes había llegado la única ocasión del Madrid por medio de Benzema, que se movió bien pero le faltó lo de siempre, instinto depredador. El Madrid tenía 75 minutos para darle la vuelta a aquello. No le faltó actitud. Le faltaron recursos. Intentó rebelarse a lo inevitable y le cayó una buena tunda. El martes le espera el Roma.
LA ESTRELLA
Marc Cucurella, cedido por el Barcelona, fue la gran figura del partido tras intervenir en los tres goles