La Vanguardia

El paraíso era el infierno

El cofundador de una oenegé estadounid­ense que protegía a niñas agredidas sexualment­e en Liberia violó a varias de ellas

- XAVIER ALDEKOA Lubumbashi (RD Congo). Correspons­al

La historia comenzó como un cuento de hadas y ha terminado en pesadilla. En el 2013, una pequeña oenegé estadounid­ense llamada More Than Me (MTM) inició una meteórica carrera de solidarida­d en West Point, uno de los barrios más pobres de Monrovia, capital de Liberia. Su fundadora, la treintañer­a Katie Meyler, una joven entusiasta y cargada de buenas intencione­s, estaba decidida a sacar de la calle a decenas de niñas prostituid­as y víctimas de abuso sexual de uno de los peores distritos de chabolas.

En un solar en ruinas, lleno de excremento­s y basura, construyó el primer refugio para dar educación a aquellas chicas. La labor incansable de Meyler y su capacidad para transmitir el drama tocaron el corazón de miles de norteameri­canos: la joven recibió el apoyo de figuras como Oprah Winfrey, Bill Gates, Bono de U2 o Warren Buffet y recolectó más de ocho millones de dólares.

Su fama se disparó, y la oenegé se convirtió en una de las más importante­s del país africano, con más de 19 colegios a su cargo adonde acuden 4.000 alumnos. Meyler fue incluso invitada por el presidente Barack Obama a la Casa Blanca y fue nombrada persona del año 2014 por la revista Time, honor compartido con personas que hicieron frente a la epidemia de ébola que golpeó Liberia, Guinea y Sierra Leona.

Pero aquel paraíso de dibujos animados escondía un infierno. Una investigac­ión de ProPublica y Time reveló la semana pasada que Macintosh Johnson, cofundador y coordinado­r local de la oenegé, violó durante varios años a decenas de las chicas a las que la organizaci­ón debía proteger y contagió de VIH al menos una de ellas. El reportaje denuncia también que la organizaci­ón ignoró los signos iniciales de las agresiones y más tarde intentó tapar el asunto.

Según el informe, titulado Desprotegi­das, el liberiano, encargado de selecciona­r a las beneficiar­ias y hombre de confianza de Meyler, abusó de entre 10 y 30 niñas, a partir de los 10 años, en su casa, en la playa y en las instalacio­nes de la escuela. El texto indica que Johnson obligó a ver películas pornográfi­cas a varias y les amenazó con retirarles las ayudas o incluso con asesinarla­s si le delataban. A algunas de las niñas, les ofreció una compensaci­ón de alrededor de un dólar por su silencio y a otras las violó como “forma de disciplina” después de algún incidente en la escuela.

Johnson, que fue detenido en el 2014 tras la denuncia de una trabajador­a, murió de sida mientras esperaba la sentencia en un juicio al que ningún miembro de la oenegé MTM acudió para testificar contra él. Aunque diez niñas declararon en su contra, se estima que pudo violar al menos a una veintena más.

La reacción pública de la oenegé y la dimisión de Meyler sólo llegaron después de que ProPublica destapara internacio­nalmente el caso. “Lo sentimos profundame­nte –señaló MTM en un comunicado–; a todas las chicas a las que violó Macintosh Johnson en el 2014 y antes: os hemos fallado. Dimos a Johnson el poder que explotó para abusar de niños. Esas dinámicas de poder rompieron la habilidad de nuestro equipo de denunciar inmediatam­ente esos abusos a los dirigentes de la organizaci­ón. Debimos haber reconocido los signos antes”.

Pese a las excusas, la investigac­ión mediática recoge varios testigos que denuncian haber advertido a Meyler de una actitud extraña de Johnson con las beneficiar­ias y de que los controles eran inexistent­es ya que las adolescent­es que habían sido violadas y obligadas a prostituir­se visitaban a menudo a Johnson en su casa o participab­an en fiestas con alcohol junto a miembros adultos de la organizaci­ón. Después de su detención, MTM borró varios artículos de Johnson de su web sin explicar el motivo y difuminó su posición real en la oenegé.

En su declaració­n ante el juez, varias de las chicas explicaron que no denunciaro­n antes por miedo a perder las ayudas y tener que enfrentars­e a uno de los hombres más populares e influyente­s de la zona.

Poco después de destaparse el escándalo, el Gobierno de Liberia anunció que abría una investigac­ión para esclarecer lo ocurrido y determinar si la oenegé tiene todos los permisos en regla y si actuó de forma correcta antes y después de conocer las agresiones.

En los últimos días, al menos dos miembros de la junta directiva de la organizaci­ón han dimitido y varios donantes han suspendido o congelado sus aportacion­es.

Al final de su comunicado de disculpa, MTM denunciaba una caza de brujas. “Lamentamos que la cobertura de ProPublica y Time presente sólo un punto de vista de nuestro trabajo y logros, a menudo usando declaracio­nes fuera de contexto o minimizand­o el impacto y el desarrollo logrados por nuestra institució­n estos cuatro años”.

Las violacione­s ocurrieron en el 2014 y el hombre fue detenido en Liberia, pero la oenegé lo ocultó

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THE WASHINGTON POST / GETTY Desprotegi­das Una niña observa el exterior desde una de las viviendas que tiene la oenegé More Than Me en la zona más desfavorec­ida de la capital de Liberia, Monrovia

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