Eugenia Martínez de Irujo, única hija de la duquesa de Alba, cumple 50 años
Eugenia ha heredado el carácter de su madre
Cayetana Fitz-James Stuart tenía 42 años cuando, después de cinco varones, nació la anhelada niña. Le puso de nombre Eugenia, en homenaje a la hermana de su bisabuela, Eugenia de Montijo. Aunque no iba a ser la heredera del legado de la Casa de Alba, y de la mayoría de los títulos nobiliarios de su madre, sí que heredó su carácter abierto, sus gustos y su manera de vivir la vida. La duquesa de Alba mantuvo una estrecha relación con su hija hasta el día de su fallecimiento, hace cuatro años. La duquesa de Alba creció sin madre, que murió cuando tenía ocho años, y su hija perdió a su padre con cuatro. Hoy Eugenia, aunque sigue siendo pequeña de estatura, cumple el medio siglo de vida.
La duquesa de Montoro (título que le otorgó su madre en 1994) celebrará este aniversario dos veces. La primera será hoy de forma íntima con su hija, Tana; su marido, Narcís Rebollo, y algunos de sus hermanos. Y la segunda será el viernes con unos 200 invitados. Es probable que, a excepción de su familia, haya en la fiesta pocos títulos nobiliarios, porque Eugenia, igual que su madre, ha encontrado sus amistades en gente de la música, el toreo o el cine, y no en la aristocracia.
Cayetana vivió libremente dedicada a sus pasiones: el baile, los toros, la Feria de Abril... pero nunca olvidó los innumerables títulos que poseía. Eugenia, en cambio, libre de todas esas cargas nobiliarias, ha dado un paso más. Tuvo varios romances con toreros (Julio Aparicio, El Litri...) hasta que el 23 de octubre de 1998 se casó en la catedral de Sevilla con Francisco Rivera. La boda soñada por su madre, en la que se unían aristocracia y tauromaquia. 1.400 invitados, desde la infanta Elena hasta Belén Esteban (como novia de Jesulín de Ubrique), Mar Flores (como novia de Cayetano Martinez de Irujo) o Miguel Bosé (como familia del novio y amigo de la novia).
Al año siguiente nació su única hija, a la que le puso el nombre de Cayetana (Tana) como su madre. En el 2002 se rompió el matrimonio, aunque la duquesa de Alba no rompió su relación con Rivera hasta el 2012, cuando el torero peleó en los tribunales para que su hija viviera con él en Sevilla. La duquesa de Montoro atravesó una época difícil que culminó con la muerte de su madre en el 2014 y las tensiones familiares por la herencia.
Colabora activamente con la Fundación Pequeño Deseo y desde hace años diseña joyas para Tous, que son como una segunda familia para ella. Su última colección está dedicada a su madre e inspirada en un medallón suyo, por eso la ha bau-
Se ha casado dos veces: la primera en Sevilla, con Fran Rivera, y la segunda en Las Vegas, con Narcís Rebollo
tizado Tanuca, que es como la llamaban de pequeña.
En el terreno amoroso, tras su separación, mantuvo relaciones sentimentales con Nicolás Vallejo-Nágera, Gonzalo Miró (estuvieron tres años juntos), José Coronado e incluso se rumoreó que con Joan Laporta. Hace dos años conoció a Narcís Rebollo, presidente de Universal Music. Con él recuperó la alegría, la estabilidad e hizo las paces con su exmarido. El año pasado casi en las mismas fechas que se cumplía el tercer año de la muerte de la duquesa de Alba, Eugenia y Narcís se casaron en Las Vegas vestidos de Marilyn Monroe y Elvis Presley. Una locura que seguro que su madre aprobaría. La duquesa se atreve con todo, y la televisión ha sido su último reto. Ayer fue la protagonista de Planeta Calleja, en las islas Feroe, y hace unos días participó en la serie Arde Madrid. Aceptó de inmediato la propuesta de Paco León: hacer de su propia madre. Nadie mejor que ella, la auténtica heredera de la duquesa de Alba.