El tiempo perdido
Golnaz Hashemzadesh publica ‘Lo que fuimos’, sobre amor y supervivencia de una revolucionaria marxista en Irán
La escritora de origen iraní Golnaz Hashemzadesh, considerada una de las voces jóvenes más prometedoras de la literatura sueca actual, presenta Lo que fuimos, una reflexión sobre el pasado y la pérdida que va desde el final de los años setenta hasta la actualidad.
Nació en Irán en 1983 pero pronto tuvo que huir con su familia para instalarse en Suecia. Graduada en la Stockholm School of Economics, Golnaz Hashemzadesh ha sido directora fundadora de una organización sin ánimo de lucro dedicada a luchar contra la marginación dando soporte a jóvenes emprendedores. Actualmente vive en Estocolmo, con su marido y su hija.
Considerada una de las voces jóvenes más prometedoras de la literatura sueca actual, ha presentado Lo que fuimos (Duomo), –en catalán Vam ser nosaltres (Les Hores)– una reflexión sobre el pasado y la pérdida, entre la revolución de Irán de 1979 y la Suecia actual. A Nahid, la protagonista, no le resulta ajena la muerte. La conoció como revolucionaria marxista en Irán en los años ochenta, cuando vio matar a sus compañeros por las calles y se vio obligada a huir, a exiliarse. Y sin embargo el diagnóstico de un cáncer la deja vulnerable, desarmada. ¿Cómo revertir esa situación?
“En el 2014 nació mi primera hija, pero en diez meses murieron mi madre, mi padre, mi abuela... Perdí tanta gente en ese tiempo que empecé a pensar mucho sobre la herencia familiar, las cosas importantes que se transmiten generacionalmente. Y cómo lograr que lo malo quede al margen, que no lo traspasemos a nuestros hijos”, explica Hashemzadesh, vestida de índigo, respecto a la génesis de esta novela que es su segundo libro y ya se ha traducido a 26 idiomas.
A sus editores les cautivó su modo de exponer la potente relación entre Nahid, la protagonista, y su hija. “Yo soy hija de revolucionarios –explica la autora– y mis padres tuvieron unas vidas plenas y dolorosas. Les estoy agradecida por su legado aunque sea un legado teñido de dolor que yo quiero convertir en oro para que mis hijos no lo vivan como un trauma”.
La trama de la novela acoge cuatro generaciones de mujeres que le han servido a la autora de acción terapéutica. “No siempre he estado en paz con mi pasado. Cuando nos trasladamos a Suecia sufrí mucho con el racismo; Suecia te ofrece todas las seguridades pero es un país muy individualista, de los más solitarios del mundo, lleno de valores pero sin calidez ni sentimiento de acogida y de comunidad”.
Hashemzadesh tiene ahora 35 años y no ha vuelto a Irán desde los tres. “Y sin embargo tengo un
“Suecia te ofrece seguridad pero es un país individualista, solitario, lleno de valores pero sin calidez”
sueño recurrente donde vuelvo a aquella tierra”. Se sorprende cuando su hija –que no conoce nada de la historia de esos países, ignora lo que es la política y tiene un padre sueco– la oye cantar en iraní y le pregunta: “Mamá, ¿echas de menos a tu madre?”. Algo que desencadena en la escritora varias preguntas: “¿Qué intuye? ¿Qué pasa por esa cabecita de una niña que ha nacido en un país libre y me oye hablar otra lengua?”.
Y, al fin, su pregunta esencial: “Mis padres eran refugiados políticos. En esos treinta años... ¿lograron escapar a los fantasmas que dejaron en Irán o les acompañaron toda la vida?”.