La UE aprueba el Brexit con un ultimátum para May
Los 27 lamentan el divorcio, pero avisan de que no habrá más concesiones La premier afronta sin mayoría la batalla interna por el pacto
Todos los divorcios son dolorosos, por muy pactados que estén. También lo será el del Brexit, más aún cuando sólo acabamos de pactar las condiciones de salida, pero queda por establecer lo más difícil, las futuras relaciones que mantendrán la Unión Europea y el Reino Unido. Por ello, el ambiente de ayer en el Consejo Europeo en Bruselas era ambivalente. Los 27 estaban satisfechos por un acuerdo que consideran el mejor posible, pero a la vez tristes porque se va un país de la Unión. En cambio, Theresa May no compartía la melancolía de sus aún socios y dijo que los entiende, pero que es momento de pasar página.
“Un día triste, un momento trágico”, resumió el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Tampoco para el presidente francés, Emmanuel Macron, era un día de celebraciones: “Ni alegría ni duelo, es respetar la elección de un pueblo soberano”. Y la canciller Angela Merkel dijo que era “un día histórico, que nos deja con sentimientos ambivalentes. Es trágico que el Reino Unido deje la Unión Europea”.
El presidente español, Pedro Sánchez, lo calificó de “acuerdo razonable, dentro de la tristeza que una UE de 28 pase a 27. Es una pérdida”, pero apresurándose a añadir que “con la salida del Reino Unido perdemos todos, pero en relación con Gibraltar, España gana”. Su conclusión es que España “se sitúa en una posición de fuerza que no habíamos tenido hasta ahora”.
Los 27 y Theresa May escenificaron el ceremonial en tono grave, sin aspavientos, aunque satisfechos de haber conseguido un consenso que parecía imposible hasta hace bien poco. Pero el ritual llegó acompañado también de una advertencia para los brexiters duros: es el mejor acuerdo posible, no habrá otro, lo tomas o lo dejas. “Los que piensan que rechazando el acuerdo pueden obtener un acuerdo mejor quedarán decepcionados”, dijo JeanClaude Juncker. Con la misma idea, May empezó su campaña para vender el acuerdo en casa: “Si la gente cree de algún modo que hay otra negociación posible, no es el caso... Es el acuerdo que está encima de la mesa. Es el mejor acuerdo posible. Es el único acuerdo posible”. La primera ministra intenta convencer a un Parlamento británico reticente que tiene que aprobar obligatoriamente los textos para que puedan entrar en vigor.
También se necesita la aprobación del Parlamento Europeo, pero con las actuales mayorías es un paso que no debe suponer ninguna dificultad. El presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, anunció que los acuerdos se ratificarán en febrero o marzo: “Es un buen
MÁS NEGOCIACIONES Queda lo más difícil: establecer las futuras relaciones entre la UE y el Reino Unido
acuerdo para la UE y para el Reino Unido. Ahora toca preparar el futuro. El Reino Unido deja la Unión Europea, pero continua siendo un país europeo”. Mensaje conciliador que compartió también el negociador europeo, Michel Barnier, al señalar que con los británicos seguiremos siendo “aliados, socios y amigos”.
Muy amigos pero ya no miembros de la misma UE, porque los jefes de gobierno avalaron el acuerdo para el Brexit suave, para que el 30 de marzo próximo Londres empiece a abandonar el club al que ha pertenecido durante 45 años de manera ordenada y limitando al máximo los daños para las dos partes.
Acuerdo sólo posible después de saltar el escollo de última hora que supuso Gibraltar. Pedro Sánchez se refirió al tortuoso proceso negociador de la última semana, cuando España amenazó con un veto que puso en peligro todo el Brexit. Sobre las garantías obtenidas, y la validez jurídica de estas declaraciones, su conclusión es que “no hay debate”, que “en relación con Gibraltar, España gana”. Reconoció las dificultades cuando se introdujo el artículo 184, porque “el diablo está en los detalles”, y un detalle alarmante fue el que detectó la Abogacía del Estado, que consideró que podía tener repercusiones sobre las relaciones futuras con Gibraltar. A partir de ahí, España movió su maquinaria. No consiguió modificar, como deseaba, ni el acuerdo de retirada ni tampoco la declaración política que fija las relaciones de futuro, pero con las declaraciones de los 27 y la carta del Reino Unido, el Gobierno español considera la misión cumplida. “Bien está lo que bien acaba”, dijo Sánchez, antes de subrayar que, en su opinión, la posición española sobre Gibraltar queda reforzada respecto a la que existía hasta el momento. El punto esencial que arrancó en esta recta final el Gobierno español es una declaración del Consejo Europeo y de la Comisión en la que se afirma de forma contundente que cualquier acuerdo futuro entre la UE y el Reino Unido que afecte a Gibraltar necesitará el “acuerdo previo” de España. Es cierto que una declaración no es jurídicamente vinculante, pero supone un posicionamiento político de importancia en que los 27 avalan la posición española, su derecho de veto sobre todo lo que afecte a Gibraltar.
Respecto a las críticas al acuerdo formuladas por el líder del PP, Pablo Casado, Sánchez le recomendó que “lea la prensa británica y saque sus conclusiones”.