Alonso pone suspense a su adiós a la F-1
Fernando Alonso insinúa su regreso a la F-1 el día que se va con homenajes que dan lustre a una carrera diluida
Todavía se estaba marchando de la F-1 y el ruido sobre su posible regreso al gran circo empezaba a ser atronador. Una sensación de déja vu en todo lo que rodea a Fernando Alonso, que en sus últimas horas en la élite del automovilismo, 17 años entre los más grandes, conjugaba las emociones del adiós, los homenajes de los rivales y compañeros y la incertidumbre de un “hasta luego” reiterado que deja la puerta abierta a un retorno nada descartable en el 2020. Si lo hizo Schumacher con 41 años porque se aburría de la jubilación, ¿por qué no lo podría hacer el asturiano con 38?
“Hasta luego” ha sido la expresión más utilizada para definir esta supuesta última carrera de Alonso en la F-1, la número 312, que tampoco pasará a la historia (11.º, fuera de los puntos) si no es por su sabor especial de la despedida. “Hasta luego” era el motivo que lucía el alerón delantero del MCL33; “Hasta luego” llevaban estampado en las camisetas azules que lucieron Fernando y su equipo en el homenaje matinal; y “es un hasta luego” repetía su mánager, Luis García Abad. “De aquí nadie se va nunca”, remataba en Movistar+.
Y el propio Alonso avivaba el fuego de la especulación. “Volveré (a la F-1), pero no para ser comentarista como algunos expilotos de F-1”, decía, medio en serio, medio en broma, ante una nube de micrófonos que esperaban sus últimas palabras como piloto de F-1. Le contemplaban de cerca en la ventosa noche emiratí su familia, sus padres, José Luis y Ana, su hermana Lorena, sus sobrinos, y sus amigos, llegados de Asturias para estar con él.
Según las palabras que pronunciaba en Movistar +, la intención de Alonso es cerrar un capítulo en la F-1 y abrir otro en otra parte. Lo que no significa que dé por terminado el libro. “La idea es que aquí sea mi última carrera y que esta etapa en la F-1 se acabe. Necesitaría sentirme muy vacío el año que viene, sin F-1, en el sofá de casa, viéndolo por la TV, y que lo echara tanto de menos, que me plantease volver. No es la idea por ahora; ya veremos qué pasará”, dejaba en el aire el asturiano.
De lo que no hay duda es que deja la F-1 porque en este circo, después de cinco años de un gris plomizo, sin protagonismo, ya no pintaba nada. La nueva hornada de los Verstappen y Leclerc aprieta con fuerza. “Ahora tengo otros retos fuera de la F-1. Para ser el piloto más completo del mundo tengo que ganar en todas las disciplinas posibles; es lo que me gusta hacer, competir en coches y no sólo en F-1”, se receta Fernando. Su gran desafío es la Triple Corona –le falta ganar la Indy500 para completarla–. “La verdad es que es uno de los objetivos del 2019”, decía, cada vez más eclipsado por el ruido ambiental del ostentoso Yas Marina, que empezaba a parecerse a una feria de fiesta mayor, con la música a todo trapo y las luces enloquecidas en las fiestas del muelle y del hotel Yas. La vida seguía allí fuera, ajena a despedidas y a los momentos emotivos.
Fue día de fraternidad, olvidada la rivalidad y las guerras del pasado. Como el abrazo que le daba Hamilton, o las bromas de Vettel. “Te veo pronto de vuelta”, le soltaba el alemán, que tras la carrera, junto a Lewis, tuvieron un bonito gesto: se acercaron con sus bólidos al McLaren de Alonso y en la recta los tres se pusieron a hacer donuts. “Se lo agradezco. Son grandes campeones. Echaré de menos las batallas”, les correspondía el asturiano, que también recibía el cariño del jefe, Zak Brown: “Qué carrera, gracias. Eres un campeón. Vamos a ganar la Triple Corona”, lo animaba. “Ha sido un honor para mí”, respondía un Fernando abrumado. “Gracias por todo; estoy un poco sonrojado de todo lo que ha pasado este fin de semana y las muestras de cariño recibidas, muchas gracias de corazón”.
Su última carrera, pese a recibir la visita de la lluvia –¡en Abu Dabi!–, como para despedirse de él, y pese una sanción de 5s por saltarse una chicane, no tuvo historia. Aun así, los fans lo escogieron Piloto del Día. Uno de esos regalos de “un día extraño, como el último día de colegio. Pero no volveré el año que viene cuando regresen de vacaciones”.
LA EMOCIÓN DEL ESPAÑOL
“Siempre llevaré la F-1 en mi corazón y le estaré agradecido, aunque vaya a otros sitios; me siento un privilegiado”
“A la afición, gracias por tanto apoyo en esta aventura que hemos hecho juntos. Os sentiré siempre muy cerca”
“No lamento demasiadas decisiones. Acabar 2.º, 7.º o 12.º es lo mismo. Me voy con dos títulos, 97 podios...”